El pibe que comenzó su camino en el Dino está en la sexta del Fortín y charló con LMNeuquén sobre su sueño de llegar a primera.
Maronese no es solo de los animadores de Lifune desde su creación y el campeón de tres de los últimos cuatro torneos de primera. El trabajo en inferiores da sus frutos y desde allí surgió Isaías Aguirre, uno de los talentos neuquinos que está haciendo su camino en busca de la primera división. Desde la sexta de Vélez, es uno de los chicos de la región que representa al fútbol zonal a nivel nacional.
Desde muy chico con la "10" en la espalda, el pibe empezó a mostrar condiciones en el Dino. Con su habilidad, gambetas y llegada al gol fue ganándose un lugar en inferiores y con la ayuda de su familia realizó diferentes pruebas.
Quedar en un club de primera no es sencillo y en ese sentido fue clave el reconocido Mario Cesarín para hacer el nexo con Vélez. "Fueron muchas pruebas que hice, la mayoría fueron dos o tres. Hasta que se pudo conseguir la prueba en Vélez mediante los videos que mi papá me grababa. Me probé acá y a los tres días me avisaron que había quedado, que tenía que seguir entrenando y viniendo todos los meses. Ir de a poco adaptándome a los chicos, al club, al entrenamiento", contó Aguirre desde Buenos Aires a LMNeuquén.
Un sueño intacto
En ese camino, sufrió una lesión en un tobillo y tuvo que hacer la recuperación en Neuquén y a la espera de lo que pasara en Vélez porque había cambiado la dirigencia. Fueron momentos de incertidumbre, pero él no perdió la esperanza y tuvo premio. "No sabíamos qué era lo que iba a pasar. En enero me avisaron que se había hecho todo el trámite, que podía venir y el 15 de enero ya estaba haciendo la pretemporada", relató el jugador de 17 años.
La exigencia de un club como Vélez que compite en la elite de AFA es notablemente mayor y adaptarse llega un tiempo. "Me costó arrancar porque era un ritmo que no estaba acostumbrado, pero lo pude sobrellevar y después tuvimos amistosos, jugué la mayoría. Pude meter goles, mostrarme y el técnico me dio confianza desde los primeros momentos, me ayudó muchísimo. Me costó mucho al principio y con la ayuda de él y del profe (PF) me pude desenvolver de la mejor manera", comentó Isaías.
Hoy forma parte del plantel estable de la sexta del Fortín que está jugando el certamen de la categoría y es uno de los animadores. "En los partidos de AFA pude jugar. El primero fue contra Independiente y después vinieron un par de fechas más. Llevamos 20 fechas de las cuales jugué 5 de titular y las otras me tocó entrar desde el banco. Siempre dentro de los convocados y vengo teniendo un año muy bueno. Estuve parado por una pubalgia una semana pero ya vuelvo a entrenar con el grupo", relató Aguirre.
En este camino hay muchas postas. Llegar a primera es para pocos privilegiados, pero el pibe neuquino ya ha logrado mucho. Si bien dedica su vida al fútbol, no descuida los estudios y este año terminará el secundario en la escuela de Vélez.
"Principalmente todo gracias a Dios porque sin él no podría haber estado acá. Siempre soñé estar acá, en una pensión, vivir del fútbol profesional y siempre lo vi a mi hermano que desde muy chico jugó en Boca y me surgieron esas ganas de vivir esto. Es lo que tanto me gusta, lo que tanto soñé", dijo el joven con humildad.
La distancia se siente, pero los objetivos son importantes e Isaías está acompañado por su gente y por el club. "Agradecido con mis viejos por el esfuerzo que hacen día a día, a pesar de estar lejos. Se extraña mucho. Estoy agradecido con todas las personas que siempre me bancaron y voy a seguir metiéndole para adelante porque hay muchos objetivos por cumplir", cerró.
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