A los 39 años, el delantero sigue vigente y le marcó dos goles de gran factura a San Patricio el último sábado.
En el 2014, para este mismo medio, el periodista Mauricio Reina le hizo una nota a Miguel Irribarra sobre el presente que vivía jugando para Villa Iris. El delantero tenía 28 años y ya era uno de los mejores en su puesto jugando en Lifune. El último fin de semana, con la camiseta de Patagonia, le marcó los dos tantos a San Patricio por el Regional Amateur, lo cual demuestra su vigencia y calidad.
El primer tanto fue entrando al área en posición de goleador, casi en el punto del penal, tras una gran jugada y centro desde la izquierda de Parigiani.
El segundo fue una perla. Tras un gran pase de Villa, el atacante de Patagonia se metió en el área, frenó y definió de zurda al segundo palo, haciendo estéril la volada del arquero Acsama.
"Contento por el triunfo, por los goles. Necesitábamos ganar, sabíamos que ellos son un equipo complicado, pero nosotros teníamos nuestras armas. Podíamos hacer un buen partido, obviamente siempre concentrados desde el minuto cero. Pudimos convertir, tuvimos que aguantar un poco", comenzó diciendo sobre el triunfo del último fin de semana.
"Nos ayudó el gol apenas arrancó el segundo tiempo para acomodar un poco las líneas. Contento por el esfuerzo de los chicos", agregó el delantero de Patagonia, que tiene 3 puntos en la zona donde manda Alianza (6) y completan San Patricio (3) y Unión de Allen (0).
Del laburo al entrenamiento
Irribarra es uno de los tantos jugadores de la provincia y la región que hacen convivir la pasión por el fútbol con el laburo de todos los días. "Trabajo como auxiliar en un CPEM, salgo a las siete y entrenamos a las ocho. Tratamos de hacer el esfuerzo, de estar a la par de los chicos y no regalar nada para estar a la altura. En un torneo así, si no estás bien preparado, das ventajas. Gracias a Dios con la familia que acompaña, nos ayuda a seguir haciendo lo que a uno le gusta", contó.
Miguel siempre fue un delantero picante y eso le valió la chance de medirse en clubes importantes cuando era adolescente y en su juventud.
Su paso por el fútbol grande
A los 14 años se probó tanto en River como en Newell's y en ambos le fue bien, pero en el Millo no le daban pensión. "Estuve seis meses en Newell's y volví porque extrañaba. Después me di cuenta que me gustaba el fútbol y volví a irme a River. Estuve cinco años donde llegué hasta reserva y quedé libre, luego me fui a Bélgica, no me pude adaptar bien y volví al país", explicó Irribarra, que en poco tiempo y siendo muy pibe vivió diferentes emociones.
En su amplio recorrido en el fútbol, pasó por Argentinos y Racing, pero tuvo problemas con el pase que había quedado en Bélgica, hasta que regresó a Neuquén para jugar en Maronese. Estuvo en el viejo Argentino B con Petrolero e Independiente y, además del mencionado Villa Iris, los últimos años rompió redes en San Lorenzo, el club de toda su vida donde superó la enorme cifra de 100 goles.
Sin reproches
"Armé mi familia, tengo dos hijos, Eros y Milagros. No me arrepiento de nada, fueron cositas lindas las que pasaron, uno las vivió y quedan como experiencia", aclara Miguel, sin lamentos.
"A los 39 años uno vive el fútbol como si fuera la primera vez. Agradecido a Patagonia de poder jugar este torneo, creo que este Regional es el último que voy a jugar, creería yo, por la edad. Contento por la posibilidad, trato de dar el máximo, de aportar cuando me toca. El esfuerzo se hace, acá no se puede vivir del fútbol. Uno se hace su tiempo entre cosas de la casa y la familia para entrenar. Uno vivió muchas cosas y en este momento es muy lindo tener la recompensa de los goles, tener un triunfo contra rivales de jerarquía como San Patricio", finalizó Irribarra, un goleador vigente y un laburante del fútbol.
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