Milito estalló contra River luego de que ejecuten la cláusula de Maxi Salas
El presidente de la Academia no tuvo filtro y apuntó contra Jorge Brito, Marcelo Gallardo y el secretario general del Millonario.
En la previa al duelo de Racing frente a San Martín de San Juan por la Copa Argentina, Diego Milito rompió el silencio y apuntó con dureza contra River Plate, su dirigencia y el entrenador Marcelo Gallardo, tras la salida de Maxi Salas, quien ejecutó su cláusula de rescisión y se sumará al Millonario.
El presidente de la Academia fue contundente: “Estamos los que queremos estar en Racing. Tratamos de defender al club desde el primer minuto. No lo queríamos negociar, era nuestra idea. El que se quiera ir, que se vaya. El escudo de Racing está por delante”.
En relación con los dirigentes de River, Jorge Brito y Stefano Di Carlo, Milito fue tajante: “Un poco la palabra es decepción. Sobre todo, con River como institución, con su secretario general. No pudieron honrar su palabra. Hace un mes pude hablar con ellos y me dijeron que esta situación no iba a suceder, que por el pacto en nuestro fútbol no iban a ejercer la cláusula”.
Sobre la intervención de Gallardo, señaló: “Con el entrenador de River hace más de un año que no lo veo, que no hay diálogo. No soy amigo. Entiendo que es su práctica habitual tal vez llamar a los jugadores. Entiendo que no es el único que lo hace dentro de nuestro fútbol. Yo no lo haría”.
“Cada uno actúa de la manera que lo siente. Hablé con mi par de River hace un mes. No pudieron honrar su palabra. Cada uno lo hace de la manera que quiere o entiende. Defendemos al club. El jugador decidió, por su propia voluntad, con River ejecutar la cláusula”, insistió.
Milito remarcó que la continuidad de Salas estaba cerrada: “Tenía un año y medio más de contrato con Racing. La idea era extenderlo, actualizarlo. Llegamos a un acuerdo. Estaba muy contento. Después, hubo un llamado que lo hizo dudar, frenó la firma y sucedió todo lo que sucedió”.
Por último, pidió que se respeten los códigos del fútbol argentino: “Aprovecho para que todos los dirigentes podamos ser solidarios y que esto no vuelva a ocurrir”, y concluyó:
“Hay códigos dentro de la convivencia dirigencial y las relaciones institucionales. Evidentemente, para algunos clubes no es así. Espero que no sea un mal antecedente. Racing no lo haría. Hay códigos, hay un pacto”.
¿Qué es el "pacto de caballeros" que rompió River?
Durante décadas, en el fútbol argentino rigió un acuerdo no escrito entre dirigentes: los clubes no se pagarían cláusulas de rescisión entre sí. Este "pacto de caballeros" funcionó como un límite tácito que evitaba conflictos institucionales y mantenía cierta armonía en el mercado local.
Sin embargo, en el último tiempo comenzaron a aparecer excepciones que marcan un cambio de paradigma. Primero fue Cristian Medina en 2024, y ahora Maximiliano Salas en 2025, ambos rompiendo con esa tradición al ejecutar su cláusula para pasar directamente a otro club del país.
El caso de Medina sacudió a Boca cuando el mediocampista decidió salir por la cláusula de 15 millones de dólares para ser transferido a Estudiantes de La Plata, a través de la participación de un grupo empresario.
El hecho generó tensiones, pero se diluyó en un contexto donde el jugador, por más de haber sido colgado, aún mantenía buena relación con el club y la operación se realizó por fuera de un competidor directo.
Aun así, hubo algunos malos manejos, ya que fue mediante el empresario Foster Gillett, que se hizo la transferencia y después de varias semanas, con cartas de documento de por medio, se confirmó el traspaso.
Muy distinto fue lo que ocurre actualmente con Salas: el delantero activó su cláusula de 8 millones de euros para dejar Racing y convertirse en refuerzo de River, lo que generó un fuerte cortocircuito entre ambas instituciones.
Desde Racing acusaron a River de romper los códigos del fútbol argentino, mientras que desde Núñez argumentaron que el club de Avellaneda se negó a negociar y que la cláusula era un derecho vigente.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) intentó intervenir, pero no pudo impedir una transferencia que es legal según el reglamento y representa un giro en la forma en que los jugadores pueden tomar el control de su destino dentro del país.
La figura de la cláusula de rescisión, hasta ahora asociada casi exclusivamente a transferencias al exterior, comienza así a tomar protagonismo también en el mercado interno.
Lo que antes era una frontera tácita ahora parece convertirse en un recurso legítimo y los casos de Medina y Salas pueden sentar un precedente para que otros futbolistas recurran a sus cláusulas si los clubes no facilitan su salida.
Así, el fútbol argentino entra en una nueva etapa, donde las reglas del juego ya no se rigen únicamente por los códigos informales de antaño, sino también por los contratos y la voluntad de los protagonistas. El "pacto de caballeros" ya no es garantía, y el equilibrio entre tradición e intereses empieza a reconfigurarse.
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