El jugador no respetó una orden del entrenador, a quien se lo vio visiblemente enojado luego de que errara dos penales.
La noche para River no comenzó de la mejor manera en la provincia de Tucumán. El Millonario visitaba a Atlético de Tucumán y el Decano los tomó por sorpresa. Los primeros minutos fueron de total protagonismo para los de Favio Orsi y Diego Gómez, hasta que una situación partió el encuentro.
Cuando aún no había tenido situaciones en ataque y su rival asediaba, los de Núñez se vieron beneficiados con un penal sancionado por el árbitro Nazareno Arasa luego de una falta que recibió Nacho Fernández dentro del área.
En una primera instancia, Miguel Borja y Esequiel Barco protagonizaron una discusión por quien iba a ejecutarlo. El colombiano quería estirar su ventaja como goleador en la Copa de la Liga Profesional –en la que lleva convertidos seis goles ante los cinco que suma Mauricio Martínez en Racing-.
El ex Independiente no hizo caso y no cedió la pelota. Hasta ese momento, el entrenador Martín Demichelis no había intercedido. La polémica se incrementó cuando Barco erró el penal, luego de una mala ejecución que el arquero José Devecchi pudo detener con sus pies.
Tras el penal errado, Arasa recibió un llamado de Fernando Rapallini desde el VAR. Los jugadores del Decano habían invadido el área antes del remate y la ejecución debió repetirse. En ese momento, Borja le volvió a pedir la pelota al mediocampista y el entrenador hizo lo mismo.
Demichelis le gritó a su jugador en reiteradas ocasiones que le ceda el balón al colombiano. Barco hizo oídos sordos, volvió a patear y lo elevó por arriba del travesaño. Desde ese momento, el DT no dio más indicaciones y se mostró visiblemente ofuscado con lo que acababa de ocurrir en el campo de juego.
Incluso, Demichelis amenazó con sustituirlo cuando envió a calentar a Franco Mastantuono –un sustituto natural de Barco-, aunque finalmente no tomó una decisión drástica y esperó a hablar con el jugador en el entretiempo.
Mientras los futbolistas del Millonario se marchaban al vestuario, el propio Miguel Borja y muchos otros compañeros se acercaron a consolar a Esequiel Barco, quien se mostró visiblemente conmovido siendo uno de los últimos en retirarse del campo de juego. El entrenador, en contraparte, fue el primero en ingresar tras el pitazo del árbitro.
Esequiel Barco salió reemplazado
El cambio finalmente se produjo en el entretiempo. Mastantuono reemplazó a Barco, quien fue reprimido por hacer caso omiso a las órdenes del entrenador. El habilidoso mediocampista no tuvo un buen inicio en la Copa de la Liga Profesional, donde los goles le fueron esquivos, algo que no era habitual en el último torneo.
Desesperado por romper su sequía, Esequiel intentó convertir el penal en dos ocasiones, pero la presión pudo más. De esa forma, el Millonario desperdició una oportunidad única para abrir el marcador mientras su rival estaba más cerca de convertir el primer gol.
A pesar de la reprimenda, Barco salió junto a sus compañeros en el complemento y se sentó en el banco de suplentes sin ningún tipo de muecas. A la espera de una revancha, en tan solo dos jornadas River disputará el superclásico del fútbol argentino contra Boca, donde podrá reivindicarse si continúa en el equipo titular.
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