Cómo era la vida de Pamela David antes de ser famosa
En sus inicios, la conductora de Desayuno Americano rechazó una propuesta que la podría haber catapultado a la fama. Se arrepintió. Y ahora se anima a todo.
El éxito y la fama desvelaban a Pamela David desde su infancia. Ya de pequeña soñaba con hacerse famosa en Santiago del Estero, primero, para después trascender la provincia que la vio crecer y hacerse conocida en todo el país.
"Yo me soñaba como actriz de telenovela del mediodía, mi sueño era ser amiga de la protagonista, me hubiera encantado ser la mala, es la que mejor la pasa, ¡la pasa bomba!", reveló la conductora de Desayuno Americano en su paso por Noche al Dente.
Fue en ese ciclo donde recordó sus primeros pasos, cuando logró modelar para la zapatería más importante de la ciudad de Santiago del Estero. "Era una especie de 'llegaste'. Cuándo me llamaron, para mí fue resurgir. Eso me puso en un lugar de hacerme conocida. Santiago del Estero es un lugar muy chico, nos conocemos todos", reconoció.
También recordó que desde muy chica fue tarjetera de un boliche de la ciudad. "Tarjeteaba para la matiné", aclaró. Tiempo después, ya instalada en Buenos Aires, siguió probando suerte. Sus trabajos como promotora y las changuitas que hacía como extra en algunas películas le permitían pagar la pensión donde compartía habitación con otras tres chicas del interior.
"Fui extra en películas... ¡Me encantaba! Me acuerdo de algo: cuando hacía publicidades, tenía que ir a actores a cobrarlas, y ahí había un señor, Juanjo, que creo que no trabaja más, que me dijo 'vos llamá a este representante de parte mía porque vos tenés futuro'", rememoró hace un tiempo en un reportaje que le realizaron en Clarín.
EL TRAUMA DE PAMELA DAVID
Ese consejo fue fundamental para Pamela: "Me activó mis ganas de decir "sí, se puede". Yo mientras tanto estudiaba Administración de empresas en la UBA. Llegué a tercer año, pero necesitaba trabajar, y dejé. Así empecé. Fui a muchos castings en los que no quedaba". Sin embargo, no se frustró y siguió intentando ser famosa, como soñaba de chica.
Así le llegó la oportunidad de debutar en televisión con Marley, en Teleshow. Aunque ese fue, también, el momento en el que tomó u na mala decisión de la que aún se arrepiente. "En esa época, Coco Fernández (directivo de El Trece), en maquillaje, me dijo: "¿Santiagueña, te animás a hacer unas notas?". Pensé que me estaba cargando". Y dijo que no.
"Me quedó eso toda mi vida. Me traumó. Yo podría haber empezado en 1997... Esa fue una enseñanza gigante para mí: nunca decir que no, de última arrepentirme y que me vaya mal, pero nunca decir que no. Pero bueno, fui secretaria de Marley, trabajé con Ante Garmaz. Hice lo que pude. Y eso me dio la entrada para pagar mi pensión", recordó en el reportaje de Clarín.
El camino se le hizo un poco más largo. Por esas cosas del destino, el éxito le llegó primero en Paraguay. Y en Argentina recién logró hacerse conocida cuando ingresó al reality El Bar, en el año 2001, cuatro años después de aquella propuesta que rechazara por inseguridad. Por eso hoy se anima a todo lo que le proponen, porque prefiere que le salga mal a quedarse con la duda de cómo hubieran sido las cosas si se animaba a un nuevo desafío.
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