El participante de Los 8 escalones que aspira a ser presidente
Santiago ya lleva ganados 9 millones de pesos en el programa que conduce Guido Kaczka y quiere llegar a los 12.000.000.
En una entretenida final que protagonizó con otra participante, Santiago se terminó quedando con el premio mayor y consiguió ganar 9 millones de pesos en Los 8 escalones, el programa de El Trece. El joven de 19 años había ganado los primeros tres millones el martes y ahora sueña con lograr hacerse de $12.000.000.
Para presentarlo, Guido Kaczka, conductor del programa, dijo: “Su sueño es ser presidente, poder transformar la vida de la gente para mejorarla. Y sabe todos los presidentes de Argentina, en orden cronológico”. Sin dudar, el estudiante de Ciencias Políticas en la UBA indicó: “De 1862 en adelante sé todos”. Acto seguido, nombró uno por uno a los gobernantes que estuvieron al frente del Ejecutivo.
En la noche de este jueves, estuvo gran parte del escalón final en desventaja y con la última respuesta pudo dejar las cosas a su favor. “Trabaja en la procuración penitenciaria respondiendo denuncias de los presos. Recorre las cárceles viendo que se cumplan los derechos de ellos. Santiago, que quiere ser presidente... ¡9 millones de pesos!”, exclamó el presentador.
“¿Seguís viniendo?”, le preguntó Guido, para saber si continuaría participando del juego. Y, firme, Santiago contestó: “Sí, sigo viniendo”. Mañana competirá por los 12 millones de pesos.
Los 8 escalones de los 3 millones siempre sorprende con las increíbles historias de sus participantes. En la noche de este martes, Matías dejó a todos sin palabras cuando mostró el amuleto de la suerte que lo acompaña en cada ocasión especial.
Después de haber avanzado un escalón, el concursante sacó del bolsillo derecho de su pantalón una antigua radio, que no tenía pilas, y se la mostró a todos los presentes en el estudio. Guido se sorprendió y le preguntó: “¿Qué es eso?”. “Es una radio que le regalé a mi abuela. Mi abuela era fanática de las radios”, dijo Matías. El presentador lanzó: “¡Ah!, vi un aparato y me asusté. No se puede estar conectado a nada en este juego”.
“¿Es un amuleto?”, preguntó Kaczka. Matías indicó: “Es un recuerdo”. Fue en ese momento que Carmen Barbieri interrumpió la conversación para contar una experiencia personal: “Mi papá tenía una de esas y escuchaba hasta Chile con la antena, que la ubicaba. Maravilloso. Escuchaba a Chile, Montevideo”.
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