Revelan por qué Mirtha Legrand trató tan mal a Roberto García Moritán: "Hay un pasado"
Ángel de Brito reveló que es lo que conecta en el pasado a la conductora con el dirigente político.
La cena de Mirtha Legrand del último programa la mostró por demás incisiva con Roberto García Moritán, el exmarido de Pampita, gran amiga de la conductora, que no pudo consigo misma y le dio con todo al exministro porteño aunque, eso sí, con tiempos de descanso entre round y round.
El pasado fin de semana, Mirtha generó una especie de brecha entre el periodismo de espectáculos sobre su forma de abordar a su invitado, que, pese a todo, no dio el brazo a torcer en lo referente a contar sobre las causas de la separación de la modelo. En LAM, Yanina Latorre contó que a ella le generó “incomodidad” toda la situación. “A ver: él es un atrevido y un bol… . Me hizo acordar cuando fui yo a lo de Mirtha y Beto Casella me hizo llorar dos horas como una marrana”, recordó la panelista.
“Mi marido me dijo no vayas porque no estás preparada. Hoy me levanto y los mando a la pu… que los parió”, dijo Yanina, y para ejemplificar, agregó: “Él puede responder con calma y tranquilidad y no pasó”.
“Yo creo que todo el dato que se olvidó en todo este debate del sábado, domingo y lunes es que Moritán salió con Juanita Viale. Nadie lo recuerda y para mí le quedó alguna mala espina”, dijo Ángel de Brito. “Él fue a arreglar su imagen. Él lo único que quería decir para mí es ‘yo no soy corrupto. Las causas no existieron. Quedé libre de esto, quedé libre del otro’”, agregó el conductor sobre las dos miradas sobre un mismo tema que se dirimieron en la mesa de Mirtha Legrand.
El detrás de escena de la batalla verbal en la mesa de Mirtha con Roberto García Moritán
El sábado pasado, La Noche de Mirtha regaló a la audiencia uno de los momentos más tensos de su temporada. Con su habilidad característica para incomodar sin perder la sonrisa, Mirtha Legrand acorraló a Roberto García Moritán en una serie de intercambios que hicieron vibrar el set. Sin embargo, lo que sucedió fuera de cámara, durante el corte comercial, fue tan revelador como lo ocurrido al aire.
Antes del inicio de la grabación, el clima parecía prometedor. García Moritán llegó temprano a los estudios en Villa Ortúzar, acompañado de un pequeño grupo de colaboradores. Mostrándose cordial y con una sonrisa que denotaba algo de nerviosismo, saludó al equipo técnico y hasta intercambió palabras con Jimena Monteverde, la chef del programa, quien apenas tuvo tiempo para detenerse en plena vorágine de preparación del menú.
La atmósfera era relajada, pero todo cambió en cuanto arrancó el programa y La Chiqui comenzó a apuntar sus preguntas directas hacia él.
El primer bloque del programa transformó el ambiente en un ring mediático. Mirtha, con su reconocida capacidad para ir al grano, formuló preguntas incisivas que dejaban poco margen para respuestas evasivas. Roberto García Moritán, acostumbrado al debate político, se esforzaba por mantener la compostura mientras sus piernas cruzadas y movimientos constantes delataban la incomodidad.
Entre silencios incómodos y respuestas que intentaban neutralizar el tono mordaz de la conductora, el set quedó en un tenso suspense que solo fue interrumpido por la pausa comercial.
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