Estafa gitana: pagó $450 mil por una Hilux y se fue con las manos vacías
La típica estafa esta vez fue contra un comprador de Buenos Aires, en diciembre de 2019. Los vendedores adujeron problemas con AFIP para no entregar el vehículo.
Replicando el engaño con el que han hecho caer a incontables víctimas a lo largo de los años, un hombre de la comunidad gitana fue acusado por la estafa contra un hombre en la venta de una camioneta, por la que aceptó 450 mil pesos como parte de pago, y luego nunca entregó por presuntos problemas administrativos. Su apellido no es nuevo para los investigadores.
El acusado en esta oportunidad fue Elías Jesús Artich, miembro de la comunidad zíngara local y parte de las familias que suelen encontrarse involucradas en los delitos de esta naturaleza. En una audiencia realizada la semana pasada, el hombre fue acusado por el fiscal Marcelo Jara por el delito de estafa, como coautor. Su cómplice no pudo ser imputado en la misma instancia por problemas de salud.
Según informaron desde la fiscalía, el ardid inició en diciembre de 2019, cuando un interesado de Buenos Aires contactó a los vendedores neuquinos por la oferta de una camioneta Toyota Hilux que era ofrecida en venta a través de Facebook.
Tras establecer un primer contacto, las partes arreglaron un encuentro para concretar el pago y la entrega, por lo que el comprador viajó a la capital, fue recibido en el aeropuerto por dos personas enviadas por los vendedores y de allí trasladado a una vivienda de calle Primeros Pobladores, donde se inició la transacción.
El hombre de Buenos Aires entregó entonces un primer pago de 450 mil pesos para iniciar los trámites, y de acuerdo a la usual puesta en escena, los acusados le plantearon a la víctima que debido a una serie de inconvenientes con la AFIP, el vehículo no le sería entregado hasta fin de mes. Para que el hombre retornara tranquilo a su hogar, le firmaron un pagaré y el interesado emprendió rumbo a su provincia natal.
Pasado un mes, el hombre regresó a Neuquén para reclamar por el vehículo o su dinero, pero ya no pudo localizar a los vendedores, y por eso resolvió radicar la denuncia correspondiente, que motivó la investigación ahora en curso.
No hay un sólo gitano preso
Es usual que en el transcurso de la investigación los estafadores traten de zafar. Una vez que su nombre quedó manchado, necesitan limpiarlo para poder seguir trabajando. Así buscarán arreglar con la víctima para que no prosiga con la denuncia penal y quedar limpios en los registros judiciales.
“El grave problema que tenemos es que en el medio te arreglan”, confió una fuente judicial a LMN respecto del curso que toman las causas de esta naturaleza. Así, llegan ante el juez para decir que ya el asunto está saldado y que la víctima no quiere continuar. La persona recibió un resarcimiento, que por más que el dinero ya perdió valor, lograron algo.
Otros deciden continuar con la causa y quieren que se los condene. Ahí viene el otro problema. Las defraudaciones son delitos excarcelables por su pena; pero lo que los fiscales buscan es tratar de unificarles varias causas para lograr condenas. Así y todo, a veces, no lo logran.
A la fecha, solo dos hermanos Esteban recibieron una pena en suspenso por varias causas; mientras que los demás gitanos están limpios de antecedentes o cursan una probation.
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