A la condenada se le extendió la prisión preventiva hasta que el fallo quede firme, por lo que permanecerá detenida en la comisaría de la Menor y la Mujer local, y por el momento no será llevada a una cárcel común. Según indicó el vocero del tribunal, desde la Unidad Penal N° 9 se informó que no había lugar para recibir a la chica en ese penal.
Para el tribunal, “se encuentran acreditadas las circunstancias contenidas en la imputación y quedó comprobado que Pastorizzo recibió un primer disparo por la espalda a quemarropa y un segundo disparo de frente cuando se encontraba en el piso con la moto entre sus piernas y a una distancia de entre 20 y 50 centímetros”.
Tras conocerse la sentencia, el abogado de la familia de la joven, Sebastián Arrechea, consideró “prematuro” opinar sobre el fallo y consideró atinado esperar que el tribunal otorgue los fundamentos completos. Por lo pronto, especuló con que “no pudo haber analizado toda la prueba y los audios aportados” por la defensa para probar si hubo violencia de género. “Me llamó la atención el poco tiempo que utilizaron para analizar todo. Para mí no lo hicieron porque físicamente no dan los tiempos”, se quejó.
“A partir de hoy, Nahir comienza a morir día a día... Tendría que haber pedido disculpas, aunque alguien que hace una cosa así creo que no se arrepiente nunca”. Gustavo Pastorizzo. El papá de la víctima quedó conforme con el fallo.
Un asesinato a sangre fría
El crimen de Fernando Pastorizzo, de 20 años, ocurrió el 29 de diciembre del año pasado, cerca de las 5 de la mañana. Al tomársele declaración, Nahir Galarza dio una versión diferente aunque luego confesó haber sido la autora de los dos disparos. La joven dijo que fueron cometidos con el arma reglamentaria de su padre, efectivo de la Policía entrerriana. Sin embargo, en una segunda declaración indagatoria, manifestó que había sido su novio el que tomó el arma y que los disparos habían salido en forma accidental.
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