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Dramático: quiso ayudar a apagar un incendio y lo atacaron cuatro perros

Ocurrió en el barrio Martín Fierro. Un nene pidió ayuda porque creyó que se quemaba su casa. Un vecino fue colaborar y lo mordieron los perros. Lo insólito fue que no se trató de un incendio.

Un vecino del barrio cipoleño de Martín Fierro, aledaño al Puente 83, sufrió graves mordeduras provocadas por cuatro perros que lo atacaron cuando entró a una casa en la que creyó que se estaba desatando un incendio.

El dramático incidente ocurrió el miércoles al mediodía y el protagonista del heroico gesto fue Luis García, un albañil independiente de 58 años de edad, quien se está reponiendo de las heridas que padeció en distintas partes del cuerpo.

Luis se estaba ordenando su patio cuando escuchó gritos desesperados de la casa vecina. Era un nene de 6 años que pedía ayuda porque, decía, se estaba incendiando la cocina. Y al ver más detenidamente, advirtió que salía un espeso humo negro por una de las ventanas.

De inmediato saltó el tejido que divide ambos terrenos y se lanzó con la sola intención de ayudar, pues era de suponer que podrían encontrarse más personas en el interior de la casa que estarían en riesgo.

Sin embargo, ni bien dio unos pocos pasos fue atacado por cuatro perros que lo tiraron al piso y comenzaron a morderlo con furia.

"Dios me sacó de ahí

El hombre buscó defenderse, pero los animales se habían encarnizado y no lo liberaban. Tampoco apareció nadie para auxiliarlo, y solo el chiquito le pedía a sus perros que “soltaran al vecino”.

No sabe como, pero logró zafarse y pudo volver a su casa. Después le contó a su hija Micaela pensó lo peor.

“Ya no tenía fuerzas para pelearla. Dios me sacó de ahí”, dijo Micaela que le confesó.

Una vez que se puso a salvo llamó por teléfono a su esposa, que estaba cerca, y le relató lo que había sucedido. La mujer corrió a su casa y le avisó a la hija que también vive en el barrio.

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Un hombre circulaba en una moto y lo mordió un perro. Denunció que el dueño del animal le disparó un balazo cuando le fue a reclamar.

Un hombre circulaba en una moto y lo mordió un perro. Denunció que el dueño del animal le disparó un balazo cuando le fue a reclamar.

Micaela resaltó que lo encontraron ensangrentado y a punto de desmayarse, por lo que lo cargaron en un auto y lo llevaron al hospital de Fernández Oro, donde constataron las lesiones que había padecido.

Le aplicaron 15 puntos de sutura en el brazo derecho, donde los perros le provocaron un desgarro y le quedó un enorme hematoma. También lo lastimaron en un sector de las costillas y en el hombro derecho. Le aplicaron vendajes para ayudar al proceso de cicatrización.

Ahora tiene que volver periódicamente al hospital para continuar con las curaciones. Estiman que estará cerca de dos meses sin poder trabajar, un tema que preocupa al vecino.

Fue una olla hirviendo

El humo negro que escapaba por la ventana y la presunción de que se estaba prendiendo fuego la casa impulsó a don Luis saltar el cerco para darle una mano al vecino ante el supuesto infortunio. No reparó en los perros. El solo quería ayudar, pero fue víctima del feroz ataque.

Lo insólito es que después del incidente con los animales, pudieron constar que no había sido un incendio por lo que lo su espíritu solidario lo impulsó a actuar, sino que fue un accidente doméstico.

Luis García osito regalo

Resulta que la dueña de casa había puesto a hervir una olla con porotos y salió a buscar a otra hija que salía de la escuela. En ese lapso el agua de la cacerola se evaporó, por lo que los porotos comenzaron a despedir la humareda que puso en alerta a Luis.

La familia de la casa del supuesto incendio se preocupó con lo sucedido con el vecino. Lo fueron a visitar y el nene al que fue auxiliar como agradecimiento, le llevó de regalo su osito de peluche.

Quiere seguir trabajando

Micaela destacó que su papá padece una discapacidad en su brazo izquierdo y que por ese motivo percibe una pensión.

Toda su vida se dedicó a trabajar en la construcción y, pese a la dificultad de su brazo, hace changas para ayudar a la economía de la casa, pues lo que cobra es mínimo.

“Mi papá haca revestimientos, coloca pisos, hace revoques, lo que le pidan en construcción. No es que lo diga porque es mi papá, pero es muy bueno en lo que hace, muy detallista”, subraya con tono de orgullo la hija.

Por eso ahora demás del dolor de las mordeduras, Luis está preocupado porque no podrá salir a trabajar, y no podrá cumplir algunos compromisos que había asumido. Pero ya saben que ni bien se reponga, saldrá nuevamente con la cuchara y el fratacho.

La familia informa a la comunidad que se ofrece para realizar arreglo de albañilería que se necesite. Los interesados lo pueden llamar a su teléfono: 299-408 8849. En caso de querer dar una mano económicamente, hacerlo a micaela.g.91, a nombre de Micaela García.

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