Aseguran que la cifra creció respecto al 2022 y 2023. Aseguran que en Añelo fue "la primera vez que un sismo se percibió con tanta intensidad".
Los sismos en la zona de Vaca Muerta son reiterados y cada vez más continuos: entre enero y febrero ocurrieron diez, una cifra mayor a la de años anteriores. Al menos así lo aseguran desde el Observatorio de Sismicidad Inducida, desde donde también cuestionaron el rol del Gobierno provincial sobre la temática.
"Arrancó movidito el 2024. Comparado con los eneros y febreros anteriores, 2023 y 2022, está temblando mucho más. Ya van 6 sismos registrados para el mes de enero y 4 en lo que va de febrero", señaló Javier Grosso, geógrafo, docente de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) e integrante del Observatorio, en diálogo con LU19.
Además, contó que el 21 de enero se produjo un sismo que se sintió por mucha población en cercanías de Añelo y se trató de "la primera vez que un sismo es percibido con tanta intensidad en este lugar".
Grosso explicó que todos los sismos están asociados a la explotación hidrocarburífera, a la fractura hidráulica y a los pozos sumideros, es decir, al fracking. "Un muy buen ejemplo es lo que ocurrió el pasado domingo, que hubo tres sismos en un radio de 1500 metros. Los tres ocurren a 2500 metros de un equipo fracturando, es decir, muy cerquita de donde se están realizando las operaciones de fracking", destacó.
Al mismo tiempo, Grosso dijo que "hay que prestar atención a la mirada provincial" y señaló: "No olvidemos que la provincia tiene potestad sobre los hidrocarburos". "Por algunos contactos que hemos tenido, creemos que estarían preocupados -al menos desde la Secretaría de Ambiente- en cambiar la mirada sobre el tema sísmico y abordarlo de una manera más compleja", agregó con respecto al papel del Gobierno provincial.
Asimismo, hizo hincapié en la importancia de que este cambio de mirada venga acompañada de la asociación entre sismicidad, educación y prevención sísmica para informar en tiempo real lo que ocurre y que las operadoras, "sobre todo en el caso de Sauzal Bonito, informen sobre sus protocolos antisísmicos y que no lo hagan a la espalda de la población".
Respecto al Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), Grosso indicó que cuenta con muy bajo presupuesto pero que, pese a ello, tiene un acuerdo de confidencialidad sobre los datos sísmicos con la Subsecretaría de Hidrocarburos de Neuquén. "Tenemos una mirada crítica sobre eso porque, si sos el instituto de prevención, la prevención sísmica tiene que ser una política preventiva, pensando en la sociedad. No tendría porqué haber acuerdos de confidencialidad para no mostrar los datos", acentuó.
Por otro lado, dijo que las empresas tienen redes de sismógrafos propias, privadas, y que "el cálculo de esos sismos lo hace el Instituto Volponi de San Juan, que es el que tiene la mejor calidad de información sobre la sismicidad en la cuenca neuquina", por lo que "lamentablemente entre privados conocen este tema perfectamente, pero lo hacen a espaldas de la población".
Por último, manifestó su preocupación sobre los complejos hidroeléctricos ya que los temblores ocurren cada vez más cerca de estos lugares, que tienen más de 50 años y no fueron construidos para una zona sísmica.
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