El clima en Neuquén

icon
-6° Temp
93% Hum

El día después de Cristina: ¿Renacerá el peronismo en Neuquén?

“Libertad a Cristina”, es la primera consigna que, como una luz que se cuela por la ventana a primera mañana, se percibe con cierto aire de esperanza al interior del peronismo.

Como un tsunami que arrasa con las costas, donde hasta que no se retire el mar no se puede saber sus consecuencias, la condena a prisión efectiva de Cristina Kirchner es un suceso político tan reciente que es imposible comprender aún qué consecuencias ha dejado sobre la escena política nacional.

Sin embargo, parece que el peronismo, que yacía deslegitimado por los sucesivos fracasos en el poder y deprimido por la avasallante figura de Cristina que no permitía renovación alguna, ahora tiene una razón de ser.

“Libertad a Cristina”, es la primera consigna que, como una luz que se cuela por la ventana a primera mañana, se percibe con cierto aire de esperanza al interior del peronismo.

De todos los lugares que Cristina Kirchner podría haber elegido para cumplir con una prisión domiciliaria —si es que se le concediera tal beneficio— entre enormes casas en Calafate, countries o quintas, optó por un departamento céntrico en plena Capital Federal. La consigna es clara: cual Juan Domingo Perón en Puerta de Hierro, erigirse como la líder en el exilio, que frente al autoritarismo y la proscripción, imparte instrucciones desde su despacho, recibir a dirigentes como un sacerdote a sus feligreses en el confesionario o saludar a sus fanáticos desde un balcón y así transformar el encierro en una fuente de poder.

Cristina Fernández de Kirchner

En cambio, muchos piensan que no hay autoritarismo ni proscripción, que se hizo justicia, y que el beneficio de la prisión domiciliaria podría funcionar como el cerebro operativo de una banda de delincuentes que, privada de la calle, sigue moviendo los hilos del crimen. Pero en el caso de Cristina, el poder que conserva podría ir más lejos y traducirse en el manejo de candidaturas, el destino de los fondos recaudados de forma ilegal y el armado de estrategias que mantienen viva una estructura de fuerza, a pesar de las restricciones impuestas por la justicia.

Como sea, el peronismo atraviesa así un punto de inflexión. La caída de Cristina, paradójicamente, podría dejar un vacío de liderazgo que el movimiento ahora puede volver a llenar, pero bajo nuevos términos. La fuerza que antes aparecía debilitada y sin un norte, sin un proyecto que lo reuniese, vuelve a encontrar en la “libertad de Cristina” un elemento aglutinador —un acto de fe peronista frente a la adversidad—. La expresidenta deja de ser una simple dirigente para convertirse en un símbolo de resistencia, capaz de dar forma a nuevos espacios de poder y a nuevos liderazgos que sean fruto tanto de lo que deja como de lo que pueda surgir a partir de eso.

El peronismo neuquino en el corto y en el largo plazo

En el corto plazo, el tsunami cristinista no debería mover sustancialmente el mapa político local. Pragmático e inquieto, el peronismo necesita del poder real para sobrevivir y buscará cobijo allí donde haya cargos y espacios institucionales.

Así, desde una municipalidad como la que conduce hace décadas Ramón Rioseco, hasta los espacios legislativos que el kirchnerismo conserva tanto a nivel provincial como nacional, o los que cede Rolando Figueroa en el marco de la Neuquinidad —donde muchos están dispuestos a dejar sus ideologías en la entrada, como si dejaran los zapatos antes de entrar a una casa con piso de parqué reluciente— el peronismo se reacomoda y busca nuevas alternativas para permanecer vigente, sin dejar de jugar sus cartas en el poder.

En definitiva, estamos frente a un peronismo sin unidad, disperso y sobreviviente, pero que, a pesar de eso, logra conservar espacios de incidencia. Y que, por cierto, al igual que a la dirigencia del Movimiento Popular Neuquino, que se recicla al interior de la Neuquinidad, no le va nada mal.

peronismo neuquino.webp

Sin embargo, si en el mediano o largo plazo el paso de Cristina Kirchner por prisión diera lugar a una reconstrucción real del peronismo a partir de nuevos liderazgos, con legitimidad, proyecto e identidad renovados a nivel nacional, entonces podrían encenderse las alarmas de la Neuquinidad.

Hoy en Neuquén el electorado se enfrenta a solo dos alternativas con expectativas reales de poder: Libertad o Neuquinidad. Figueroa ocupa el centro del tablero político, junto con parte de la centroizquierda, mientras que hacia la derecha se configura un nuevo actor que podría resultar muy relevante en 2027, conformado exclusivamente por figuras que reciben el apoyo de Javier Milei, de Karina Milei y de los Menem, arquitectos del libertarismo mileista en todo el país.

En principio, nombres como Nadia Márquez, Pablo Cervi o David Schleret encenderán los motores del año electoral, aumentando las expectativas de poder real y atrayendo dirigentes como la luz atrae a las mariposas.

Si esta polarización se viera interferida por un proyecto peronista de centroizquierda, los votos de la Neuquinidad podrían quedar fraccionados, con resultados fatales.

Rolando Figueroa apostará a la sintonía fina en territorio a través de la regionalización, a las obras públicas adecuadamente elegidas y ejecutadas, a las acciones comunitarias y al encuentro cara a cara con la militancia y la ciudadanía, instalando el discurso de que Neuquén está bajo ataque de intereses externos y que la Neuquinidad es el único escudo frente a ellos.

SFP Convenios de formacion profesional BPN instituciones educativas universidades terciarios Gobierno (11).JPG

A lo que Figueroa no podrá recurrir en las próximas elecciones es a los aparatos electorales financiados por el Estado, a los punteros políticos, a la persecución de empleados públicos, o al despliegue de camionetas 4x4 pagadas con fondos públicos para hacer campaña. Figueroa llegó al poder criticando esas prácticas; reproducirlas ahora sería un golpe fatal para su imagen.

Seguramente algunos “carpetazos” volarán de un lado y del otro; es decir que, como una práctica ya naturalizada, se harán públicas denuncias o acusaciones sobre posibles irregularidades que cuestionan la integridad moral de los líderes políticos en competencia. En este contexto, estos ataques podrían funcionar de dos formas: positivamente como una forma de escrutinio público, donde se exige a los dirigentes una conducta más transparente y ética que nunca antes. O negativamente, como campañas de crucifixión mediática, con todo el sentido que ello implica en Neuquén.

Sin caer en un optimismo ingenuo, pero reconociendo las lecciones que deja el pasado, podemos decir que, en definitiva, Neuquén se enfrenta a un año donde la caída de las viejas estructuras deja lugar a nuevos espacios para que la sociedad participe más y exija mejores respuestas y conductas de sus representantes.

La disputa de poder podría dejar así de ser un simple torneo de aparatos clientelares para intentar convertirse en una oportunidad de madurez democrática en la que el interés colectivo pueda, por fin, quedar por encima de las ambiciones sectoriales.

¿Alcanzará esa madurez Neuquén?

Te puede interesar...

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario