Hospice Cipolletti: la iniciativa que acompaña a personas humildes a punto de morir
Son 12 voluntarias cipoleñas con gran sensibilidad social que brindan “asistencia y compañía”. Convirtieron una Kangoo en una unidad móvil.
Segundo esperaba solo, angustiado y lleno de temores, el inevitable final. No tenía nadie más que a su fiel perro para contarles sus dolores y su miedo a morir. Tampoco los recursos para movilizarse hasta el médico y comprar los remedios básicos que calmaran tanto sufrimiento.
El hombre de Costa Norte, en Cipolletti, ya no habita esta tierra, pero encontró una muerte mucho más digna de la que vislumbraba. Partió agradecido. Es que las miembros de la Fundación Hospice Madre de Misericordia se enteraron de su caso y lo acompañaron hasta el último de sus días. Sí, hasta el último segundo…
“Nos convertimos en su familia, le llevábamos comida, lo trasladábamos al médico, nos ocupábamos del tratamiento, de su mascota que era su única compañía y a la que luego reubicamos. Hablábamos con él de todo y participamos por supuesto del sepelio”, explica Cecilia, una de las cabezas de esta organización sin fines de lucro y súper humanitaria que funciona casi en silencio en Cipolletti.
Una vieja Kangoo reconvertida en una Unidad Móvil -especie de ambulancia- es la herramienta clave de la que disponen para brindar asistencia a quienes “transitan el final de vida en una condición social vulnerable y presentan un montón de desafíos y dificultades”.
Personas humildes con enfermedades terminales
Es que, recalcan, ese es el espíritu de la loable iniciativa: ayudar a enfermos terminales de condición social muy humilde y a la vez “contener a sus familiares, siguiendo en ambos casos los principios de cuidados paliativos”.
En tiempo de crisis como en la actualidad, el aporte se torna indispensable y es sumamente requerido: “Fijate que en los hospitales no hay insumos, ni una pastilla, ni un suero, nada”.
Fundada en 2012, a fin de aliviar el sufrimiento en esa etapa final de las personas, acompañan al enfermo “en el lugar donde se encuentre, sea en su casa o en una institución donde esté internado ya que se trata de un servicio itinerante, no tenemos espacio físico”, comenta por su parte Inés, otra de las 12 integrantes de Hospice.
“Nuestra función también abarca el ir a buscarlo al paciente, lo llevamos al hospital, les explicamos bien las indicaciones de los profesionales porque se sientan frente al médico y muchas veces no tienen ni idea de lo que le están diciendo. Tratamos de conseguirles turnos, incluso privados, etc”, agrega sobre una labor que realizan con enorme compromiso y sensibilidad social.
Para este fin “contamos con camas ortopédicas, colchones antiescaras, sillas de ruedas, entre otros elementos que ofrecemos en calidad de préstamo a las personas que acompañamos. También la unidad móvil acondicionada con camilla para el traslado de enfermos”.
Más allá de no poder revertir sus graves cuadros, se consigue mejorarle la calidad de vida y en algunos casos prolongar el paso de los vecinos por este mundo. “Muy lindos testimonios hemos recogido este tiempo, mueren diferente, sabiendo que no están solos, que tienen gente que los acompaña”, revela Inés, reconfortada por la tarea desempeñada, esa que le llena el alma.
Le construyeron una casita
La Fundación se sostiene gracias al aporte de “unos 15 padrinos” y todo es “muy transparente, tenemos contadora, balances, entregamos recibos”, señalan.
Incluso lograron construir una pequeña vivienda para una mujer que “padece lupus y vivía junto a su hijo en una casa rodante destruida, en condiciones inhumanas. Necesitaba un baño sí o sí y en un terrenito que se lo habían donado le construimos la casita”.
“Hemos construido baños para enfermos terminales que no tienen o están destrozados. Sabemos que Dios nos asiste”, amplían y esa última confesión refleja la “identidad católica” del grupo.
También se realizan distintos eventos a beneficio para recaudar fondos, como una obra de teatro que se llevó a cabo últimamente en el Centro Cultural Cipolletti para una “mujer que necesitaba asistencia de enfermera 24/7”.
En casos que las personas no tengan dónde dormir “los derivamos a casa Betania, su primera paciente fue nuestra, Gloria, que en paz descanse”
Dios tenga en la Gloria justamente a ella y a todos los que ya partieron con una muerte digna gracias a la maravillosa acción de Hospice Cipolletti.
Para conocer más sobre el Hospice podés hacer click aquí.
Contactos:
Cecilia: 2996 35-6287
Andrea: 2995 88-3179
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