Rocío Buffolo, conocida como Rouse, es abogada y cantante. Tiene un chip en el cerebro con Inteligencia Artificial "que no remplaza a su corazón".
Rocío Buffolo nació en Neuquén y se formó en la Escuela Don Bosco, como muchas generaciones de neuquinos. Ahora es abogada, artista y cantante, pero en las últimas horas, sorprendió a todos con una gran puesta en escena: se autopercibe robot y tiene un chip implantado.
Rocío es conocida como “Rouse, la chica robot”, y en una extensa entrevista ofrecida a Infobae, la neuquina abogada sostuvo que su infancia estuvo marcada por una gran conexión con el arte, algo que la ayudó a “desrobotizarse” en esos primeros años. Pero con el tiempo sintió la necesidad de integrar su “identidad robótica”.
Su transformación hacia “chica robot” comenzó al implantarse un chip en su cuerpo y publicar su primera canción “Hey amor”, que marcó un antes y un después en su percepción del mundo. Para Rocío, la robótica es una manera de protegerse emocionalmente en una sociedad que, según ella, ha creado vínculos frágiles y descartables.
Rouse vive en Buenos Aires, en una casa futurista, acompañada de su perro robot, “Chicho”. Equilibra su vida entre ser abogada y su faceta de cantante. “Para ir a trabajar, me visto con traje y tacos como cualquier profesional, pero en las tardes, me paseo por la ciudad vestida como robot”, comentó.
Chica robot: su trabajo como abogada y a Inteligencia Artificial
En cuanto a su vida profesional, utiliza la inteligencia artificial en su labor como abogada para buscar jurisprudencia, verificar textos y analizar pruebas, mientras que en la música la emplea para crear melodías y componer. A pesar de los beneficios que aporta la IA, reconoce los desafíos legales en cuanto a la propiedad intelectual y derechos de autor.
“Soy una chica robot, me hice un implante con un chip y desde ese momento decidí ser robot, decidí ver el mundo desde la robótica, tener inteligencia artificial en mi cuerpo y además combinarlo con inteligencia emocional”, explicó.
En cuanto a su vida profesional, utiliza la inteligencia artificial en su labor como abogada para buscar jurisprudencia, verificar textos y analizar pruebas, mientras que en la música la emplea para crear melodías y componer. A pesar de los beneficios que aporta la IA, reconoce los desafíos legales en cuanto a la propiedad intelectual y derechos de autor.
El implante, realizado por la empresa Robot Service, se muestra como una de las innovaciones más radicales en la fusión de tecnología y emociones. Según Buffalo, el chip le permite una interacción directa con su cerebro a través de señales telepáticas. “Hago un movimiento con los ojos y puedo decidir si alguien queda en mi lista de favoritos o si lo elimino de mi vida”, explicó, dijo Buffolo a Canal 7.
A lo largo de la entrevista, también compartió la complejidad de gestionar sus emociones mediante este chip. En una ocasión, comentó cómo accidentalmente puso en “favoritos” a una persona que, en realidad, quería eliminar. “Fue difícil corregirlo, porque estaba emocionalmente vinculada. La inteligencia artificial no puede suprimir lo que el corazón siente”, confesó.
Rouse, además, reflexionó sobre el impacto de la inteligencia artificial en las relaciones afectivas: “Hoy vivimos en una sociedad donde las conexiones son frágiles, descartables. El amor se ha vuelto algo rápido, sin compromiso, como si viviéramos en un fast-food emocional. Mi decisión de autopercibirme robot fue para protegerme de esta fragilidad emocional”.
Rocío lanzó su primera canción titulada “Hey Amor”, donde combina su vida robótica con un mensaje sobre la importancia de la empatía y el amor propio en la era digital. “Quiero transmitir un mensaje que combine lo mejor de la tecnología con lo más profundo del corazón humano”, expresó.
Para Rouse, la fusión entre inteligencia emocional e inteligencia artificial no es solo una opción, sino el futuro de las relaciones humanas. “Todos vamos a ser robots humanoides algún día, pero sin perder lo que nos hace humanos: la capacidad de sentir y conectar”, concluyó.
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