"La vida es mucho más cómoda con trenzas: te despiertas lista y divina", aseguró Astrid Bolaños, la colombiana que trajo una parte de su cultura a Neuquén. El increíble trabajo.
Astrid Bolaños nació en Colombia. Allá, su mamá le enseñó la belleza y practicidad de andar por la vida con el cabello trenzado. Desde niña aprendió a hacerlo y no imaginó que, años más tarde, esa práctica casi natural de su país, se iba a convertir no solo en una salida laboral para ella -muy lejos de su lugar de origen- sino también en un goce y alegría de cada vez más mujeres en Neuquén.
Esta alegre joven dejó atrás su país hace trece años cuando su mamá se enamoró de un hombre que conoció a través de internet. No dudó en venirse al Alto Valle en búsqueda de su amor y, por supuesto, trajo con ella a sus dos hijos.
Con su sangre caliente y sonrisa de lado a lado, Astrid terminó la escuela secundaria en Cinco Saltos y ya con 18 años se fue a vivir sola. El primer trabajo que encontró fue el de moza. Pero cuando llegó la cuarentena por el COVID, se vio frustrado y tuvo que pensar en cómo hacer para ganarse la vida. Y después de darle vueltas en su cabeza encontró, justamente ahí, aquella práctica que aprendió de niña y que ahora podía compartir.
"Empecé a hacer trenzas a domicilio. Al principio solo con las técnicas que mi mamá me había enseñado. Mi cultura está muy marcada por las trenzas, son muy populares en Colombia los trenzados y las extensiones. Después, de manera autónoma me fui profesionalizando y también ahora ya tomé varios cursos para darles lo mejor a mis clientas", contó la joven trenzadora, de 25 años, a LMNeuquén.
Aunque puede sonar raro, esa cultura de origen africano y costumbre colombiana de usar el cabello trenzado enamoró a muchas neuquinas y también neuquinos. A pesar del frío y de estar muy lejos de esas tierras calientes, las trenzas largas, de colores y con brillantes sorprendieron a muchos que eligen lucirlas en Neuquén.
Lo que comenzó casi por casualidad y a domicilio se convirtió en un emprendimiento que ya cuenta con su propio salón en la capital, donde al menos unas siete mujeres por día acuden para salir totalmente renovadas.
"Ya van unos seis años a pleno. A las neuquinas les encantaron las trenzas, es impresionante la aceptación que tiene acá. Incluso mucho más que otras ciudades vecinas como Cinco Saltos. Acá en Neuquén hay una demanda constante de más colores y más formas, el mundo de las trenzas se amplía mucho", contó con emoción.
Con el correr de los primeros trenzados, Astrid eligió el nombre de su emprendimiento junto a una de sus clientas. "Ella me miraba y comparó mi trabajo con el de las arañas tejedoras y justo la araña es un animal con el que yo siempre tuve mucha relación, en mi casa en Colombia tenía una de mascota así que me pareció súper oportuno ponerle Aranea -que es araña en latín- Trenzas", contó.
Trabajo mancomunado
Astrid no es la única detrás de "Aranea Trenzas", sino que este emprendimiento que no para de crecer alberga también a Denis, su pareja en la vida y en el trabajo. Él es el encargado de crear los colores sintéticos de las trenzas que van a llevar las clientas. También trabaja con ellos Hanna, otra trenzadora, y una encargada de las redes sociales, donde se ocupa de compartir las creaciones.
Las trenzas se inician con el cabello de la clienta, al que se suman extensiones de colores, brillos, adornos y muchas decoraciones más.
"Cada vez que llega una clienta la asesoramos y evaluamos la situación. Si tiene muy poco pelo hacemos trenzados finos y livianos para que le sea llevadero a ese tipo de cuero cabelludo. Siempre buscamos la salud capilar, antes que la belleza", contó la trenzadora.
Las personas que se animan a este cambio de look lo podrán llevar consigo hasta dos meses. Ese es el tiempo prudente que Astrid aconseja para dejar el cabello trenzado. Luego, dijo, es conveniente darle un descanso para que no se ponga quebradizo.
Una vez que determinaron el tipo de cuero cabelludo de la clienta, les proponen los diferentes trenzados más acordes. "Los materiales que usamos son sintéticos y no absorben ni agua, ni olor. Es prolijo y limpio e incluso cuando sacamos las trenzas ese mismo material se puede volver a reutilizar, así que es ecológico y económico", aseguró.
"Duran dos meses por una cuestión de salud. Todos los días nos crece el pelo y con el trenzado se pueden llegar a enredar los pelos de la raíz. Si nos excedemos de esos dos meses, se puede llegar a formar una rasta y eso puede ser doloroso. Para evitar ese dolor retiramos la trenzas a los dos meses, que es lo más sano. Así lo recomendamos para que sea lo más fácil posible y que no duela", explicó sobre la duración de las trenzas.
Para poder colocar las trenzas, el cabello de la clienta debe tener al menos 13 centímetros de largo. Es la extensión que necesitan para tener un margen y poder enganchar el pelo sintético. Y ese es el primer escollo con el que se encuentran los varones, que en general utilizan el pelo corto, por lo que si deciden quererse poner trenzas deberán esperar que les crezca.
Astrid explicó que las trenzas se agarran al pelo natural y el cabello queda cubierto con el pelo sintético. Por eso se reduce al máximo el uso de shampoo y acondicionador. "Ya no nos lavamos el pelo todos los días, sino que una o dos veces por semana. El acondicionador se cancela y también la planchita y el secador, así que durante este tiempo hacemos que el pelo descanse de químicos y calor. Al estar protegido, puede tener un crecimiento más fuerte y rápido", afirmó.
Así es que, además de las mujeres que se acercan a trenzar sus cabellos porque les encanta el resultado que obtienen, también llegan al salón de Astrid mujeres que se decoloraron y quieren darle un descanso a su cabello o que quizás se hicieron un corte que no les gustó.
Una de las dudas que reflejan las clientas antes de hacerse trenzas es si van a facilitar la caída de su cabello. Pero justamente es al contrario, tener su pelo resguardado y debajo del pelo sintético ayuda a un crecimiento fuerte y sano, aseguró la joven. "Nosotros todos los días mudamos de pelo, es común que uno encuentre algún pelo en la almohada o en el cepillo. Durante estos dos meses ese pelo que se cae va a caer, pero va a quedar retenido por las trenzas y por eso a veces cuando algunas mujeres se las sacan y ven esa cantidad de golpe se asustan, pero es lo normal, se trata de esos pocos pelos que se caen por día, pero de dos meses", explicó.
Los precios de las trenzas colombianas
Las opciones de los trenzados sintéticos pueden tener cabellos de colores fantasía o también colores naturales como negro, cobrizos o rubios que permiten que se mezclen con el cabello natural, de modo que no se distinga dónde termina uno y empieza el otro. Entre los colores fantasía, los emprendedores pueden crear el que quiera la clienta: amarillo, rosa, turquesa, verde y muchos más. Además, las trenzas están decoradas con anillos, argollitas, cuencas de madera, hilo de colores y brillantes.
Este trabajo dura entre 4 a 8 horas, aunque siempre va a depender del diseño elegido y del tipo de cabello con el que se trabaje. Realizan trenzados completos, en corona o laterales. "En temporada alta, que viene a ser el verano, recibimos unas 7 clientas por día. Y hoy, aunque el verano ya pasó, nos siguen eligiendo y tenemos bastante trabajo", aseguró la joven, quien espera su primer hijo o hija.
"Es un trabajo muy gratificante porque, si bien por ahí terminamos muy cansados, cuando ves la reacción de la clienta, con esa sonrisa ante el espejo, te llena de emoción. Ves a la misma persona que llegó con otra mirada de ella misma y se va enorme, feliz, a los abrazos y agradeciendo", relató sobre la emoción que viven las mujeres al verse tan diferentes. Dentro de la clientela que concurre a este salón hay un 10% de hombres. "Vienen pocos, pero algunos se animan", contó.
Con respecto a los precios, los trenzados completos arrancan en los 44 mil pesos y las trenzas que van hasta la cadera, con todos los materiales incluidos, pueden llegar a los 54 mil pesos. También hay trenzados más accesibles, de ocho mil a doce mil pesos. En este caso, los peinados tienen una menor duración -unas dos semanas- y muchas veces sirven para las mujeres que recién comienzan y tienen dudas, aunque -según garantiza Astrid- la mayoría de las mujeres que se hacen las trenzas vuelve por más.
"La vida es mucho más cómoda con trenzas"
Como no podía ser de otra forma, Astrid luce trenzas, ya que, para ella, es la forma más práctica de llevar su cabello. "Te hacés las trenzas, te olvidás de peinarte y esos 15 minutos los uso para seguir durmiendo. La vida es mucho más cómoda con trenzas: te despertás lista, divina", aseguró.
"Tenemos clientas que ya se ven con trenzas: su imagen es con trenzas y, cuando no las tienen, es como que algo les falta. Es tal la comodidad y seguridad que les dan que ya las tienen como parte de su rutina, de su imagen, de ellas. Esas clientas vienen todos los meses y se olvidan de peinarse, están más cómodas", aseguró.
La mayoría de las mujeres que va al salón para trenzarse el pelo es neuquina, pero también llegan desde otras ciudades como Zapala, Picún Leufú o Añelo e incluso de localidades de otras provincias como Catriel (Río Negro) o 25 de Mayo (La Pampa). Y solo un 5% son extranjeras.
"Acá la gente se anima a hacerse cosas diferentes, hay un ritmo de vida muy movido", contó la joven, quien además dijo que son varias las trenzadoras que trabajan en la región. La colombiana, enamorada de la Patagonia, está feliz de poder traer un poquito de la cultura de su país a Neuquén y, especialmente, de acercar esa libertad que -asegura- brindan las trenzas.
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