En 2007 descubrió su vocación que la llevó a capacitarse en temas de sexualidad y a conocer más de 23 países.
Esta historia comienza en Neuquén, en el año 2007. Son tiempos en los que Mariela Tesler trabaja como diseñadora gráfica en una petrolera, está casada y tiene dos hijos. Todo parece ir genial. Sin embargo, ella siente que esta no es su misión en la vida. Necesita algo que la haga vibrar de verdad. Y no precisamente un vibrador, aunque pueda usarlo sin ningún tipo de problemas, porque para ella el sexo no es ningún tabú. Al contrario. Es algo tan natural y lo vive con tanta libertad, que sus compañeras de oficina le hacen todo tipo de preguntas como si fuera una profesional en la temática. Todavía no lo es, pero pronto lo será. Al punto que potenciar el disfrute sexual de las personas terminará siendo su vocación y su trabajo, algo que la llevará a escribir libros, columnas en todos los medios nacionales, será un éxito en Instagram y recorrerá el mundo enseñando sobre el amor, la pareja, el sexo y el goce.
“Encontré la satisfacción en poder ayudar a las personas a destrabar su placer, a conectar con su cuerpo y con el disfrute”, cuenta Mariela Tesler para LMNeuquén, y agrega que “en torno al sexo hay mucha desinformación, prejuicio, mucha película porno y mensajes que no son. Yo siempre encaré el tema con un perfil educativo, amoroso y trabajando el concepto del sexo emocional”.
Como buena diseñadora en comunicación visual que es, lo primero que le atrajo de todo este gran mundo fueron los juguetes sexuales. Patitos, Pingüinos, y un sinfín de accesorios con formas, texturas y colores increíbles la fascinaron tanto que la llevaron a ser la precursora del tuppersex en la Argentina. Todavía desde Neuquén, y en tiempos en los que organizar este tipo de eventos parecía de lo más osado, Mariela comenzó a realizar reuniones en casas de mujeres para venta de accesorios y cosmética sexual. La propuesta tardó muy poco tiempo en convertirse en un éxito total. “Empecé a realizar eventos masivos, en bares, en el casino, y siempre explotado de mujeres. Fue toda una revolución, porque siempre estuvo la necesidad de hablar de sexualidad y no existían estos espacios”, recuerda Mariela.
Aunque le llevó muchos años y un trabajo de hormiga, el emprendimiento creció exageradamente, más de lo que su mentora hubiese imaginado. Ella, que sólo había pensado en hacer un proyecto educativo y lúdico sobre la sexualidad para ayudar a mujeres, en algún momento se vio llevando adelante un espectáculo teatral, brindando seminarios, talleres, charlas y eventos sociales; siendo asesora comercial de Lelo, la marca N°1 en juguetes sexuales, y en simultáneo formando a vendedoras de tuppersex. Fue tal la aceptación de su propuesta, que empezaron a pedirle que escribiese columnas en diferentes medios gráficos, a estar como invitada en todos los programas de TV, y a ser columnista de radio La 100, en el programa de Guido Kaczka. A esta altura Mariela ya se había mudado a Buenos Aires y empezaba a convertirse en una fuente obligada de consulta para temas de la vida íntima. “Hemos hablado de sexo a las doce del mediodía hasta en un noticiero”, cuenta esta especie de personal trainner sexual, quien agrega “el trabajo me lo tomo muy en serio”.
Pero para convertirse en un hit de la educación sexual no alcanza con ser divertida, didáctica o desprejuiciada. El talento natural hay que sustentarlo con estudio, algo que Mariela hizo: se formó en Sex Coaching, completó posgrados de sexualidad y pareja, y también realizó cursos de ginecología natural y tantra, por mencionar algunos. Con todo este recorrido académico, supo hacerse el tiempo para escribir el libro “Ganas de Vos”, donde recopila historias de sexo; y también es la coautora de “La Ciencia de la Seducción”, que “es una recopilación de estudios científicos sobre la seducción, la atracción y el deseo; que ya va por la segunda edición y está traducido al inglés”, explicó.
Pero en tiempos en los que se revisan más las redes sociales que las bibliotecas o las librerías, ni lerda ni perezosa, Mariela también comenzó a explotar su Instagram, donde hoy la siguen 85 mil personas, que pueden aprender desde la virtualidad a hacer un streaptease, ejercicios para fortalecer zonas íntimas y todo tipo de técnicas y recomendaciones sexuales. Consultada sobre la clave del éxito de su propuesta, Mariela dice que “yo creo que a la gente le interesa porque explico las cosas de manera muy sencilla”, afirma esta mujer que comenzó trabajando exclusivamente con mujeres, pero que después se expandió a parejas y ahora también lo hace con hombres. “Las mujeres me decían que aprendían un montón, pero que necesitaban que también les explicase a los maridos”, cuenta ahora entre risas Mariela.
Además del curso “Lo que ellas quieren”, diseñado para que los hombres puedan entender el placer femenino, Mariela Tesler ofrece otros tres cursos online: Especialista en Tuppersex, destinado a personas que quieran dedicarse a la venta de estos productos; Crecimiento Erótico, que es un ABC para reciclar la vida sexual; y Orgasmo Femenino, donde brinda herramientas para vivir experiencias orgásmicas con y sin pareja: “ me tocó atender mujeres de 70 años que lograron tener a esa edad su primer orgasmo, y que me han agradecido por ayudarlas a disfrutar y a relajar, y esas cosas para mí no tienen precio” dice Mariela emocionada.
Que goce el mundo entero
Siempre detrás de nuevas emociones y nuevas experiencias, hace tres años Mariela recordó una frase que repetía su abuela: “Si me muero mañana, me muero feliz por todo lo que hice”. Sin darle demasiadas vueltas al asunto se la apropió, armó una lista de objetivos personales, profesionales, sexuales y familiares, y decidió ser nómade. Vendió su casa, su auto, regaló su ropa, y con una valija se fue a recorrer el mundo, entrevistando a gente sobre el amor, la pareja, el sexo y el disfrute en general.
Hasta el momento recorrió 23 países, y sólo el año pasado vivió en 30 ciudades de 12 países, entre ellos México, Colombia, Portugal, Grecia, España, Chipre, Croacia, Turquía y Estados Unidos. Se hospedó en hoteles de cinco estrellas y en el hostel más barato. Ahora que tachó toda su lista de pendientes, ella siente que “lo importante es el camino y la felicidad es un estado, no es tener muchas cosas ni estar en un lugar paradisíaco. Soy muy feliz conmigo misma, estoy orgullosa de lo que logré, de todos los miedos que traspasé, de haber traspasado mi zona de confort, de haberme animado”.
De vuelta en Argentina, y disfrutando de los afectos y de esa argentinidad que tanto extrañó mientras estuvo afuera, hoy Mariela no sabe cómo seguirá escribiendo su historia, pero sí sabe algo: “Todo lo que hice y sigo haciendo tiene full corazón. Me encanta lo que hago, ayudar a las personas, todo lo que me vuelve; y yo siento que si me muero mañana soy feliz. La vida es un regalo que disfruto cada día como si fuera el último”.
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