La familia denuncia demoras y destrato al intentar activar la búsqueda. La escalofriante sospecha que tienen.
La desaparición de Delicia Mamani Mamani, una joven de 25 años, mantiene en alerta a su entorno desde el 21 de noviembre. Su familia, docentes y compañeras continúan reclamando una búsqueda eficaz mientras se multiplican los interrogantes.
Sin rastros digitales, sin actividad en su teléfono, las autoridades iniciaron una búsqueda, aunque los familiares afirman que la denuncia no fue tomada a tiempo.
Desde el momento en que se perdió contacto con ella, la comunidad educativa se mantuvo movilizada. Diez días sin señales reforzaron las sospechas sobre su posible captación de una red de trata, según la abogada de la familia.
La joven cursa el profesorado de Primaria en la Escuela Normal Superior Alejandro Carbó en Malagueño, Córdoba, pero es oriunda de Jujuy.
El día que desapareció y las primeras señales de preocupación
Delicia salió de su casa en el paraje Punta de Agua sin despedirse y sin llevar dinero. Ese detalle encendió las primeras alarmas, ya que no solía ausentarse sin avisar.
Sus redes sociales dejaron de tener actividad el mismo día y su teléfono celular no volvió a encenderse. Para su familia, este patrón resulta inusual y representa un indicio directo de una situación de riesgo.
La vivienda familiar se encuentra en una zona rural cercana a Falda del Carmen, donde las condiciones materiales limitan el acceso rápido a servicios de seguridad y asistencia. Según la abogada Natalia Lescano, la vulnerabilidad del hogar y la barrera idiomática de la madre condicionaron la respuesta estatal desde el primer momento.
A esto se sumó un antecedente que preocupa al entorno: compañeras de estudio señalaron que Delicia venía atravesando dificultades emocionales y que mantenía contacto virtual con un hombre mayor, a quien nunca llegó a ver en persona. Para docentes y allegados, ese vínculo abre la posibilidad de un engaño o de una captación.
Demoras en la denuncia y denuncias de destrato institucional
El intento de denunciar su desaparición llevó a la madre de Delicia, María Mamani Mamani, a atravesar largos períodos de espera y negativas en distintas dependencias. La mujer, quichua parlante, relató que enfrentó un destrato grave, guardias prolongadas y rechazos formales que impidieron iniciar la búsqueda en tiempo oportuno.
Recién este lunes logró constituirse como querellante particular, un paso que resultó central para exigir medidas concretas y acompañamiento judicial. Lescano recordó que la joven tiene derecho a una tutela judicial efectiva, en línea con lo que establecen las 100 Reglas de Brasilia para personas en situación de vulnerabilidad.
Según el portal El Doce.tv, la denuncia fue rechazada incluso en varias jurisdicciones, entre ellas la Unidad Judicial 18 de Córdoba capital y dependencias de Jujuy. Días clave se perdieron en trámites y esperas que pudieron evitarse.
Las docentes de la Escuela Normal indicaron que ese retraso configuró un escenario crítico: “La familia vive en absoluta precariedad y la mamá casi no habla español. No activar la búsqueda desde el primer momento tuvo consecuencias directas”, señalaron.
Luego de insistencias reiteradas, se activaron protocolos de búsqueda y se sumó la Policía de Córdoba. Aún así, organizaciones de mujeres y referentes educativos advierten que el esfuerzo actual no compensa las demoras iniciales.
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