Un informe privado muestra que los recursos de origen nacional de envío automático están creciendo por debajo de lo esperado.
La preocupación de los gobernadores por el frustrante comportamiento de la coparticipación federal de impuestos del 2025 tiene fundamentos. Mayo fue un mes en el que por razones excepcionales se desplomó 23,3%, pero en realidad la recaudación de impuestos nacional que se comparte con las provincias está dando señales de debilidad. No es un buen dato para los gobernadores ni tampoco para el Gobierno que juega la totalidad de su suerte al superávit fiscal a toda costa.
La consultora Politikón Chaco presentó un informe en el cual se advierte que hay cuatro “drivers” de la relación fiscal entre la Nación y los estados que están funcionando muy por debajo de lo esperado.
La preocupación de los gobernadores respecto a los recursos nacionales se puede resumir en tres conceptos centrales:
• Optimismo diluido. En 2024, los recursos automáticos de origen nacional a provincias (coparticipación y otras leyes especiales de reparto automático) registraron una caída real del -10%. Para 2025, las estimaciones iniciales eran optimistas: se esperaba una recuperación significativa de la actividad económica que impulsara la recaudación y, con ello, permitiera recomponer márgenes fiscales y fortalecer la gestión presupuestaria subnacional. Sin embargo, ese optimismo se fue diluyendo con el correr de los meses, ante una recaudación que no mostró el repunte necesario para recomponer de forma sostenida los recursos distribuidos a las provincias
• Recaudación vinculada al consumo sin recuperación firme. El IVA, principal fuente de recursos dentro de la masa coparticipable, exhibió un desempeño errático: creció en los primeros tres meses del año (impulsado en parte por una baja base comparativa) pero cayó en abril y mayo, y se ubicó por debajo de las expectativas previas. En el acumulado enero-mayo, el tributo apenas se recuperó un 1,1% real frente al mismo período de 2024, lo que representa un rebote mucho más débil de lo anticipado.
• Ganancias cae más de lo previsto e Internos no logran repunte. En el caso del impuesto a las Ganancias (el segundo en importancia dentro del reparto federal), si bien en los primeros meses del año mostró cierta mejora, en mayo registró una caída mayor a la esperada, lo que arrastró al tributo a cerrar el período con una variación acumulada negativa del -2,0%. Por su parte, los Impuestos Internos (muchos muy ligados al consumo) muestran una baja del -0,7%. Solo el conjunto “Otros Coparticipados” registra una suba (+24,1%), pero representan menos del 1% del total distribuido, por lo que su impacto es marginal.
"En suma, los cuatro drivers centrales de la coparticipación (IVA, Ganancias, Internos y Otros Coparticipados) no logran mostrar una recuperación consolidada: todos, salvo el último, se encuentran por debajo de los niveles de 2023 en términos reales", advierte la consultora.
¿Qué pasó entonces con la Coparticipación en los primeros 5 meses del año?
El saldo acumulado muestra una variación real levemente negativa (-0,1%). Aunque el número parezca marginal, genera preocupación por dos razones: primero, porque se esperaba una variación positiva más robusta; y segundo, porque debilita las proyecciones para los meses siguientes.
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