Se basa en la detección de señales cerebrales. Desde Río Negro trabajan en conjunto con equipos de Buenos Aires y Francia.
Un grupo de investigadores argentinos avanza en un método de obtención de imágenes del cerebro humano que podría facilitarlos tratamientos para curar la epilepsia. El proyecto es llevado a cabo en Río Negro, en el Centro Atómico Bariloche, con la participación de científicos del Conicet.
En el Departamento de Física Médica del Centro Atómico se dedican a medir y procesar señales de “stéreo electroencefalografía" (SEEG) en el cerebro de pacientes con epilepsia focal refractaria, un tipo de epilepsia que no responde a la medicación.
En la mayoría de estos casos -que son unos 170.000 en el país- el tratamiento posible es la cirugía para remover el foco de epilepsia, pero para hacerlo hay que poder detectarlo con precisión.
Hay distintos métodos que permiten hallar ese foco, pero uno de los que demostró más eficacia y eficiencia es el SEEG que continúan investigando desde el Centro Atómico Bariloche en colaboración con el Hospital de alta tecnología El Cruce “Néstor Kirchner” de Florencio Varela, en la Provincia de Buenos Aires.
Cómo es el método que investigan en Bariloche
Los científicos se valen de algoritmos, desarrollados sobre la base de técnicas matemáticas y de ingeniería, que se ponen al servicio de la medicina; en este caso, de los neurólogos y sus pacientes.
Las mediciones SEEG forman parte de un protocolo clínico de avanzada para el tratamiento de la enfermedad, que ya se aplica en Francia y en una institución porteña. Hasta ahora se demostró que la tasa de éxito de la operación que involucra este método es del 60% y continúa en crecimiento.
A través de la stereo electroencefalografía se monitorean las señales cerebrales del paciente. Se utilizan unos electrodos muy delgados que, en contacto con el tejido neuronal, miden la actividad eléctrica de las neuronas.
“A partir del análisis de esas señales es que se puede identificar la ubicación del foco epiléptico, es decir, la región cerebral que desencadena las crisis epilépticas”, explicó Damián Dellavale, doctor en Ingeniería e investigador adjunto del Conicet que lleva adelante el proyecto junto a su colega Germán Mato.
“El neurólogo tiene su entrenamiento y, observando distintas características de las señales, puede extraer información», agregó Dellavale.
«Por una cuestión práctica, un neurólogo no puede sentarse a ver horas de registro neuronal porque eso consume muchísimo tiempo y le llevaría una semana mirar las señales de un solo paciente. Una forma práctica, es utilizar estos algoritmos y procesar las señales en una computadora para acelerar el proceso”, detalló el científico.
En el inicio de la investigacion se analizaron datos de pacientes franceses, y luego se sumaron pacientes en Argentina a partir del trabajo conjunto con el Hospital El Cruce que tiene un departamento médico dedicado a la epilepsia refractaria.
Por el momento, el talón de Aquiles es el costo del método. “Si uno tiene en cuenta todos los equipos y las horas de los profesionales involucrados en el tratamiento, el costo ronda alrededor de los 20.000 euros por paciente”, admitió Dellavale.
El primer trabajo sobre el proyecto fue publicado en 2020 por los científicos de Bariloche junto con la neuróloga Silvia Kochen del Hospital El Cruce.
La investigación siguió avanzando hasta la publicación del año pasado en la revista Epilepsia, la publicacion oficial de la Liga Internacional contra la Epilepsia, con sede en Francia, la nación pionera en el desarrollo de este tipo de medición de señales eléctricas del cerebro.
Río Negro, Buenos Aires y Marsella
Al día de hoy, los argentinos siguen siguen trabajando en colaboración internacional, con Francia y hay tres equipos de investigación involucrados: los dos de la Argentina y el grupo de Epileptología y Ritmos Cerebrales del Hospital de la Timone, Marsella; con Christian-George Bénar, Stanislas Lagarde y Fabrice Bartolomei.
El desafío de hoy pasa por seguir investigando y responder todas las preguntas abiertas. “Hay un largo camino por recorrer. Queremos insistir, procesar señales de un mayor número de paciente -explicó Dellavale-. Mi sueño es acercarnos lo más posible a que estos resultados que obtuvimos se incorporen dentro de un protocolo clínico”.
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