Comodoro Rivadavia: la increíble historia de vida del basquetbolista estadounidense que llegó a Gimnasia
De chico vivió en seis hogares distintos, y jugó en diez países antes de llegar a la Liga Nacional.
El nuevo refuerzo de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia para jugar la Liga Nacional de Básquet 2024/25 se llama Travis Daniels y le dicen TD, es un interno de 32 años, mide 2,03 metros y llegó a Chubut luego de competir en ligas de Estados Unidos, Ecuador, Luxemburgo, Alemania, Grecia, Canadá, Chipre, República Dominicana, Bulgaria y Rumania.
Nacido en los Estados Unidos, Daniels trae consigo también una historia de superación, un camino en el cual el deporte fue la salida para una vida de desventuras que debió afrontar prácticamente desde que nació.
Daniels es de Eutaw, un pueblito de poco más de dos mil habitantes en el estado de Alabama. Allí nació y lo crió su abuela, ya que su madre entraba y salía constantemente de la cárcel, aquejada además por problemas mentales.
La abuela de Travis cuidaba de él y de sus seis hermanos. En la vereda de enfrente de la casa de la abuela había un parque al que llamaban “the big park” (el gran parque). Allí los hermanos Daniels iban a jugar al básquet. “Yo era el que andaba de acá para allá, era el más chico”, recuerda Travis.
Las cosas volvieron a complicarse cuando su abuela sufrió un problema de salud que la llevó a estar hospitalizada durante un año. Él tenía 13 años y quedó al cuidado de una prima mayor. Ya entonces, lo que más lo movilizaba era el básquet.
Un triplero sin hogar
“El deporte siempre ha sido lo único que me ha mantenido en marcha. Siempre tuve eso y la escuela. Pero en definitiva, el básquet fue mi terapia”, afirma.
Travis trataba de copiar a las estrellas de la NBA aquel momento. Soñaba con ser Allen Iverson o el mismísimo Kobe Bryant. Su buena mano con los triples le permitió empezar a ganar dinero con el básquet callejero y así escapó de la vida de pandillas y drogas de su pueblo.
Pero a la vez, los tiros de tres puntos que se habían convertido en una suerte de trabajo fijo para él, lo dejaron sin hogar. Como llegaba a cualquier hora, siempre ocupado en las canchas de básquet, sus primos lo echaron de casa.
Todavía era un niño. Una hermana mayor lo cobijó un tiempo, que no fue demasiado largo.
Poco después, un día, una trabajadora social llegó a la escuela donde cursaba Daniels. Llevaba en su mano una bolsa de basura con la ropa del chico e iba a buscar su legajo escolar y a avisar que Travis estaba en situación de calle, que su hermana había dejado de darle alojamiento porque “debía cuidar de su propia familia”.
A la mujer la atendió una consejera escolar llamada Tamika Thompson, quien se involucró tan directamente en el asunto que decidió ser ella quien se quedara al cuidado de Travis, junto con su esposo, Stan.
Otra vez en la calle
Los Thompson, sin embargo, no pudieron convertirse en sus tutores legales, por lo que en un momento terminó siendo ubicado en un hogar para adolescentes varones.
Pero Tamika y Stan siempre se mantuvieron en contacto, a tal punto que Daniels hoy los considera su familia. Tamika es su madrina, pero para él es su madre.
"Me acogieron y desde entonces construimos una relación", dice. "Hablamos todo el tiempo".
A los 14 años, Travis medía un metro con setenta y cinco centímetros. Dos años más tarde, ya alcanzaba el metro con ochenta y siete y llamaba la atención del mundo del baloncesto.
Fue figura en el equipo de su secundaria que ganó el torneo estadual, y entonces apareció otro matrimonio: Harlan y Linda Wilson. Tenían tres hijos propios pero lo adoptaron y también lo consideraron uno más de la familia.
"(Harlan) es un buen tipo, un gran hombre -dice Daniels-. Un gran padre. Alguien con quien puedo hablar de cualquier cosa".
El largo camino a Comodoro Rivadavia
Tras egresar de la secundaria jugó dos años en el Shelton State Community College en Tuscaloosa, Alabama, y finalmente le ofrecieron una beca completa en la Universidad de Mississippi State, para competir la División 1 de la NCAA, la principal liga universitaria de los Estados Unidos
"Eso fue algo surrealista para mí", recuerda Daniels. Pronto se convertiría en un trotamundos del básquet. No pasó por la NBA (estuvo en el draft de 2016 y no fue contratado) pero sí por las ligas de Ecuador, Luxemburgo, Alemania, Grecia, Canadá, Chipre, República Dominicana, Bulgaria y Rumania, y ahora llega a Comodoro Rivadavia para vestir la camiseta de Gimnasia y Esgrima.
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