Cuál es el origen de "una fusilada que vive", la frase que usó Cristina para hablar de su condena

En el marco del "Día de la Resistencia Peronista" la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en la sede del Partido Justicialista. Junto a dirigentes y militantes, Cristina afirmó "soy una fusilada que vive" haciendo alusión a una de las investigaciones periodísticas más importantes del país.

Mientras esperaba la condena de la Causa Vialidad, Fernández de Kirchner parafraseó la frase que da inicio al libro 'Operación Masacre', de Rodolfo Walsh, que tiene como temática los fusilamientos de militantes peronistas ejecutados por la policía en la localidad bonaerenese de José León Suárez, el 9 de junio de 1956.

Este trabajo que realizó Walsh, el periodista que fue secuestrado por un grupo de la ex ESMA y seguidamente ejecutado. La versión oficial de "Operación Masacre" indica que se trata de la historia de Juan Carlos Livraga, quien en la noche del 9 de junio de 1956 fue testigo y víctima de uno de los episodios más oscuros de la historia argentina.

operacion masacre

La historia detrás de la célebre frase

El 9 de junio de 1956 dio origen a una fecha muy recordada por el peronismo. Enmarcado en la actualidad como "Día de la Resistencia Peronista", indicaba una sublevación del general Juan José Valle contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas culminó en una serie de fusilamientos clandestinos, entre los que se encontraba Livraga y sobrevivió milagrosamente.

Como no tuvo éxito el levantamiento que buscaba restaurar el orden constitucional tras el golpe de Estado de 1955, la dictadura de Aramburu y Rojas desató una brutal represión. Además de Livraga, esa noche fueron detenidos Juan Torres, Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez, Mario Brión, Horacio Di Chiano, Norberto Gavino, Rogelio Díaz, Reinaldo Benavidez y Julio Troxler.

Todos fueron llevados al basurero de José León Suárez y, bajo las órdenes del inspector mayor Rodolfo Rodríguez Moreno, un grupo de policías bonaerenses ejecutó a varios detenidos. Aún así, siete de ellos lograron sobrevivir ocultándose debajo de sus compañeros fusilados y otros corrieron y lograron escapar. Uno de ellos fue Juan Carlos Livraga, que recibió tres balazos y fue dado por muerto, pero seguía con vida.

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Horas después de la masacre, lo trasladaron a la Cárcel de Olmos, lugar en el que sobrevivió por segunda vez gracias a un rumor falso. Allí aseguraban que el colectivero había matado a cuatro policías. "Dentro de la cárcel no comíamos", indicó tiempo atrás en una entrevista. "Cuando me miré en el espejo me asusté, había perdido 20 kilos", agregó.

Así comienza el libro de Walsh, cuando alguien le dice: "¡Hay un fusilado que vive!", frase que fue el disparador de su investigación. La misma no sólo se convirtió en un hito del periodismo de investigación. Esta obra no sólo documentó hechos, sino que también denunció las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen militar.

Los fusilamientos de José León Suárez dieron nacimiento al Día de la Resistencia Peronista, como síntesis de la lealtad a Juan Domingo Perón, que por aquel entonces estaba exiliado en Panamá.