A pesar de que sigue siendo alta, estuvo en la mitad de las subas que se registraron en diciembre y se parece a la de noviembre, previo a la devaluación. ¿Seguirá desacelerando?
La inflación de alimentos y bebidas en la primera semana de enero pareció llegar al límite que le impone la demanda. Entre el 27 de diciembre y el miércoles 3 de enero los precios subieron 4,6%. Si se compara con todos los saltos semanales ocurridos en diciembre, este es el más corto.
Así lo indica un relevamiento dado a conocer por la consultora LCG. Se puede suponer que la multiplicidad de decisiones de pequeños y medianos comerciantes, además de consumidores, de rechazar incrementos de precios lanzados por las empresas productoras en los últimos días haya tenido algún efecto.
Por caso, en el mercado de Cañuelas, donde se concentra la oferta de ganado en pie para la región de la Capital y el Gran Buenos Aires, se produjeron caídas del precios de más del 25% en las últimas ruedas. Es decir que la demanda de alimentos está empezando a dar señales de haber llegado al límite de elasticidad.
No obstante, los guarismos son preocupantes si se tiene en cuenta que, pese a la baja en relación con los niveles previos, son más altos que la evolución salarial: la inflación promedio mensual de alimentos (en rigor el acumulado de las últimas cuatro semanas) llegó al 30,8%, 2,7 puntos porcentuales más que la de medida la semana anterior, pero la medición punta a punta cayó al 32,5%, 3,6 puntos por debajo que la estimación previa.
El 4,6% supera a cualquier medición semanal previa a diciembre, pero a su vez es inferior a la que quiera escoger de ese mes, que tuvo aumentos del 7,4%, 6,1%, 11,5% y 7,1%.
Las mediciones venideras permitirán comprobar si se trata de un cambio de tendencia o solamente un caso excepcional.
Mientras tanto, la evolución semanal dejó en evidencia que el promedio del 4,6% esconde una notoria dispersión, con tres rubros con alzas superiores y siete por debajo de ese nivel. Entre los primeros se anotaron Condimentos y otros productos alimenticios (25,68%),
Productos de panificación, cereales y pastas (9,84%) y Azúcar, miel, dulces y cacao (5,51%), en tanto en el resto figuraron Carnes (4,41%), Bebidas e infusiones para consumir en el hogar (3,81%), Comidas listas para llevar (3,46%), Aceites (2,86%), Productos lácteos y huevos (2,54%), Verduras (1,56%) y como, el único caso de deflación, Frutas (-0,06%).
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