Se trata de Fabián Javier Gutiérrez, víctima del derrumbe del hotel Dubrovnik. El testimonio de sus sobrinos.
Este martes se confirmó el hallazgo del cuerpo de Fabián Javier Gutiérrez, la cuarta víctima fatal del derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell, elevando el número de fallecidos en esta tragedia. Gutiérrez, carpintero de profesión, había advertido previamente sobre los riesgos en las obras que se estaban realizando en el edificio, a través de un audio enviado antes del colapso.
En la grabación, Gutiérrez expresó su preocupación por las condiciones del hotel y las refacciones en curso: “Están invirtiendo un montón de guita en algo que está prácticamente hecho pelota”, comparando la situación con un intento inútil de reparar algo deteriorado.
En su mensaje, también mencionó que las obras buscaban transformar el apart hotel, aunque con materiales de baja calidad, lo cual no convencía al arquitecto a carga del proyecto.
El carpintero que murió atrapado por los escombros
Javier llegó a trabajar al hotel, allí también se alojaba cuando se derrumbó, el pasado martes por la madrugada. Tenía presupuestos aprobados y quedaba avanzar con el mobiliario que le encargaron para renovar las habitaciones.
“Él quería hacer estos laburitos, una changa, para comprarle una carpa a su hija y que se vaya a las excursiones”, cuentan Joel y Nicole Molina, sobrinos de Javier.
Tenía 53 años y, como aseguran, “lo hacía todo por Nicole”, de 15 años, que vivía con la madre mientras él aceptaba esta propuesta laboral a más de 350 kilómetros de su domicilio, en Merlo, provincia de Buenos Aires.
Allí tenía su taller en el que hacía carpintería de obra y mobiliario. “Lo que buscaba era hacer una diferencia para sostener su tallercito y pagar el alquiler”, señala Joel, que también es carpintero y conocía de las mejoras que a su tío le habían encargado en este establecimiento de esta ciudad balnearia. “Lo convocó el dueño del hotel e interactuaba con una arquitecta, fue directo”, dijo.
El deseo del carpintero
El sobrino de Javier ratifica que a su tío le encantaba esta cercanía con la playa y que incluso quería que sus familiares se vinieran con él, para acompañarlo mientras realizaba los trabajos que le habían encargado. “Nos invitaba, quería que estemos con él”, señaló.
La búsqueda que se hizo en el marco de este operativo a cargo de rescatistas también permitió rescatar primero varias pertenencias de Gutiérrez, incluso sus herramientas. El cuerpo fue lo último que hallaron. Fue trasladado a Temperley, donde se están realizando las autopsias ordenadas por la fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la investigación judicial de este caso que tiene dos personas detenidas por el momento: el arquitecto Jorge Bonavita y el contratista Rubén Taquichiri. Otros cuatro acusados fueron excarcelados.
En díalogo con La Nación, Joel y Nicole agradecieron a todos los que han participado del despliegue entre escombros durante estos casi ocho días. “No tenemos más palabras que agradecimiento”. Se refieren a bomberos y rescatistas, a todo el equipo de contención psicológica y médica que los acompañó en estos días y a las autoridades municipales de Villa Gesell y de Merlo, donde residen. “No nos faltó nada y la calidez del trato fue espectacular desde el primer momento”, remarcaron.
También tuvieron expresiones de aliento para las familias de los cuatro desaparecidos que tiene todavía el caso. Son tres obreros y una joven, que colaboraba con la dueña y vivía con ella. Todo indica que los rescatistas están muy cerca de hallarlos.
“Somos gente de fe, oramos por ellos”, repiten. Y califican lo ocurrido con el hotel como “una desgracia muy grande”.
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