Fue grande la sorpresa cuando descubrieron el robo. El análisis de cámaras de seguridad permitió reconstruir lo sucedido.
Un insólito hecho delictivo tuvo lugar en una vivienda familiar, donde una empleada doméstica aprovechó la ausencia de los dueños del lugar para ejecutar un robo cuidadosamente planificado: copió la llave de la caja fuerte y se llevó una fortuna millonaria en dólares y euros.
Según detallaron a El Territorio fuentes cercanas a la investigación, la mujer de 29 años esperó a que los dueños de la casa viajaran al interior de la provincia de Misiones. para actuar sin levantar sospechas.
Así, cuando surgió la oportunidad, pudo lograr su objetivo sin forzar puertas ni dejar rastros: vació la caja fuerte y escapó con 11 mil dólares y 500 euros, dinero que provenía de la venta reciente de una moto y los ahorros familiares.
Los propietarios descubrieron el robo recién cuando regresaron del viaje. Al entrar a su casa, encontraron la caja fuerte literalmente vacía y radicaron la denuncia.
Una investigación que apuntó al círculo íntimo
A partir de ese momento, la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional desplegó un trabajo exhaustivo. El análisis de cámaras de seguridad, movimientos previos y posteriores al viaje, y el entorno cercano de la familia permitió reconstruir lo sucedido.
En ese entramado de datos, una figura comenzó a sobresalir: la empleada doméstica, quien había quedado al cuidado de la casa durante la ausencia de los propietarios.
Con las pruebas reunidas, este jueves por la tarde la Policía allanó un departamento en el barrio chacras 32 y 33. En el lugar, los investigadores recuperaron parte del dinero robado, secuestraron teléfonos celulares y varios bienes que habrían sido comprados por la acusada con el resto del “botín”.
La mujer quedó detenida a disposición de la Justicia. Ahora, los investigadores buscan determinar si hubo más personas involucradas en el hecho.
Mató a su jefe para robarle, lo enterró en el patio de su casa y se hizo pasar por él
Gran conmoción se generó meses atrás por el crimen de Aarón González, un empresario dedicado a la producción de pastas. Su cadáver fue encontrado enterrado en el fondo de la vivienda de uno de sus empleados, en Santa Teresita, provincia de Buenos Aires, luego de que un amigo alertara a las autoridades por su desaparición.
El denunciante, Daniel Di Menna, se presentó el 14 de octubre ante la policía tras recibir mensajes de WhatsApp desde el teléfono de González que le resultaron extraños. En esos textos, el supuesto González le pedía dinero prestado, pero evitaba responder llamadas o enviar audios. Cuando su amigo le preguntó por qué no se comunicaba con normalidad, recibió una explicación poco creíble: que tenía el celular roto y que se encontraba de vacaciones en Brasil.
Las dudas crecieron cuando el Ministerio Público Fiscal solicitó información a Migraciones y se confirmó que González nunca había salido del país durante este año.
El principal sospechoso resultó ser Maximiliano Sosa, un trabajador de la fábrica que mantenía contacto habitual con González. Entre los mensajes analizados por los investigadores, el falso interlocutor le aseguraba a Di Menna que había dejado al empleado a cargo del negocio, de la casa y de los autos del empresario.
Con esas pistas, la DDI hizo un allanamiento en el domicilio de Sosa. En el lugar se encontraba el hombre junto a su esposa, quienes admitieron que González estaba muerto.
A un metro y medio de profundidad, los agentes hallaron el cuerpo del empresario, enterrado con signos de haber permanecido allí varias semanas.
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