Escalofriante: un hombre convivió con el cadáver de su madre durante cuatro años

En un mismo día se conocieron dos historias que revelan vínculos familiares quebrados, abandono y una violencia que se mantuvo oculta durante demasiado tiempo. Los hechos sucedieron en La Plata y Ramos Mejía, donde dos hombres quedaron en el centro de investigaciones judiciales tras los descubrimientos del cuerpo sin vida de sus respectivas madres.

En uno de los casos, la muerte se produjo hace casi cuatro años. En el otro, se trató de un homicidio con confesión incluida.

En una casa ubicada en la calle 74 entre 20 y 21, en la ciudad de La Plata, la policía descubrió el cuerpo de Marta Jolanda Durand, una mujer de 77 años cuyo fallecimiento, según su hijo, se produjo en noviembre de 2021.

Lo llamativo y escalofriante del caso es que el hijo de la víctima, Norberto Osvaldo Corcuera, no realizó ninguna denuncia ni se contactó con servicios médicos o funerarios. Simplemente trasladó el cuerpo de su madre a una habitación de la vivienda y continuó viviendo allí.

El hecho salió a la luz este lunes por la mañana, cuando Héctor Osvaldo Durand, hermano de la mujer, se presentó en el domicilio luego de más de una década sin verla. El reencuentro familiar terminó con una denuncia a la policía y la posterior intervención de la Comisaría 8°.

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El detenido en Ramos Mejía por el crimen de su madre.

Corcuera relató que su madre había muerto mientras cenaban, debido a un paro cardíaco. Dijo que no supo cómo actuar, que no quería separarse de ella y que por eso mantuvo el cuerpo en el cuarto.

El lugar fue preservado por orden de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 7 de La Plata, mientras que el área de Casos Especiales colabora en la investigación para determinar las causas exactas de la muerte.

Aunque hasta el momento no hay elementos que apunten a un crimen, la fiscalía busca confirmar si la mujer falleció por causas naturales y si su hijo cometió algún delito por omisión, ocultamiento o abandono.

Una discusión que terminó en muerte

Mientras la ciudad de La Plata intentaba digerir esa historia perturbadora, otra noticia llegó desde Ramos Mejía. En un departamento ubicado sobre la calle Alsina al 200, en pleno centro, un hombre de 57 años fue detenido tras confesar que había matado a su madre, Amelia Nora Pérez, de 80 años.

En un principio, Leonardo Ariel Messina Pérez llamó al 911 para informar que había encontrado a su madre muerta en el baño. Alegó que se había tratado de un accidente doméstico. Sin embargo, su versión comenzó a generar sospechas cuando los efectivos notaron contradicciones en los horarios y en los detalles del relato.

Las cámaras de seguridad del edificio no registraron movimientos que respaldaran sus dichos, y los vecinos contaron que las peleas entre madre e hijo eran frecuentes y subidas de tono. Con estos elementos, el fiscal de Homicidios de La Matanza, Adrián Arribas, decidió profundizar la investigación.

En la comisaría, el acusado terminó por admitir el crimen. Dijo que durante una discusión, su madre cayó tras un forcejeo. No mencionó lo más grave: la autopsia determinó que murió por asfixia. La causa de muerte fue “hipoxia cerebral por estrangulamiento”.

Dos historias, una misma herida

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Ambos casos, aunque distintos en sus detalles, exhiben realidades familiares atravesadas por el aislamiento, el abandono y, en uno de ellos, la violencia extrema. La justicia intenta entender qué llevó a estos hijos a convivir con el cuerpo de sus madres: uno durante años, el otro durante días.

En el caso de La Plata, la investigación sigue bajo la figura de “averiguación de causales de muerte”, y por ahora Corcuera no se encuentra detenido. En cambio, Messina Pérez permanece bajo arresto, imputado por homicidio calificado por el vínculo.

Mientras tanto, los vecinos de ambos barrios siguen conmocionados. En ambos lugares, las puertas cerradas ocultaban secretos que solo salieron a la luz con la muerte como detonante.