El gobierno nacional dijo que si se hubiera eliminado a la carne del IPC de febrero hubiera dado 1,8% en vez de 2,4%. Es probable que vuelva a subir en marzo.
Algunos analistas consideran que el equipo económico de Luis Caputo enfrenta un período de malas noticias. Ahora parece haber entrado en la etapa de la explicación de por qué algunos datos de la economía real no son tan buenos.
A diferencia de 2024 en que todas las semanas tenían datos que marcaban una profunda mejora de todos los indicadores, ahora algunos de los mas importantes tienden a estacionarse o a avanzar más lento de lo que el mercado y el público desean.
De ahí se plantea la nueva polémica de los economistas con Caputo y dos de sus principales referentes, el director del Banco Central, Federico Furiase y el directo del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Martin Vauthier.
El equipo del Palacio de Hacienda salió a respaldar al presidente Javier Milei, quien picó en punta al responsabilizar a la carne vacuna como culpable del aumento de la inflación de febrero. La posición del oficialismo es que sin ese rubro, el IPC hubiera avanzado solo 1,8% en vez del 2,4%.
Las críticas de los economistas
Al respecto, el economista Roberto Cachanosky recordó que el ex ministro de Economía de la última dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, “también hizo el IPC descarnado para quitar la suba de la carne”. Cachanosky, de reconocida filiación liberal, señala además que el sucesor de Martínez de Hoz, Lorenzo Sigaut, “hizo el IPC sin textiles”.
“Con ese criterio quitale todos los rubros que te molestan hasta que te de el aumento del IPC que te gusta”, ironizó el analista, quien acusó a Caputo de “copiarle la tablita” al primer ministro de Economía de Jorge Rafael Videla.
Cachanosky comparó así la política de minidevaluaciones mensuales programadas, con la tabla diaria que rigió en Argentina en los primeros años del gobierno militar que indicaba cuánto valía el dólar.
“Ahora le querés copiar el índice descarnado. Seguí torturando los números hasta que te den lo que querés”, cuestionó el profesional.
En ese sentido, el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier, señaló respecto del IPC febrero que “lejos lo peor fue la suba de la inflación núcleo” que llegó al 2,9%. La “núcleo”. también conocida como “core”, solo toma en cuenta los productos que no tienen estacionalidad, ni tampoco incluye las tarifas reguladas. Es decir, son aquellos que se rigen por la libre oferta y demanda sin factores que alteren el comportamiento. Bueno, todo eso indica que la inflación está mas cerca del 3% que del 2%.
Pero como dice Caamaño, los procesos de desinflación “no son lineales” sino que tienen saltos. Al final caen los precios. En este caso, se espera que entre abril y mayo, los precios rompan el piso del 2% mensual. De lo que se trata en estos meses es de “pilotear” políticamente el momento.
De hecho, es muy probable que el IPC de marzo, del cual ya van dos semanas, tenga un resultado igual o mas alto que el de febrero, simplemente, porque es un mes donde la estacionalidad es más alta. Es decir, siempre marzo es mas alto. De allí que en abril podría volver a bajar a niveles de enero y recién en mayo tirar un número que empiece con 1. Eso no ocurre desde julio de 2020.
Apurar el acuerdo con el FMI
El Gobierno se metió solo en un callejón. Luego de haberse comido el “colchón” de competitividad que le dio a la economía la devaluación de diciembre de 2023, ahora tiene el problema de que se le “atrasó” el tipo de cambio. Para poder sostenerlo requiere de dólares y para ello se ha tornado más que vital el acuerdo con el FMI.
El acuerdo llegará en abril. Van a ser 4 años y medio con una tasa del 6,5% anual. La discusión está sobre cuánto dinero “nuevo”le van a dar al ministro de Economía y si le van a permitir intervenir en el mercado de cambio con ese dinero.
Argentina tiene que devolver el préstamo del primer acuerdo de Caputo de 2018 de unos u$s45.000 millones, que renegoció Martín Guzmán en 2020 y que ahora tiene que volver a negociar el mismo Caputo cinco años mas tarde. Una de las partes del nuevo acuerdo prevé fondos para “calzar” vencimientos con desembolsos. Otra será nuevo dinero que el gobierno va a usar para retirar del BCRA Letras Intransferibles, que son títulos que le entregó Cristina Fernández de Kirchner a la entidad para sacarle reservas internacionales. Hay u$s23.000 millones según el balance de la entidad.
Mercados inquietos
Los operadores financieros están intranquilos todavía. Hasta que no se cumplan al menos estas dos condiciones, de que la inflación baje a menos del 2% y aparezca el acuerdo con el FMI, van a estar mirando atentamente el entorno político e internacional. Cualquier señal negativa puede disparar una corrida contra el peso. El riesgo es la “salida en manada” de posiciones de carry trade.
A cuenta gotas, los dólares que entraron por el blanqueo se están retornando nuevamente al “colchón” de donde salieron . Ya se fue un cuarto de lo blanqueado (u$s5.000 millones), las reservas caen y los préstamos en dólares, que el gobierno ha venido usando para mantener la brecha, también bajan. Si a ello se suma que el ancla fiscal también se desgaja en los márgenes porque el gasto público empezó a subir mucho mas de lo que lo hacen los ingresos del Estado, el gobierno necesita una “nueva tanda de buenas noticias”.
El acuerdo con el organismo internacional de crédito se torna mas que necesario en este momento para tratar de que los dólares no retornen al colchón. Hay una leve tendencia, pero algunas empresas que ofrecen servicios de cajas de seguridad privadas advierten que este año se recuperó fuerte la demanda.
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