La gran mentira de una joven desaparecida: un embarazo de mellizas y un cáncer terminal

Durante casi una semana, su nombre circuló en redes sociales, noticieros y grupos de búsqueda. Priscila Margot Quesada, una joven de 20 años oriunda de Orán, Salta, estuvo desaparecida y su familia temía lo peor. Según habían informado, estaba embarazada y atravesaba un cáncer terminal.

Lo que al principio parecía un caso de desaparición con riesgo médico terminó revelando una trama ficticia que incluyó imágenes manipuladas, mensajes falsos y un embarazo inventado.

El Ministerio Público Fiscal de Salta confirmó que Priscila no estaba embarazada, como había sostenido ante sus familiares. Además, goza de buen estado de salud, sin signos de la enfermedad terminal que había asegurado padecer. La investigación intenta establecer los motivos de su conducta y si contó con colaboración de otras personas.

Mentiras, imágenes falsas y una historia que no cerraba

Priscila fue vista por última vez el 16 de mayo frente al hospital San Vicente de Paul, en la ciudad de Orán. Su hermano la acompañó hasta allí, creyendo que ingresaría para una cesárea programada, ya que la joven sostenía que esperaba mellizas.

La versión incluía un supuesto traslado posterior a Buenos Aires por un tumor cerebral que, según ella, requería atención urgente.

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La joven "embarazada" fue encontrada: era todo mentira.

Durante los días siguientes, su familia recibió una serie de mensajes que generaron aún más incertidumbre. Desde el WhatsApp del teléfono de Priscila, llegaban fotos de bebas recién nacidas, supuestamente sus mellizas, acompañadas de mensajes en los que decía encontrarse en estado terminal, pidiendo tranquilidad y comprensión.

Las imágenes resultaron ser montajes digitales: en algunos casos, se utilizaron fotos tomadas de internet, a las que se les colocó el rostro de la joven mediante herramientas de edición y filtros de inteligencia artificial.

La confusión alcanzó su punto máximo cuando una supuesta enfermera contactó al hermano de Priscila para decirle que la habían trasladado en helicóptero a Comodoro Rivadavia. Alertados por la falta de registros médicos oficiales, su madre y su pareja se trasladaron a Buenos Aires y constataron que en ningún hospital figuraba como paciente. La Justicia intervino de inmediato, activando una alerta nacional de búsqueda a través del Ministerio de Seguridad.

Aparición y desconcierto

Este jueves, la policía de Salta logró dar con Priscila en la ciudad de Aguaray, a unos 180 kilómetros al norte de Orán. Se encontraba en buen estado físico y sin compañía. Fue derivada de inmediato al Cuerpo Médico Forense para una evaluación. Luego de los estudios, se prevé que sea restituida al entorno familiar.

La fiscal Mariana Torres continúa a cargo del caso. La principal línea de investigación apunta a esclarecer los motivos detrás del engaño. Se busca determinar si la joven actuó por iniciativa propia, si atraviesa una situación de salud mental no diagnosticada o si alguna persona la incentivó o ayudó a sostener la mentira. Por ahora, no se descartan medidas judiciales orientadas a su contención y seguimiento psicológico.

Impacto familiar y preguntas sin respuesta

El caso dejó en shock a familiares y conocidos. Muchos de ellos creyeron en su versión sin dudar. La supuesta cesárea, las mellizas, el cáncer terminal y el traslado a un centro oncológico formaban un relato creíble para quienes la conocen. La aparición de fotos y mensajes hizo que el entorno se moviera con urgencia, buscando soluciones médicas y ayuda institucional.

Ahora, los vínculos familiares deberán reconstruirse. La noticia de que la joven de Salta no estaba embarazada ni enferma golpeó con fuerza a sus seres queridos. La justicia tomará medidas para acompañar ese proceso de revinculación. Mientras tanto, la joven permanece bajo seguimiento, en medio de un clima cargado de emociones encontradas.