Bianca Vilca trabaja a 120 metros del suelo y se ocupa del mantenimiento de aerogeneradores cercanos a Puerto Madryn. "No le tengo miedo", dice.
A 120 metros de altura, Bianca Vilca camina con seguridad sobre el generador de un molino eólico de los alrededores de Puerto Madryn, en Chubut. Con apenas 26 años, esta joven es la responsable de revisar y reparar las aspas de los aerogeneradores que se alzan sobre los vastos paisajes de la Patagonia.
El trabajo de esta joven ingeniera es crucial para asegurar el óptimo funcionamiento de estas máquinas gigantescas, que valen millones de dólares y juegan un papel crucial en la generación de energía eólica en la Argentina.
Nació y creció en Pico Truncado, Santa Cruz, en un entorno profundamente marcado por la industria petrolera, siguiendo los pasos de su padre, quien trabajaba en el sector y además era profesor en una escuela técnica.
Desde pequeña, Bianca lo acompañaba al trabajo y fue allí donde vio a otras mujeres en actividades habitualmente asociadas a los hombres, algo que, con el tiempo, la inspiró a seguir sus pasos estudiando una carrera técnica.
Quizá el primer movimiento en esa dirección lo hjizo a los 10 años, con viejos destornilladores que encontraba entre las herramientas de su padre, desarmando juguetes que -claro- después no podía volver a hacer funcionar. Ya entonces tenía la curiosidad por entender la mecánica de las cosas.
Más adelante, en el secundario, se apasionó con las matemáticas. En la escuela se recibió de técnica Electromecánica con una primera especialización en Mantenimiento Industrial, que luego perfeccionaría con estudios terciarios.
“Me propuse que quería trabajar en el área, y para ello tuve que realizar una tecnicatura. Me recibí con el mejor promedio y egresé con el título de Técnica en Generación y Redes Eléctricas", le contó a Diario Jornada la joven santacruceña, que hoy está viviendo en Chubut por su trabajo en una empresa especializada en el mantenimiento de parques eólicos.
Un talento de la Patagonia
Lo cierto es que el camino para cumplir su sueño no fue fácil. Tras su primera experiencia laboral en la estación transformadora de un parque eólico en Santa Cruz, Bianca decidió que quería más y empezó a enviar su curriculum a empresas de Bahía Blanca, un centro neurálgico para la industria en la Argentina.
Al principio no tuvo suerte, pero no dejó de insistir y empezó a recurrir a la red social Lnkedin para lograr su objetivoa. Así, finalmente consiguió una oportunidad en una empresa de mantenimiento de molinos eólicos en la ciudad del sur bonaerense.
Aunque esa experiencia no duró mucho tiempo, le permitió ganar la confianza y habilidades para asumir nuevos retos, especialmente asociados a las alturas.
"Cuando me dieron la tarea de controlar y reparar palas, supe que tendría que trabajar en alturas, pero eso no me preocupaba, no le tengo miedo", dice con orgullo. "Si un hombre podía, ¿por qué yo no?"
Hoy, en su perfil de la red social orientada a la oferta y búsqueda de empleo comparte fotos en la que se la ve totalmente despreocupada en los aerogeneradores que revisa a diario, con casco, sogas, arneses y todo el equipo de seguridad necesario.
Con esa seguridad adquirida, hace seis meses se instaló en Chubut, en un nuevo paso en su carrera profesional.
El respaldo de mamá Zulema
El apoyo de su familia, cuenta, fue fundamental en su carrera. Criada por su madre Zulema y junto a sus dos hermanas, Bianca recuerda cómo de niña le decía a su mamá: "Mami, voy a ser la primera técnica en mantenimiento".
Zulema se reía y al principio, le costaba creerlo. Pero nunca dejó de respaldar el sueño de su hija. Hoy, la joven ingeniera también encuentra respaldo en su pareja, Agustín, a quien conoció en el oficio y quien actualmente trabaja en otro parque eólico en Santa Cruz.
"Estamos en contacto todo el tiempo, nos amamos mucho y tenemos muchos proyectos juntos", cuenta sobre su relación.
Con la vista puesta en el futuro, Bianca sueña con trabajar en empresas internacionales, capacitarse aún más y viajar por el mundo con esta profesión. Dice que la motiva su profunda fe en Dios y que cree que el destino la llevó por este camino para alcanzar grandes logros.
Para Bianca, el “empoderamiento” de la mujer es algo más que una palabra: "Es hacer lo que nos gusta. Podemos lograr lo que sea. Luchar y quererlo con todas las fuerzas", resume.
Su mensaje a otras mujeres es claro y contundente: "Que nadie te diga qué podés hacer y qué no. Eso es empoderarse. Yo soy la prueba de que se puede lograr y que todas podemos trabajar en esto, solo hay que animarse. Estamos abriendo puertas y hay que seguir abriéndolas".
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