La motoposada de Comodoro Rivadavia donde se alojan influencer y youtubers famosos

En el barrio Saavedra, de Comodoro Rivadavia, hay un lugar en el que eventualmente uno se puede encontrar con un youtuber o un influencer famoso, además de turistas europeos que andan por la Patagonia y pasan por la provincia de Chubut, todo el tiempo. Es una “motoposada” y se llama Escorpio, porque así decidió bautizarla María Elena Maldonado, la creadora y dueña del emprendimiento.

La idea nació como si nada, simplemente porque a María Elena le llegaba el momento de jubilarse y no quería quedarse quieta.

“Charlando con una prima le comenté que quería hacer algo en casa. Había pensado en intercambio, había visto las páginas de Airbnb y conversando con Vero, me dice ‘¿por qué no pones una motoposada?’. Yo desconocía totalmente qué era, pero me gustó la idea”, le contó la emprendedora a un medio local.

La inauguración fue en noviembre de 2023. Se llama Escorpio porque, precisamente, la motoposada nació bajo ese signo que es, además, el de María Elena. Preparó la casa, la equipó, compró sábanas, toallas y todo lo necesario, y el 18 de noviembre abrió sus puertas a los huéspedes que llegan de todas partes. "Lo que más me gusta es que se sienten como en su casa", comentó.

De Chubut para el mundo

A lo largo de ocho meses, por Escorpio han pasado argentinos y también turistas provenientes de Alemania, Bélgica, Austria, Francia, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Ecuador y Brasil.

Entre los que visitaron la motoposada estuieron la influencer y creadora de videos colombiana Angélica Cháves, que pasó varios días, y la youtuber, motoquera, fotógrafa y creadora de contenidos brasileña Celina Martins, quien, por supuesto, llegó con su motocicleta.

celinamarttins_1718660062_3392688957493118631_243277316 (1).jpg

Celina Martins. La influencer brasileña pasó por la motoposada Escorpio de Comodoro Rivadavia.

Hay algunos que pasan varios días. Otros se quedan solo a descansar por una noche y luego seguir viaje. En cuanto a edades, hay de todo. Para Navidad, María Elena recibió a Américo Da Silva, un brasileño de 70 años que había descubierto la posada gracias a un folleto de los que la dueña deja en una estación de servicios cercana. Al turista brasileño le gustó lo que vio y fue a pasar el 24 a la noche junto con su familia.

Paseos por Comodoro Rivadavia

Son muchos que llegan al anochecer y se van temprano al día siguiente. Por eso, María Elena disfruta especialmente con los que se alojan varios días. Para ella, es una posibilidad de mostrarles que Comodoro Rivadavia no es solo una ciudad industrial sino que también tiene lugares turísticos para disfrutar.

Menciona el Mirador del Chenque, Kilómetro 3, y el mar. "Me gusta que conozcan la ciudad -dice–. Yo digo ‘qué lindo sería que Comodoro no sea una ciudad de paso’ porque pasa mucha gente por acá. Entonces si alguno se queda un día más o tuvo un desperfecto, aprovecho a dar una vueltita con ellos”.

El primer huésped

María Elena recuerda especialmente a Javi Suárez, su primer huésped. Una amiga de ella, de Puerto Madryn, le había recomendado el lugar. Javi estaba de paso y muy cansado.

“Iba para un encuentro de La Renga en Ushuaia y pensé ‘¿qué le preparo?, debe de estar cansado de comer sándwiches’, así que le hice una sopita de pollo. Quedó chocho”, reveló la posadera.

720 (2).webp

El cálido ambiente que María Elena le dio a su motoposada de Comodoro Rivadavia.

Así, también, empezó la difusión. “Él me recomendó otro turista -explicó- y el boca en boca me empezó a traer gente. También dejé folletos en las estaciones, porque los chicos pasan a cargar nafta y preguntan si conocen algún lugar que no sea caro, van cuidando el bolsillo”.

La opinión de los huéspedes de Escorpio se puede ver en el libro de visitas, repleto de mensajes de felicitaciones, agradecimiento y buenos augurios para María Elena y Escorpio. "Comimos tortillas caseras recién salidas del horno". "Nos hiciste sentir en casa estando a más de 4.000 kilómetros". "Mi señora bonita, usted es un ser magnífico". Cada frase es un detalle que dice algo de la motoposada y su calidez, tanta como la de su dueña.