Chubut: una embarazada chocó y tuvo a su beba en la calle con ayuda de una valiente estudiante de enfermería

Eran cerca de las 11.30 de la noche cuando Ximena Hurtado, estudiante de enfermería en la Universidad del Chubut, escuchó el ruido que produjo un choqueentre dos autos en la esquina de su casa, en Puerto Madryn.

Estaban por cenar en familia después de llegar de viaje y ella fue la última en salir a la calle a ver qué había pasado en Río Mayo y El Maitén, del barrio Pujol.

Al llegar al lugar donde estaban los autos del accidente de tránsito, se encontró con una situación inesperada. Los policías de la Comisaría Segunda, que acababan de llegar, le explicaron la situación. Uno de los autos era un remís conducido por una mujer. En el otro, iban dos ocupantes: un hombre al volante y su mujer. Iban camino al hospital Isola porque ella estaba en pleno trabajo de parto. Ximena no lo dudó y se abalanzó al vehículo.

“Cuando abrí la puerta la vi que estaba haciendo fuerza, entonces le digo a mi mamá: ‘Dame el teléfono porque está teniendo”, le contó luego la estudiante de 30 años a FM del Viento.

Gracias a sus conocimientos, advirtió que la situación era realmente apremiante.

“Ya había salido la cabecita y el torso, nada más. Como ví que ella estaba bien sentada en el medio (del asiento trasero), llamé al hospital, avisé que estaba teniendo, dí la dirección y corté”.

Pero enseguida entendió que no había tiempo y que, mientras esperaba que llegara la ayuda, debía actuar. Respiró hondo y comenzó a aplicar el protocolo aprendido en sus prácticas en la facultad.

"Le pregunté el nombre a Sol, la futura mamá, y le pedí que se recostara y se apoyara en mí porque la bebé estaba saliendo. Le dije que cuando tuviera la próxima contracción terminara de empujar y así fue", recordó sobre una situación que resolvió de la mejor manera y tuvo un muy buen final.

Los cuidados de la futura enfermera de Chubut

"Cuando nació la beba, lo primero que hice fue alzarla y le empecé a hacer unos masajes para estimularla. Ahí fue cuando lloró y dije: Listo, la bebé está bien", explicó Ximena horas después de su intervención.

Con esa tranquilidad, se ocupó de hacerle controles básicos a la recién nacida. Constató que todo estaba en orden y la abrigó con una campera que tenía la madre.

Una vez que supo que Mía, el nombre que le pusieron a la beba, estaba segura, se ocupó de la mamá. Le sacó la remera y le puso a su hija en el pecho. “Quería que hicieran contacto porque eso también iba a calmar a la mamá”, aseguró la futura enfermera.

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Cuando finalmente la ambulancia llegó al lugar, los emergentólogos simplemente constataron que Sol y Mía estaban bien y dispusieron su traslado al hospital, donde terminaron de hacer los controles de rutina.

La policía informó que el papá dio positivo en la prueba de alcoholemia que le hicieron luego del accidente, por lo que el auto donde se improvisó el parto fue incautado. El hombre no sufrió heridas, y tampoco se informaron problemas serios para la remisera, más allá de los daños en el coche.

Gracias al compromiso y los conocimientos de Ximena, el nacimiento de Mía se dio de la manera más segura posible en las circunstancias que se presentaron. La futura enfermera, igualmente, le dio el principal crédito a Sol, a quien encontró sola y asustada en el interior del auto tras el impacto del choque. “Es una guerrera”, la definió.