Desde el oficialismo sentaron postura respecto a la crisis financiera global, que generó una ola de preocupación.
El lunes negro de los mercados en todo el mundo generó una ola de preocupación para los economistas, pero desde el Gobierno adoptaron una postura diferente: minimizar el impacto de la crisis financiera internacional apoyándose en el orden de las cuentas públicas y la baja de la inflación.
En principio, el indicador sorpresa fue la ausencia de Luis Caputo, el ministro de Economía, que no salió a dar declaraciones al respecto y, además, no publica en X (ex Twitter) desde el 1° de agosto.
Quien sí dio la cara fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, al asegurar que "tenemos claro donde está nuestra tranquilidad: en las cuentas públicas y que la inflación está bajando".
Adorni aseguró que “no nos es ajeno lo que está pasando. Siempre miramos este tipo de eventos, pero tenemos claro lo que estamos haciendo y nada afectará nuestro camino”.
De esta forma, el portavoz intentó llevar calma al mercado local, que en la apertura sufre una fuerte caída de acciones y bonos que empujan el Riesgo País por encima de los 1700 puntos.
Pánico en los mercados: el golpe a Argentina
Los ADRs de empresas argentinas que cotizan en Wall Street muestran bajas de hasta 9% como consecuencia de la crisis financiera global.
Las caídas están repartidas tanto en el sector bancario como en el energético, lo cual muestra que la debacle es generalizada y que no reconoce solamente a un segmento de la economía.
La acción de mayor caída es la de BBVA (9,07%), seguida por Edenor (8,62%), Banco Superville (8,2%) y Transportadora Gas del Sur (8%). En tanto, los bonos tienen un retroceso en promedio superior a 2%.
¿Se viene una recesión global?
Los principales índices de Wall Street cayeron este lunes debido a que los temores de que Estados Unidos entre en recesión luego de los débiles datos económicos de la semana pasada se extendieron a los mercados globales, según informes de medios internacionales.
Las bolsas desde Asia hasta Europa sufrieron un duro golpe y los rendimientos de los bonos cayeron debido a que los inversores se apresuraron a buscar activos de refugio seguro y apostaron a que la Reserva Federal de Estados Unidos ahora necesitaría recortar agresivamente las tasas de interés para estimular el crecimiento.
La liquidación fue brutal y el grupo de acciones llamado los Siete Magníficos (el principal impulsor de los índices que alcanzaron máximos históricos a principios de este año) se encaminó a perder un valor de mercado combinado de 1 billón de dólares.
Las acciones de diferentes compañías caían entre un 4,6% y un 5,6% respectivamente, tales los casos de Apple y Nvidia, según un reporte de la agencia de noticias Reuters.
El informe citó “un débil informe de empleo y una contracción de la actividad manufacturera en la mayor economía del mundo”, junto con pronósticos sombríos de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses.
Decepcionantes datos de empleo también desencadenaron lo que se conoce como la "Regla Sahm", considerada por muchos como un indicador de recesión históricamente preciso.
En este contexto, crece la preocupación a nivel global respecto a una potencial recesión que afecte a varios países. En otras oportunidades históricas, ya ha habido "crash" financieros que han repercutido en todo el planeta. ¿Será este un nuevo caso?
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