Robo de ganado: 120 dias de escuchas y domiciliaria para un acusado de la banda del Gordo Mandinga

La justicia de Chubut decidió conceder la detención domiciliaria a Juan José "Chique" Tolosa, uno de los imputados en la causa por asociación ilícita contra una familia acusada por robo de ganado en la zona rural de Paso de Indios, sometiendo durante años a ganaderos y vecinos de la localidad con violencia y amenazas, y presuntamente con cierta complicidad policial, como denunció en su momento el ministro de seguridad provincial.

En una nueva fase del proceso judicial que se inició tras más de un año de investigación y 120 días de escuchas telefónicas, las juezas Ivana González y Carolina Marín revocaron parcialmente la decisión previa de su colega Marcos Nápoli, permitiendo que el padre ce la familia Tolosa cumpla prisión preventiva en la casa de su cuñado en Trelew.

Según estableció el tribunal, Chique quedará detenido a unas cinco cuadras de la Comisaría Segunda y deberá utilizar una tobillera electrónica. Además, se realizarán controles policiales sorpresivos para verificar que no abandone el domicilio.

Para conseguir el beneficio, la abogada defensora Gladys Olavarría argumentó que el acusado no tiene antecedentes penales y que no existen escuchas telefónicas que lo involucren directamente con los delitos.

También destacó que durante el allanamiento a su establecimiento, Tolosa no obstaculizó el procedimiento y que incluso se presentó voluntariamente ante la fiscalía.

En contraste, en la misma decisión, la justicia mantuvo la prisión preventiva en cárcel común para su esposa, Elena Amigoren, considerada la jefa de la denominada "Banda del Gordo Mandinga".

Los dos hijos de la pareja, Luciano "Gordo Mandinga" Tolosa y Juan José "Kini" Tolosa, también están siendo investigados como parte de esta presunta organización criminal y seguirán detenidos en una sede penal.

Las escuchas a la banda

El material principal de la investigación consiste en 120 días de escuchas telefónicas que, según la fiscal de Trelew Mariana Millapi, demuestran el saqueo sistemático a productores, usurpaciones, atropellos y amenazas realizadas por esta familia.

Los audios que están en la causa y fueron difundidos recientemente por Diario Jornada revelan conversaciones en las que se planifican robos, se define cómo ocultar hacienda y se mantiene vigilancia sobre los movimientos de la policía.

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La detención de uno de los Tolosa, luego de más de un año de investigaciones y 120 días de escuchas telefónicas.

En una de las escuchas, Amigoren le pide a su hijo Luciano: "El peón los siguió, ya véngase; Gatti los vio y allá arriba andan buscando rastro; llámalo al Kini y traigan las armas". Gatti es un productor al que, según la acusación, atormentaron con sus robos.

En otra grabación, la mujer le indica a su cuñado Raúl Pichiñán que vigile una camioneta, otra vez a la caza del mismo ganadero: "Bichame una camioneta Ranger, cabina simple, gris, que es de Gatti, porque si va allá la denuncia ahí en Paso de Indios y si no baja, hay allanamiento mañana", indica la mujer.

Robo de ganado y un corral ilegal que quedó chico

Las escuchas revelan que la familia utilizaba corrales clandestinos para esconder los animales robados. En una conversación, Elena le dice a su hijo que uno de ellos había quedado pequeño para la cantidad de ganado: "Estaba sacando la cuenta que hoy es viernes, capaz que mañana van a caer igual, cuando mucho estiramos un poquito más el corral".

Según la investigación, la banda perfeccionó su método criminal con el tiempo. Inicialmente robaban lotes de hasta 300 animales, pero luego redujeron la cantidad para disminuir los riesgos de ser descubiertos durante los arreos. Con el tiempo, empezaron a trabajar a pedido, levantando "encargos" en Paso de Indios, Los Altares, el Dique Florentino Ameghino y también en Trelew.

Otra de las escuchas difundidas revela cómo planificaban el faenamiento: "¿Carnean alguno?", pregunta Luciano. "Diez", responde Elena. El muchacho agrega: "Ahora tengo que carnear diez más" y explica que "Braulio le vendió cuatro al pa, cuatro al padre y uno a la tía y son veinte".

El transporte de los animales faenados se realizaba en vehículos particulares. En otra conversación, Elena pregunta: "“Mierda che. ¿Cabrán los veinte?", a lo que su hijo responde: "Sí, ¿el otro día no llevamos treinta?". Y la mujer lo corrige: “No, se llevaron quince. Esos son grandes y gordos encima, va a tener que meter alguno adentro”, en referencia a la cabina del vehículo.

Amenazas y vigilancia a la policía

La imputación incluye amenazas de Elena Amigoren contra Luis Neipan, un vecino que había denunciado a la familia. En una llamada, la mujer le cuenta a su hijo: "Lo fui a agarrar con una piedra por la cabeza y justo había un miliquito nuevo que me agarró la mano, si no le parto la cabeza".

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Luciano "Gordo Mandinga" Tolosa.

Diario Jornada

Los audios también revelan cómo la familia vigilaba los movimientos policiales. Elena utilizaba largavistas para ver de cerca a los agentes y planificaba sus acciones en consecuencia: "Cinco de a caballo iban saliendo del alambre, van para arriba, un tordillo, medio gateao y tres caballos negros", relata en una conversación.

Para evitar ser descubiertos, los Tolosa tomaban precauciones como dehacerse de teléfonos celulares para evitar dejar rastros. "Acá no hay nada, no hay evidencia que se carneó, cualquier cosa te llamo porque este teléfono lo dejo enterrado", dice Elena en otra de las grabaciones, refiriéndose a un celular presuntamente robado al productor Gatti.

Además, la nuera de la mujer confirma en otra escucha la vigilancia constante: "Andamos espiando a los milicos".

A pesar de que según ANSES y ARCA ninguno de los implicados tiene actividad lícita registrada, en casa de Luciano se hallaron $2.179.000 y 10 celulares. El tribunal considera que estas evidencias junto con las escuchas telefónicas son suficientes para mantener a Elena Amigoren y sus dos hijos en prisión preventiva, mientras que su esposo -en cambio- seguirá el proceso con arresto domiciliario.