Santa Cruz: investigan una inexplicable ola de abortos espontáneos de guanacos
Hubo 22 casos en menos de tres semanas. Lo detectaron guardaparques del Parque Los Glaciares y este invierno será crucial para dimensionar la gravedad del problema y los riesgos.
En un escenario tan reconocido de Santa Cruz como el Parque Nacional Los Glaciares, los guardaparques descubrieron un panorama inquietante a principios del invierno pasado. Sobre el manto blanco de nieve que cubría el paisaje, rastros de sangre y pequeños cuerpos destacaban como manchas oscuras: eran fetos de guanaco.
Lo que inicialmente parecía un hallazgo casual, se convirtió pronto en algo más llamativo, cuando los guardaparques Samanta Subires y Federico Piasentini comenzaron a encontrar más y más casos similares durante sus recorridas habituales.
Ante el sorprendente indicio primero se inició un relevamiento y luego una investigación que aún sigue su curso, y que tendrá en el próximo invierno un nuevo capítulo, cuando intentarán verificar si el fenómeno se repite cuando los animales busquen refugio del frío en el mismo sector de siempre.
Rastreo en el frío extremo de Santa Cruz
"Salíamos antes del amanecer para evitar que las aves carroñeras eliminaran las evidencias", explicó Piasentini a un medio local. Esta estrategia permitió documentar con precisión la magnitud del fenómeno.
Entre el 21 de junio y el 8 de julio de 2024, los guardaparques lograron registrar 22 rastros de abortos, incluyendo fetos completos, partes de ellos y placentas. Todos correspondían a crías de guanaco en estado avanzado de gestación.
La situación activó las alarmas en la Dirección Regional Patagonia Austral de Parques Nacionales, que inmediatamente convocó a especialistas para investigar las causas de este fenómeno inédito en la especie.
Virginia Rago, veterinaria especializada en Fauna Silvestre del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente, y Pablo Carmanchahi, veterinario experto en Camélidos Sudamericanos, fueron algunos de los profesionales que se sumaron a la investigación.
Bajo la guía remota de estos especialistas y extremando las medidas de bioseguridad, el equipo realizó necropsias a los fetos mejor conservados. "Hicimos la necropsia de 9 fetos en El Calafate, y enviamos 4 fetos al INTA de Balcarce y al CONICET de Buenos Aires para hacerles los estudios", detalló Piasentini en diálogo con Ahora Calafate.
El estudio y monitoreo se concentró en dos grupos de aproximadamente 200 guanacos cada uno, que mantenían rutinas regulares en sus desplazamientos y utilizaban los mismos dormideros durante la temporada invernal.
Los resultados preliminares de laboratorio arrojaron un dato revelador: los fetos presentaban Toxoplasma gondii, el parásito causante de la toxoplasmosis. Este hallazgo representa un importante avance, aunque los investigadores advierten que podría no ser la única causa del problema.
El parásito suele contraerse por consumo de carne cruda o, más probablemente en este caso, por contacto con heces de felinos, tanto domésticos como silvestres. En hembras preñadas, el parásito puede transmitirse al feto y provocar abortos espontáneos.
La investigación no se limitó a la recolección de muestras. Los guardaparques también registraron las zonas de alimentación para identificar posibles plantas tóxicas, y documentaron rastros de puma, como heces y restos de presas, que fueron georreferenciados junto con la ubicación de los abortos.
El próximo invierno será clave
El trabajo de campo continúa, ya que los científicos buscan determinar si existen otros factores que podrían estar contribuyendo al problema, como condiciones climáticas extremas, baja disponibilidad de pasturas o estados inmunológicos debilitados en los animales.
Debido a lo excepcional de este hallazgo en guanacos silvestres, aún no es posible determinar el impacto que tendrá sobre la población local ce la especie, tantas veces puesta en cuestión en la Patagonia, por productores ganaderos que la consideran una plaga y quienes, por el contrario, defienden su preservación como animal autóctono (y no introducido, como las ovejas).
Lo cierto, es que los investigadores ahora consideran fundamental complementar estos estudios con análisis del estado sanitario del ganado doméstico y asilvestrado de la zona.
El próximo invierno, el equipo aplicará la misma metodología para detectar si el fenómeno se repite en las tropillas de guanacos de la región. Los resultados serán cruciales para entender la magnitud real del problema y diseñar posibles medidas de intervención.
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