Nosotros vivimos un año y pico muy duro, César la pasó muy mal durante este tiempo. Recuerdo los momentos en los que lloraba de tristeza y no quería tomar remedios, estaba como resignado. Ahí me puse firme y le dije "depende de vos si te querés curar". Y un día me miró a los ojos y me dijo "voy a salir adelante". Y lo logró. Por eso para toda la familia no fue un día más el del domingo. Superemotivo verlo correr y ganar, encima, como cuando corría en Buenos Aires o cuando vino para el valle a triunfar. Agradezco la contención de amigos y vecinos, como Norma y Juan del barrio Bouquet Roldán.
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