El McLaren Solus GT apareció durante el Gran Premio de Fórmula 1 y se robó el show. Deriva de un videojuego y sólo se fabricaron 25 unidades.
En pleno fin de semana del Gran Premio de Mónaco, el puerto de Montecarlo volvió a ofrecer el habitual espectáculo de yates gigantes y superdeportivos, pero esta vez hubo una postal que eclipsó al resto: un McLaren Solus GT valuado en alrededor de 4 millones de dólares "descansando", como si nada, sobre la cubierta del mega yate Sarastar.
La escena simboliza la vieja tradición monegasca de exhibir poder y exclusividad, una costumbre que este hiperdeportivo británico llevó al paroxismo al combinar ingeniería de competición con el glamour náutico más ostentoso.
Desde la distancia, el Solus GT parece un concept futurista, pero basta acercarse para notar la artesanía que lo respalda: chasis monocasco de fibra de carbono, una carrocería moldeada para generar 1.200 kilos de carga aerodinámica y un canopy estilo avión de combate que se desliza hacia delante para dejar al conductor en posición central, tal como en un Fórmula 1. Cada una de las 25 unidades proyectadas para su fabricación se entrega con asiento, casco y traje de carrera hechos a medida, reforzando el compromiso de la marca con una experiencia puramente de pista.
La elección de Mónaco no es casual. El Principado ha convertido el lujo en parte de su patrimonio cultural y, año tras año, los propietarios de autos exóticos compiten por la foto más comentada en redes sociales. Este 2025, el McLaren superó a clásicos episodios como el Bugatti Chiron o la Ferrari F40, que en temporadas pasadas también viajaron sobre yates: un recordatorio de que, en esta costa, la tradición dicta que siempre hay que ir “un paso más allá”.
Aunque el precio ronde los 4 millones de dólares, su valor no se mide solo en dinero sino en innovación. El motor V10 atmosférico de 5,2 litros deriva de los prototipos de Le Mans y entrega unos 840 CV, suficientes para catapultar sus menos de 1.000 kg de peso de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, con una velocidad tope cercana a 320 km/h. Todo el tren motriz se gestiona mediante una caja secuencial de siete marchas con embrague de fibra de carbono.
McLaren Solus GT: el híperdeportivo que se robó el show
El McLaren presentado en el puerto monegasco no nació en un estudio de diseño convencional, sino en el universo digital: fue concebido en 2017 como un prototipo virtual para el videojuego Gran Turismo Sport. La repercusión fue tal que la casa de Woking decidió materializarlo y, en 2022, lo incorporó a la Ultimate Series, la familia que reúne a leyendas como el F1, el P1 y el Senna.
La versión física replica casi al milímetro las agresivas proporciones del concepto original. Un splitter delantero prominente, pasos de rueda completamente carenados y un alerón trasero de doble plano garantizan que la estética sea tan radical como efectiva en la pista. La marca afirma que el Solus GT es “lo más parecido a manejar un Fórmula 1 sin competir en la F1”, una frase que encuentra sustento en la relación peso-potencia cercana al 1:1.
El yate anfitrión tampoco pasa inadvertido. El Sarastar, de 60 metros de eslora y casco de aluminio, despliega 7.720 CV mediante dos motores diésel MTU y alcanza 19,5 nudos (36 km/h). Con un valor estimado en 35 millones de euros, su cubierta ofrece helipuerto, bar al aire libre y camarotes para doce invitados. En ese balcón flotante, el Solus GT se transforma en pieza central de una vidriera itinerante que refleja la eterna simbiosis entre automovilismo, lujo y tradición monegasca.
Más allá de la espectacular puesta en escena, el Solus GT se destaca por la precisión con que McLaren ha cuidado cada detalle: suspensión derivada de la competición, llantas forjadas de 18” con tuerca central y frenos carbonocerámicos de seis pistones que garantizan un rendimiento de alto nivel en sesiones privadas de track-day. Con su compra, cada cliente recibe un programa de simulación y coaching propio de la firma para exprimir al máximo el potencial del auto.
Otros McLaren de la Ultimate Series que han marcado historia:
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McLaren F1 (1993): pionero entre los superdeportivos modernos, aún ostenta el récord del motor V12 atmosférico más rápido de la era previa al turbo, con 386 km/h de velocidad punta.
McLaren P1 (2013): el primer híbrido de la marca combinó un V8 biturbo y un motor eléctrico para desarrollar 916 CV, priorizando la eficiencia sin renunciar a las prestaciones.
McLaren Senna (2018): orientado a la aerodinámica extrema, entrega 800 CV y genera 800 kilos de downforce a 250 km/h; su nombre rinde homenaje al tricampeón brasileño de F1.
McLaren Speedtail (2018): reinterpretación moderna del F1 en formato “hyper-GT”, capaz de superar los 403 km/h gracias a su tren híbrido de 1.054 CV y su cola aerodinámica de casi cinco metros.
Cada uno de estos modelos ilustra la línea evolutiva que culmina, por ahora, en el Solus GT, verdadero exponente de cómo la marca conjuga tradición competitiva con la vanguardia tecnológica más audaz.
Con el Solus GT a bordo del Sarastar, McLaren reforzó en Mónaco un mensaje muy claro: la excelencia en ingeniería y el gusto por el espectáculo pueden convivir en perfecta armonía, especialmente cuando el escenario es un circuito urbano con casi un siglo de historia y el telón de fondo es el Mediterráneo. Si el lujo tiene un ritual, este fin de semana se vive su versión más exclusiva sobre las aguas del Principado.
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