Existe una fobia que te impide confiar en los demás: cómo saber si la padecés
La pistantrofobia es un trastorno muy común que afecta las relaciones sociales y de pareja y altera el estado de ánimo.
Las relaciones con otras personas son fundamentales en nuestra vida. Sean de amistad, de pareja o laborales, las relaciones sociales son un aspecto vital para nuestra calidad de vida, y para sostenerlas es clave comunicarnos con los demás expresando nuestros deseos, necesidades e inquietudes. Para ello necesitamos tener confianza. Pero hay una fobia que conspira contra eso.
Algunas personas tienen dificultades para comunicarse y sufren de ansiedad social, pero hay otras que no padecen y de igual manera les cuesta comunicarse. Esto se debe en muchos casos a una desconfianza hacia los demás que recibe el nombre de pistantrofobia: un miedo irracional e intenso a confiar en los demás o a abrirnos en las relaciones sociales.
Como toda fobia, la pistantrofobia viene acompañada de un elevado nivel de ansiedad, malestar e inquietud.
Es por eso que la persona que la sufre evita mantener relaciones sociales estrechas en las que tenga que abrirse demasiado o confiar, por lo que se muestra distante y poco comunicativa y ofrece una imagen fría o antipática.
Perfil de las personas con fobia a confiar en los otros
Si bien el trastorno se da en todos los ámbitos sociales, se hace más grave e importante en las relaciones de pareja, ya que su interferencia es mayor.
¿Cómo saber si sufrimos de pistantrofobia? Tené en cuenta las siguientes características que poseen quienes padecen esta fobia:
- Buscan no profundizar en las relaciones, se alejan o ponen distancia.
- Esperan poco de los demás.
- Piensan siempre que pueden traicionarla o decepcionarla.
- Les incomoda el compromiso en las relaciones, por lo que lo evitan tanto con amigos como con parejas.
- Hablan poco de sus preferencias y aspectos privados como protección para evitar que los demás lleguen a conocerla.
- Su comunicación no verbal es distante, se ríe poco, sus gestos son rígidos, se cruzan de brazos y, a menudo, no miran al otro.
- Se sienten incómodas cuando se les pregunta por aspectos personales, responden de forma breve o evitan responder.
- Sus conversaciones son sobre temas que no sean personales.
- Tienen miedo a ser rechazadas.
Consecuencias de la pistantrofobia en las relaciones
Tener cuidado con las relaciones sociales y no abrirnos ante cualquier persona se considera normal y adaptativo.
Sin embargo, cuando este miedo es irracional o demasiado intenso puede interferir significativamente en nuestras relaciones con los demás y generar un importante malestar emocional. Las principales consecuencias de la pistantrofobia se reflejan en las relaciones sociales, pero también a nivel emocional.
A nivel social, el miedo irrefrenable a volver a confiar en los que nos rodean afecta de forma negativa a todas nuestras relaciones: sociales familiares, laborales y sentimentales.
En el área de pareja es donde se ven más acentuadas las características y consecuencias de la pistantrofobia, ya que hace casi imposible mantener una relación sentimental por la falta de confianza que es indispensable en este tipo de relación.
Las relaciones sociales se basan en la circularidad, por lo que si le contamos a una persona nuestras inquietudes, esta hará lo mismo con nosotros creando así un clima de confianza entre ambos. Sin embargo, si una persona comienza a confiar en nosotros y no obtiene respuesta, la relación no evoluciona correctamente y acaba por bloquearse.
Por ello, las relaciones sociales de las personas que se resisten a confiar en los demás suelen ser pocas y distantes. No todas las personas con pistantrofobia resultan antipáticas, algunas pueden compensar ese distanciamiento con amabilidad y una sonrisa, pero sin profundizar en nada que tenga que ver con ellos.
Causas de la pistantrofobia: por qué no confiamos en los demás
Las principales causas por las que a una persona le cuesta volver a tener confianza en los demás son:
- Vivir situaciones en las que se produjo una enorme pérdida de confianza hacia otra persona que las ha traicionado, o se lo hizo a un ser muy querido, por ejemplo, uno de sus familiares a otro. Cuando esto ocurre en etapas sensibles para el desarrollo, como la niñez o la adolescencia, la pistantrofobia es más intensa.
- Fracaso sentimental. Puede ser igualmente el origen del problema cuando el individuo se siente abandonado o decepcionado por su pareja. Algo similar puede suceder en una relación de amistad.
- Experiencias traumáticas en periodos sensibles del desarrollo, o provocadas por personas importantes para nosotros. Este tipo de episodios son la separación o divorcio de los padres, observar que los progenitores u otros miembros cercanos de la familia hablan mal unos de otros, la traición por parte de un amigo o pareja, los malos tratos tanto físicos como psicológicos, haber sufrido una infidelidad o que alguien cercano la haya sufrido.
Es importante resaltar que el impacto de los eventos descritos va a depender del significado o importancia que la persona con pistantrofobia le da a este tipo de experiencias, así como de los niveles de autoestima con los que cuente, ya que las personas con mayor seguridad en sí mismas o autoestima tienen menos probabilidades de sufrir pistantrofobia.
Consejos para superar la pistantrofobia y volver a confiar en los demás
- Regular las expectativas en relación con los demás: Es una oportunidad magnífica para liberarnos y disfrutar en un marco de comprensión emocional saludable. Para favorecer este ambiente hay que aportar algo de nosotros mismos para comprobar cómo las recibe el otro y animarlo a que también nos hable de sus inquietudes.
- Asumir la incertidumbre y el riesgo: Es muy difícil asegurarnos de que en las relaciones sociales la otra persona vaya a actuar como a nosotros nos gustaría y por eso algunas personas se alejan o evitan profundizar en ellas. Es clave tolerar esta incertidumbre sabiendo que es importante que tú actúes de una manera cercana o razonable para el tipo de relación que deseas mantener.
- Ir de menos a más: no hace falta que sintamos una conexión o cercanía inmediata; las relaciones se van construyendo de a poco. Por ello, comenzar hablando de nosotros, pero sobre aspectos no demasiado íntimos y, poco a poco, si observamos una buena reacción en el otro, ampliar el margen de confianza.
- Emplear un estilo de comunicación asertivo: expresar nuestra opinión, necesidades y deseos, asumiendo que la otra persona tiene los suyos e, incluso, pueden chocar con los nuestros y debemos respetarlos.
- Hablar en primera persona: utilizar expresión como ‘en mi opinión’, ‘yo creo’, ‘para mí...’, ayudará a no parecer impositivo en la expresión de nuestras emociones y disminuirá la probabilidad de que nos evalúen de forma negativa.
- Sonreír, mostrarnos cercanos: la sonrisa es un conector social importante que nos ayudará a relajarnos en las relaciones sociales.
- Ser flexibles: la relación social no fluye de manera constante. Comprobaremos que hay ocasiones en las que podemos sentirnos más conectados que otros con la misma persona. Esto es debido a que las relaciones con los demás también están influidas por nuestros estados emocionales.
- Interesarse por los demás: para conectar con otras personas es necesario que nos importe e interese la gente. Pensar en lo que hay detrás de esas vidas, en lo que pueden aprender y nos pueden aportar.
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