El ex delantero habló de su presente en la música y recordó su salida con Boca tras una pelea con el DT.
Daniel Osvaldo volvió al carga contra Guillermo Barros Schelotto. Si bien sus declaraciones fueron hechas en la previa del Superclásico, cobraron relevancia tras la derrota ante River.
El ex delantero Xeneize revivió su salida del club de La Ribera y explicó su alejamiento del fútbol. "Llegó Guillermo Barros Schelotto a entrenar a Boca, en Europa ni estuvo, salvo de vacaciones... Me echó por fumar en el vestuario", dijo al diario Marca.
"En la selección italiana fumaba, hasta el seleccionador podía acercarse a pedirme fuego. Si te molesta, vení y plantéamelo cara a cara. Si quieres echar a un jugador, con la trayectoria que tenía yo cuando llegué a Boca, nos sentamos a tomar un café y que me diga 'busquemos la mejor forma para que salgas'", agregó.
"No haces público que me fumé un cigarrillo. No tuvo respeto y fue un cagón. Éramos 12 los que fumábamos y al que echaron fue a mí. Y él los veía, ¿eh? Les decía que no se podía, nada más. A mí ni me dijo. Pero mejor que me estuviera fumando un cigarro en ese momento, porque si no le arranco la cabeza: me había puesto un minuto y medio en el partido como si tuviera 14 años. Ahora a Tévez le está haciendo lo mismo, no se anima a echarlo y lo está provocando de forma sucia", siguió Osvaldo.
Alejado de la canchas y dedicado enteramente a su carrera musical, el ex delantero de Boca explicó que dejó el fútbol porque no le gustaba el ambientes, sobre todo cuando regresó a Argentina.
"La presión del juicio social. Todo el mundo quiere opinar y vivir la vida de los demás cuando no saben vivir la propia. Los personajes públicos tienen los mismos problemas que el que vende verdura en la esquina. Hay gente que se siente frustrada en Argentina, a pesar de ser el país más maravilloso del mundo, pero vivir ahí no es fácil. Supongo que por eso a veces se ponen contentos cuando al otro le va mal. Ahora vuelvo de otra manera a Argentina. El entorno de la música es más bohemio", indicó.
"El fútbol me dio la posibilidad de ayudar a mi familia. De cumplir el sueño de decirle a mi viejo que no trabajase más. Me permitió viajar y conocer el mundo, cambiarme la cabeza y la vida. Me gusta la calle que me dio el fútbol, pero me quitó la libertad. Y mi libertad no tiene precio ni se negocia", concluyó.
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