Esposado a la cama, así está el Perrito Barrios en medio de su internación: qué puede pasar con él
Este fin de semana el Perrito Barrios protagonizó un verdadero escándalo que terminó con el futbolista esposado en una clínica, tras recibir un disparo.
El Perrito Barrios se encuentra esposado a la cama de la clínica privada donde lo atienden tras recibir un balazo en el muslo izquierdo. Desde allí, el jugador de Barracas Central clama su inocencia, una versión que, por ahora, no convence a la Justicia. El futbolista está ahora internado pero también privado de su libertad, debido a que está esposado a la cama, debido a las acusaciones que tiene en su contra.
Detrás de la puerta de su habitación, una consigna policial permanente se mantiene las 24 horas. Cada doce horas, un nuevo uniformado releva a su compañero, custodiando el acceso a un cuarto donde solo su abogado tiene permitido ingresar. Fue en ese mismo lugar donde, recientemente, Barrios brindó su declaración indagatoria, exponiendo su versión de los hechos.
La versión del Perrito Barrios tras su escándalo
En su declaración, Nahuel Barrios juró y perjuró que jamás manipuló un arma. Afirmó que, al ver que la situación se descontrolaba durante el torneo relámpago de futsal en Dock Sud, su intención fue la de separar a los contendientes y no la de agredir. Según su relato, cuando percibió que desde el otro lado blandían dos armas de fuego, salió rápidamente del lugar con la intención de subirse a su camioneta negra y escapar.
Sin embargo, el Perrito Barrios sostuvo que no lo logró. Mientras intentaba abrir su vehículo, fue rodeado por una decena de rivales, y uno de ellos, a corta distancia, le disparó el tiro que lo mantiene postrado en el hospital, esposado, con el frío metal de la cama como única compañía. Además, Barrios dijo en su indagatoria haber sido atacado por dos personas armadas que, según él, son muy conocidas en Villa Tranquila, la zona de Dock Sud donde los conflictos barriales suelen resolverse a fuerza de balas.
Contradicciones y testigos: un rompecabezas sin resolver
La situación, lejos de aclararse, se torna cada vez más confusa y complicada. Los otros dos heridos en el incidente, Pablo Godoy, el árbitro del partido de futsal, con dos balazos en sus miembros inferiores, y Leila García, bufetera del lugar que también recibió disparos, ratificaron en el hospital Fiorito lo que habían declarado apenas ingresaron en la madrugada del domingo: que el Perrito Barrios les disparó.
Godoy, en particular, fue más allá en su testimonio. Afirmó que el futbolista primero le tiró al pie, que después lo amenazó y que, como él le contestó, le disparó tres veces más. La ausencia de imágenes que corroboren estas versiones es un punto clave para la defensa del jugador de Barracas Central. En esa falta de videos radica la esperanza de Barrios de que la UFI 4 de Avellaneda contraste solo las versiones de todos los involucrados y los testigos, y le crean más a él que al resto.
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