El hombre atacó a las víctimas cuando celebraban el inicio de la competición en una fiesta privada en Wolmirstedt. Los detalles.
Escándalo en la Eurocopa por un disturbio que terminó en tiroteo con la policía alemana. Ocurrió en la ciudad de Hamburgo. La policía local le disparó e hirió a un hombre que amenazó a los agentes de seguridad con un hacha (más precisamente, un clásico pico para techos) y una bomba molotov en Hamburgo, en el norte del país, a pocas horas del partido entre Países Bajos y Polonia.
El incidente se produjo en la céntrica zona de St. Pauli, que según la prensa alemana estaba abarrotada por miles de hinchas antes del partido que enfrentara a neerlandeses y polacos. Según el diario Bild, a las 12.30 horas (horario local) los agentes de la policía tuvieron que actuar contra un “alborotador” que “salió de un bar con un pico y una bomba molotov y amenazó a los servicios de emergencia”.
Según el mismo medio alemán, después de que la policía le pidiera al hombre que dejara las herramientas, usaron spray de pimienta contra él y luego un arma de fuego. Según la policía, al principio un agente sólo disparó un tiro de advertencia para detener al atacante, que no detuvo su actitud agresiva. Allí fue cuando se le efectuaron más disparos hasta que finalmente el hombre cayó al suelo.
El hombre resultó herido en una pierna por los disparos. “Actualmente está recibiendo atención médica en el hospital”, comentaron a Bild. No se mencionó ninguna otra lesión. “No hay indicios de que exista una conexión futbolística”, continuó un portavoz. El incidente ocurrió cerca de la estación de S-Bahn Reeperbahn, a más de un kilómetro de la zona de fans oficial de la Euro 2024.
La policía supone que el hombre quería hacer estallar el artefacto incendiario (molotov) en medio del bullicio de los aficionados que se encontraban en la zona. Para cortar de raíz posibles disturbios entre los aficionados, más equipos de la policía se movieron hacia el lugar del incidente.
Alemania extremó la seguridad durante la Eurocopa por temor al terrorismo y, también, a los hooligans, pese a que la semana pasada la ministra del Interior, Nancy Faeser, asegurara que “no hay indicios concretos de amenaza”. Durante un mes se jugarán 51 partidos repartidos entre diez ciudades del país, que atraerán a 2.7 millones de espectadores a sus estadios y a sus calles.
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