El delantero uruguayo no pudo descontar para Boca contra Lanús, mientras que el paraguayo definió perfecto en el triunfo 2 a 0 sobre Tigre.
Diferentes jerarquías en el análisis previo y distintos resultados en la práctica. Adam Bareiro convirtió el último sábado un gol que su colega Edinson Cavani no pudo marcar al día siguiente. San Lorenzo derrotó por 2 a 0 a Tigre en el Nuevo Gasómetro, por la sexta fecha de la Copa de la Liga Profesional, mientras que Boca cayó 2 a 1 frente a Lanús en La Fortaleza granate.
Los números y la trayectoria de ambos delanteros son muy distintos. El paraguayo jugó en su país y en México antes de llegar a Argentina. Su paso por Europa fue en el Alanyaspor de Turquía y en su primera etapa en fue muy cuestionado en el Ciclón, a raíz de su bajo rendimiento.
Es un caso extraño, porque Bareiro no rindió en esa experiencia entre 2019 y 2020, pero fue contratado nuevamente por el club de Boedo dos años después.
Hoy no solo es el capitán sino que también es el goleador de un equipo que no se caracteriza por generar muchas situaciones por partido. Junto a jugadores como Augusto Batalla, Malcom Braida y Jalil Elías, fue uno de los que encontró su lugar en el mundo estando en San Lorenzo de la mano de Rubén Darío Insúa.
El sábado le sacó provecho a una gran asistencia de Nahuel Barrios, quien realizó un movimiento a puro engaño en la derecha y le puso un centro perfecto a la cabeza. El paraguayo hizo lo que tenía que hacer y convirtió el 1-0 de su equipo en el primer triunfo oficial del año.
Por su parte, Edinson Cavani no necesita presentación. Tiene números muy buenos números en la mayoría de los equipos donde jugó, a excepción de Valencia de España, donde estuvo mucho tiempo lesionado y fue el último club antes de llegar a Boca.
Su arribo al fútbol argentino es uno de los más importantes en la historia, no solo entre futbolista extranjeros sino como refuerzos en general. La expectativa era mucha porque se trata de un mundialista en cuatro oportunidades con la selección de Uruguay y del séptimo máximo anotador del planeta en actividad, en una tabla donde solo es superado por Messi, Cristiano Ronaldo, Lewandowski, Benzema y Luis Suárez.
En el comienzo de su ciclo en el Xeneize, a mediados del 2023, mostró toda su calidad para asociarse y un sorprendente estado físico a los 36 años para dar una mano en la recuperación de la pelota. Después del primer tanto contra Platense, el gol le costó mucho. Pudo marcar solo de penal contra Talleres en Copa Argentina, en uno de los varios partidos donde falló varias chances, y el tanto más relevante fue contra Palmeiras en Brasil, tras una jugada de Miguel Merentiel.
Pero Cavani fue cayendo en un pozo de desconfianza de cara al arco rival. Uno de los puntos más críticos fue la final de la Copa Libertadores contra Fluminense, cuando decidió mal tras un pase profundo de Valentín Barco y, en vez de definir, tocó el balón para atrás.
Ya en 2024, erró cuatro chances claras frente a Sarmiento de Junín, el equipo empató un partido insólito y encima Edinson salió lesionado. Volvió a tener rodaje en el segundo tiempo del último domingo contra Lanús y Luca Langoni tiró un centro parecido al que envió el "Perrito" Barrios un día antes para Bareiro. Sin embargo, y contrariamente a lo que marca su jerarquía, Cavani volvió a fallar.
El momento que atraviesa Cavani escapa a su trayectoria pasada, como tantas veces ocurre en el fútbol, que es el menos lógico de los deportes. La calidad y el profesionalismo que ha mostrado has ahora es innegable.
Es muy probable que el uruguayo tenga chance de reivindicarse contra River en el Superclásico, si es que Diego Martínez lo pone. Teniendo en cuenta que Boca está generando situaciones, incluso estando lejos de ser brillante, volver a mostrar su capacidad goleadora depende de él.
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