La Mañana Bariloche 31 de octubre 2022 - 16:00

Slug Club: Kombucha made in Bariloche

Una marca de Bariloche que nació en pandemia, que produce una bebida fermentada maravillosa que utiliza productos de chacras pequeñas de la zona.

“El futuro de la gaseosa, no es la gaseosa”, así se lee en una foto que ocupa la portada de Facebook de Slug Club. ¿Qué es una bebida de kombucha? ¿Qué es Slug Club? ¿Qué producen? ¿Cómo piensan el mercado?

Los conocí recorriendo la feria Bariloche a La Carta semanas atrás. Vi su stand, fui hasta la punta de uno de los pasillos y volví. Probé, primero la de jengibre, luego la de membrillo y realmente quedé alucinado. Había comido bastante en los puestos de la feria y esos tragos de kombucha me acomodaron un poco las tripas.Slug Club es una fábrica de kombucha que elabora bebidas gasificadas dulces con productos naturales como jengibre, hibiscus, yerba mate, frutas, aromáticas, a partir de la kombucha, que en síntesis es té fermentado.

Furor en muchos países, en el nuestro comienza a gestarse una movida que viene traccionando con más fuerza. Slug Club viene en latas de aluminio y tiene una estética de marca alucinante (su paleta de colores es genial) es de lo mejor que probé últimamente.

Acidez, sabores marcados, buena y justa gasificación. Slug usa técnicas tradicionales de fermentación. Según cuenta Eugenia Ripari, una de las referentes de la marca: “Exploramos cada sabor, pero la fermentación define. Nos lo tomamos como un espacio para experimentar. No nos parecemos estéticamente a otros productos saludables, nuestra campaña es moderna y creemos en la sustentabilidad, el arte y la comunicación”.

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Slug Club tiene varios sabores que son elaborados con productos de chacras de la zona. “Apoyamos a las economías regionales y las fomentamos. Los productos que utilizamos en Slug son todos de pequeños productores de la zona, agro ecológicos de chacras chicas” cuenta Eugenia quién vivió un par de décadas en Estados Unidos. Conectada al arte y a los bares comenzó a estudiar diseño de interiores. Luego gente cercana comenzó a enfermarse a partir de los malos alimentos y ella empezó a hacerse muchas preguntas sobre la política de la comida. A partir de ahí viró académicamente y se dedicó al diseño de mercados orgánicos, filosofía del marketing, estacionalidad.En esa dinámica conoció la kombucha y los jugos naturales.

En Slug Club también forma parte Nahuel Spinedi, socio y master brewer. Nahuel es biólogo y trabaja mucho en laboratorio, aportándole una mirada diferente al proceso.Completan el team Loli Chevallier y Camila Brea.

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“Este proyecto nació en pandemia” cuenta Eugenia, “nos tomamos el tiempo para experimentar e ir probando. Vimos videos en youtube, leímos y leemos papers, mi madre en algún momento trajo un SCOBY (conjunto de bacterias y levaduras claves para el proceso de fermentación de la kombucha) y fuimos avanzando. En la actualidad elaboramos 500 litros por semana, con capacidad para 2000 aproximadamente. Es todo un proceso, la kombucha era muy difícil de vender en términos marketineros. Las ideas de nutrición están muertas, todos quieren cosas baratas y ya, este camino es un desafío de muchas caras. El obstáculo es el conocimiento”

En un mercado dominado por el azúcar y las bebidas gasificadas, con estadísticas mundiales de consumo y obesidad infantil que son un espanto, este tipo de bebidas saludables comienzan a ganar espacio.Está comprobado que la kombucha trae beneficios al organismo, el desafío es expandir los proyectos que la tienen como base.

“Coca invierte mucho en compañías de kombucha. Su receta ha cambiado. Somos una fábrica pequeña, en el equipo original somos cuatro más algunas personas en la fábrica. Trabajamos la comunicación, la marca, los procesos, estamos en todo”

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