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La Mañana Hitler

Hitler en Argentina: la estremecedora historia que revela su paso por Córdoba

El misterio sobre su paradero después de la Segunda Guerra sigue sin develarse. Las teorías que desmienten su suicidio. Y el supuesto paso por un hotel de lujo cordobés.

“Un primo”. Así se lo anunciaron a Catalina. Así lo vio y así lo atendió llevándole el desayuno y la comida durante aproximadamente una semana. Para esa adolescente, que había sido adoptada por el matrimonio alemán de Walter e Ida Eichhorn, para quienes hacía tareas domésticas, el hombre que estaba hospedado en la casa de huéspedes era un familiar que había llegado de Alemania. Su cara, su gesto, a ella también le resultaban familiares, aunque biológicamente no tuviese nada que ver, porque Catalina era Gamero de apellido. Pero desde que vio al “pariente” tuvo la certeza de que el apellido de éste era Hitler.

Y no sintió que se le presentara un fantasma. Quizá porque en aquellos años, finales de la década del 40, las comunicaciones no eran tan fluidas y la capacidad de sorpresa tenía un vuelo diferente al actual. Pero ese hombre al que ella afirmó haber visto de cerca en 1949, se había “oficialmente” quitado la vida el 30 de abril de 1945, cuando la guerra estaba irremediablemente perdida para los nazis luego de que el Ejército soviético controlara Berlín. Aquel acontecimiento fue el inicio del fin de la Segunda Guerra Mundial y, también, el comienzo de uno de los mayores mitos y misterios de la historia contemporánea. ¿Hitler se suicidó en su búnker o todo fue una puesta en escena y en realidad huyó?

Por entonces, la radio alemana no dejó dudas respecto a la muerte de Hitler junto a su joven esposa, Eva Brown. “Nuestro Führer, Adolf Hitler, ha caído esta tarde en su puesto de comando en la Cancillería del Reich luchando hasta su último aliento en contra del bolchevismo y por Alemania”, dijo un comunicado al que, luego, el jefe de la Armada del Reich, Karl Dönitz -quien más tarde sería condenado en los Juicios de Nüremberg- completó revelando que su líder había tenido “la muerte de un héroe”.

Muerte Hitler
Los medios y la noticia de la muerte de Hitler.

Los medios y la noticia de la muerte de Hitler.

Sin embargo, ya desde ese momento, algunos descreyeron de la versión oficial. The New York Times, por ejemplo, publicó al día siguiente un artículo en el que su corresponsal en Alemania cuestionaba la veracidad del anuncio del suicidio de Hitler, al que calificaba como “maestro de la mentira” y afirmaba que “intenta cometer un gran fraude final ante el mundo en un esfuerzo por salvarse”. Y cita a ex presos políticos del nazismo, quienes aseguraban que el dictador era “tan delincuente que sería incapaz hasta de morir honestamente”.

Fueron los soviéticos, a través de Josef Stalin, los primeros en dar curso a la información de que Hitler había huido. Para algunos fue una estrategia con el fin de ensuciar a los Estados Unidos, país que, si bien combatió al nazismo en la guerra, tenía algo que lo emparentaba con la ideología del nacionalsocialismo: su desprecio por el comunismo. Con el tiempo se conoció que no fueron pocos los nazis que encontraron cobijo en territorio norteamericano...

¿Hitler? En el contexto teórico de su fuga y sobrevida post guerra, Sudamérica se convirtió en su principal refugio, como también lo fue para otros jerarcas nazis. Archivos secretos del FBI desclasificados medio siglo después de finalizada la guerra lo aseguraron; también diversas investigaciones periodísticas en formato de documentales televisivos y libros, como los del periodista Abel Basti, quien profundizó sobre pruebas de que el líder nazi vivió clandestinamente en la Argentina, entre otros países de la región, después de terminada la Segunda Guerra Mundial.

Este recorrido, que se inició en las costas rionegrinas del Mar Argentino, además de pasar por la Patagonia, encontró hospedaje, apoyo y contención en la provincia de Córdoba, más precisamente en el Valle de Punilla, en la localidad de La Falda. Allí funcionaba el Hotel Edén, lugar de alojamiento VIP y con tecnología súper moderna para la Argentina de aquellos tiempos, aunque cuando Hitler pasó por ahí, en realidad, ya no funcionaba como hotel porque nuestro país le había declarado formalmente la guerra al Eje a fines de marzo de 1945, un mes y medio antes de la rendición alemana, quedando sólo Japón en combate hasta el 2 de septiembre tras la caída de la segunda bomba atómica, en Nagasaki, y el Gobierno Nacional incautó ese inmueble y lo usó como “cárcel” para los diplomáticos japoneses, quienes pasaron a ser prisioneros de guerra.

Hitler en Argentina

Walter y Eva Eichhorn se habían hecho cargo del hotel en las primeras décadas del siglo cuando la zona prácticamente era un descampado que se fue urbanizando alrededor del Hotel Edén. El lujoso hotel precisaba aprovisionamiento y mano de obra, y la región fue creciendo a su ritmo. “Edén” era un nombre que resultaba descriptivo también, porque se trataba de un alojamiento paradisíaco. Y con un nivel de industrialización propio de los países más desarrollados, en especial en lo que tenía que ver con la higiene (había modernas máquinas lavadoras de la ropa blanca y la mantelería, con agua que se sacaba de las vertientes) porque la tuberculosis era una peste que afectó fuerte al país especialmente en la primera mitad del siglo XX y los cuidados en la limpieza eran fundamentales. El Hotel cuidaba estrictamente esos detalles, como también la alimentación (tenía frigorífico), importando la mayoría de los alimentos, mientras que el agua y el vino sólo se servían envasados. Fue una verdadera revolución en la hotelería nacional, con servicios de primer nivel mundial, como generadores de luz eléctrica, telégrafo primero y teléfono después, una cancha de golf de 18 hotos, piscina olímpica, cabalgatas por las sierras y cine.

Hitler en Argentina
Walter y Eva Eichhorn.

Walter y Eva Eichhorn.

Los Eichhorn adhirieron desde un principio a la ideología nazi y se afiliaron al Partido Nazi al comienzo de los años 20. Pero, por sobre todas las cosas, fueron financistas del nazismo. Europa había salido de la Primera Guerra Mundial y en poco tiempo entraría en la Segunda, mientras que Argentina era un país que se estaba poblando a fuerza de inmigraciones y de una tierra próspera y rica. Acá se juntaba plata para mandar a Alemania. Y no sólo que hicieron grandes aportes a la causa que impulsaba Hitler, sino que transformaron tanto al hotel como a toda esa región en un reducto nazi. Como afirmaba Alfred Rosemberg y su cosmovisión nazi, donde había sangre germana, el suelo les pertenecía. El Edén y sus alrededores era una construcción de ellos y fue una especie de Estado paralelo.

En uno de sus viajes a otro hotel “clase A” de la época y también con fuerte arraigo nazi, el Hotel Viena, en la Laguna de Mar Chiquita (Córdoba), el matrimonio Eichhorn conoció a la familia de Catalina Gamero, la quinceañera que atendió a Hitler y que años después confirmaría su paso por La Falda. La joven vivía en Miramar, un poblado con playas en la Laguna, que es la segunda más grande de agua salada de Sudamérica. La certeza de que el clima serrano sería más favorable para su salud, como también que en La Falda, junto a la familia alemana, hallaría comida, educación y buena vida, promovieron la mudanza. Junto a los Eichhorn terminó de aprender las tareas de la casa, convirtiéndose en una suerte de asistente personal. La habían adoptado y vivía junto a ellos en la casona que estaba a unos 200 metros del Hotel. En ese chalet fue donde se hospedó Aldolf Hitler.

Hitler en Argentina
Los Eichhorn reunidos con Hitler en Alemania.

Los Eichhorn reunidos con Hitler en Alemania.

Mientras el Tercer Reich tuvo vigencia, Walter e Ida solían viajar a Alemania y pasar anualmente un tiempo en su país (alternaban su vida entre La Falda y Berlín). En uno de aquellos viajes, el propio Hitler los condecoró y agradeció en un evento organizado especialmente, por la colaboración y disposición que los Eichhorn tenían hacia el Nacionalsocialismo alemán. Fue en mayo de 1935 y la fiesta tuvo lugar en la mismísima Cancillería alemana. El diploma, de puño y letra del propio Führer, decía “querido camarada Einchhorn: desde su ingreso en 1924, usted junto a su esposa ha apoyado al movimiento nacionalsocialista con un enorme espíritu de sacrificio y acertada acción, y a mí personalmente, ya que fue su ayuda económica la que me permitió -en el verdadero significado de la palabra- seguir guiando mi organización”.

Según reveló el periodista, Abel Basti, además “hay innumerables cartas cruzadas que prueba el fluido vínculo entre el matrimonio y Hitler”. El investigador también aseguró que la versión de Catalina Gamero fue confirmada por un periodista local que, de adolescente, entró en la casa de Walter e Ida y vio fotos de ellos con Hitler, además de cartas posteriores a la guerra. Y que hay un documento del FBI, que él reproduce en uno de sus libros, que cuenta que “desde 1945 estaba todo preparado en La Falda para recibir a Hitler y el informante era el jardinero de la familia”. En su estadía en esta localidad cordobesa, el Führer, además de haber estado en la casona de los Eichhorn vecina al Edén, luego fue trasladado a otra vivienda de ellos, en el cerro Pan de Azúcar (Cosquín), antes de seguir camino a Misiones, la selva y pasar a Paraguay, donde desde 1954 ya gobernaba el dictador, y afín a su ideología, Alfredo Stroessner.

Hitler en Argentina
Hotel Eden antiguo, bodas de plata de los dueños (1937)

Hotel Eden antiguo, bodas de plata de los dueños (1937)

El Gobierno argentino, ya con Juan Domingo Perón en la presidencia, le devolvió el hotel a la familia propietaria dos años después de habérselo incautado y fue puesto en venta. Con el tiempo, el Edén fue una ruina hasta que en 1998 pasó a manos del municipio de La Falda, que lo declaró Monumento Histórico Municipal. Actualmente, está abierto al público en general aunque no funciona como hospedaje sino como “Complejo Recreativo Histórico Cultural”, que incluye visitas de día y de noche, mientras se sigue trabajando en su restauración total y puesta en valor.

Su historia centenaria, que se inició en 1897, cuando el oficial prusiano Roberto Bahlcke compró las 900 hectáreas de la Estancia La Falda de la Higuera, está atravesada por otra historia, la de sus dueños nazis, los Eichhorn, y su antena de onda corta que captaba los discursos de Hitler en tiempos del Tercer Reich, el retrato gigante -autografiado- del Führer que dominaba la escena del salón de reuniones, la vajilla que lucía el simbolismo nazi y los saludos levantando el brazo. Y por el mito y misterio más grande del siglo XX: ¿Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945? Si esto nunca sucedió, como lo afirman documentos, investigaciones periodísticas y lo contó Catalina Gamero, Adolf Hitler se refugió en la Argentina y pasó por el Hotel Edén.

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