Josefina, Agostina, Selene y Micaela Orellano son árbitras en Lifune. Su padre les transmitió la pasión.
Por Martín Gamero - [email protected]
Las hermanas Josefina, Agostina, Selene y Micaela son árbitras del fútbol neuquino. Todas heredaron la pasión por el deporte de su padre, el juez e instructor nacional Néstor Orellano.
En esta familia hay un importante lazo que los une: el fútbol y el arbitraje. Tienen el objetivo de hacer cumplir el reglamento en el deporte más popular del mundo.
“Néstor fue el gran impulsor. Primero empezó Mica, me acuerdo que fue de cuarta árbitra a Independiente y yo la acompañé como espectadora. En ese momento decidí que quería probar”, contó Selene (22 años), que comenzó hace cinco años a dirigir y estudia para ser maestra.
“Lo que me motivó fue mi papá y pasar tiempo con él. Compartir la misma pasión que tiene hace muchos años”, destacó Micaela (22), que empezó en 2014, antes de irse a estudiar a Bahía Blanca ingeniería en sistemas.
Todas tuvieron la oportunidad de dirigir tanto a hombres como a mujeres. Según Josefina (19 años) y Agostina (16), han notado algunas diferencias.
“Desde mi punto de vista, quizás las mujeres nos tratan más como pares, independientemente de si somos árbitras o árbitros, los hombres tienen un poco más de respeto con las árbitras que con los árbitros”, señaló Josefina, que está cursando el segundo año de contaduría.
“Ya me ha tocado dirigir a mujeres y he notado algunos cambios. En el femenino son más amables, en cambio, en el masculino, a la mayoría siempre se les escapa un comentario machista”, reconoció Agostina.
Ellas comenzaron a dirigir, en promedio, hace cinco años, y aseguran que notan los avances respecto a la equidad de género. “Al principio era algo nuevo ver mujeres en la cancha. Hoy por suerte ya es más habitual. Así también cambió el trato. Al ver más mujeres en la cancha hay mucho más respeto”, explicó Micaela. En la misma sintonía, Selene aseguró: “Al principio no éramos muchas mujeres. Era chocante vernos en la cancha. Hoy el trato es otro, una se va haciendo en este mundo y va adquiriendo cierta credibilidad que también hace que te respeten”.
En relación a quién es la mejor dirigiendo, la respuesta en común de las hermanas fue contundente: todas. “Lo tomamos con seriedad y responsabilidad”, afirmó Selene.
Cada una de ellas se animó a definir en pocas palabras a su papá Néstor. “Es un gran árbitro e instructor, pero lo más importante que tengo que destacar es que cumplió y cumple el rol de padre con Selene y conmigo, que no somos hijas de sangre sino de corazón. Esas cosas son las que lo hace una mejor persona”, sostuvo Josefina. “Es mi mejor amigo desde chiquita, siempre estuvo presente. Es quien compartió con nosotras esta pasión y nos transmitió todos sus conocimientos”, cerró Micaela.
Tuve el placer de dirigir con las cuatro
Néstor Orellano - Árbitro e instructor nacional de fútbol
Siento mucho orgullo al ver que cada día están sintiendo más esta profesión, es un placer infinito. Cuando comencé tenía casi su edad y ver a ellas con los mismos sueños que alguna vez tuve, es una gran felicidad. A ellas yo les doy el mismo consejo que a cada uno de mis alumnos, que lo hagan con responsabilidad, con mucha seriedad y respeto, y que sueñen, que nada es imposible, que en esta profesión podés tener grandes días y otras no tanto. Los buenos te incentivan a seguir mejorando y los malos a aprender de por qué los tuviste. Si en esta profesión no sos autocrítico, estás perdido. Tuve el inmenso placer de haber dirigido con todas. Experiencia maravillosa, pero buenom siempre tuvieron claro que, por más que estén con su papá, las cosas debían hacerlas bien, que ese día éramos compañeros.
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