Año Nuevo Mapuche: nace un inesperado conflicto con los dueños de un campo
En Tratayén se realizará el próximo 24 de junio el Wiñoy Xipantu. Pero la difusión y la previa del tradicional evento generó una denuncia en Fiscalía.
Los propietarios de un campo de más de 600 hectáreas en Tratayén denunciaron penalmente a integrantes del Lof Fvta Xayen por supuestos intentos de ingresar nuevamente al predio para celebrar el Wiñoy Xipantv, el Año Nuevo Mapuche, el próximo 24 de junio.
La presentación judicial fue realizada esta semana ante el Ministerio Público Fiscal por el abogado Juan Fittipaldi, en representación de Carolina y Fernando Galván, quienes aseguran ser los legítimos dueños del terreno desde 1976. De hecho, tienen las escrituras de ese campo.
La denuncia preventiva solicitó al fiscal una serie de medidas urgentes, como la presencia policial en el lugar, la prohibición judicial de ingreso, controles vehiculares y la intervención del área de ciberdelitos para monitorear y bloquear convocatorias realizadas desde redes sociales. También pidieron una constatación judicial anticipada del estado actual del predio, ubicado sobre Ruta 7 a la altura del kilómetro 76, en la zona conocida como Los Pilares.
Según el escrito presentado, los denunciantes identificaron a cinco personas -Diego Rosales, Martín Mardones, Liliana Romero, Luis González y Horacio Romero- como organizadores de la celebración mapuche, quienes habrían actuado de manera similar en 2024. Pese a esa denuncia, la confederación Mapuche del Neuquén está realizando las invitaciones a esa ceremonia y que el año pasado la realizaron en ese mismo lugar, aunque la situación estaba judicializada.
Los hermanos Galván acusaron al grupo de ingresar con vehículos, animales, chapas y materiales de construcción, cortar alambres y prender fuego en sectores del campo. Además, aseguraron que el supuesto Lof carece de personería jurídica y no figura en el relevamiento oficial de comunidades indígenas realizado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
Año Nuevo Mapuche: para los duelos no pidieron permiso para ingresar al campo
“Nos encontramos ante la reiteración de un hecho delictivo anunciado, difundido por redes sociales, que vulnera la propiedad privada y el orden público”, señala la presentación, que adjunta documentación registral, fotografías, fallos del Tribunal Superior de Justicia y capturas de publicaciones realizadas en redes sociales por la Confederación Mapuche del Neuquén.
En paralelo, se encuentra en trámite un expediente judicial por interdicto posesorio, iniciado en 2022 por la familia Galván, que busca frenar lo que consideran “actos de usurpación” por parte del grupo. En dicho expediente, según el abogado denunciante, la Justicia ya habría determinado que la comunidad mapuche no cuenta con reconocimiento legal.
Es un caso a poner en debate el tema mapuche en zonas de fuerte desarrollo petrolero en Vaca Muerta, donde se superponen reclamos de comunidades indígenas con títulos de propiedad privados. La celebración del Wiñoy Xipantv, considerada sagrada por los pueblos originarios, se realiza tradicionalmente alrededor del 24 de junio, en coincidencia con el solsticio de invierno.
Desde el Ministerio Público Fiscal aún no se pronunciaron públicamente sobre la denuncia, pero no se descarta que se tomen medidas preventivas ante el tenor del reclamo. Por su parte, voceros de comunidades mapuches de la zona indicaron que se trata de un territorio ancestral y que el reclamo forma parte de un proceso histórico de recuperación territorial.
No se sabe si este conflicto tendrá un horizonte de escalada o si en próximos días si no hay una intervención oficial que desactive la tensión, que, hasta ahora, parece ser de una sola parte, que es la de los dueños del campo.
El campo está ubicado camino a Añeo y desde la Ruta 7 se pueden ver los pilares arcillosos. Félix Galván y Ernesto Bartusch de Centenario adquirieron en sociedad (junto con la familia Zubak) unas 2100 hectáreas de campo virgen en 1975. En el oficio y el testimonio de venta, dicen habérselas comprado a Marta Karlsson de Olholt, dueña original de la escritura, que vivía en Buenos Aires.
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