Ataques a colectivos en Neuquén: preocupación por la seguridad de choferes y pasajeros
El caso más reciente tuvo lugar durante la madrugada, cerca de las 5 de la mañana, en la intersección de calle Islas Malvinas.
En Neuquén, un problema que parecía haberse erradicado vuelve a generar preocupación: los ataques con piedras a colectivos. Este fenómeno, que pone en riesgo tanto a choferes como a pasajeros, ha resurgido en las últimas semanas, generando alarma entre los trabajadores del transporte público y sus sindicatos.
El caso más reciente tuvo lugar durante la madrugada, cerca de las 5 de la mañana, en la intersección de calle Islas Malvinas, entre los barrios Sapere y Provincias Unidas. Un colectivo de la línea 28 fue atacado por un grupo de jóvenes, presuntamente menores de edad, quienes arrojaron piedras, causando la rotura de los vidrios de la unidad.
"Es un problema recurrente en puntos específicos de la ciudad. Aunque se había logrado disminuir este tipo de vandalismo, los ataques han vuelto a suceder", explicó Gabriel Ceballos, secretario gremial de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) Neuquén, en declaraciones con Canal 7 Noticias.
El sindicalista mencionó que los ataques no se concentran en un solo sector de la ciudad, pero destacó como zonas más conflictivas el Parque Industrial y, más recientemente, el barrio Sapere. Según el gremialista, la falta de cámaras de seguridad en varios de estos puntos dificulta la identificación de los responsables. "La policía está investigando el caso, pero no sabemos con certeza si hay cámaras en la zona. Hemos pedido mayor presencia policial, ya que en el pasado esto ayudó a reducir estos episodios", agregó.
Cuando se le consultó sobre el motivo detrás de estos actos, Ceballos los atribuyó principalmente al vandalismo: "Generalmente, son menores que, sin nada mejor que hacer, atacan los colectivos por diversión. No hay una razón aparente más allá de hacer daño".
Aunque los últimos incidentes no dejaron víctimas, el impacto para los choferes y pasajeros no es menor. Además del susto, los daños materiales y las interrupciones en el servicio afectan a toda la comunidad. "El colectivo es todo vidriado, estamos muy expuestos. Esto genera miedo y estrés en los conductores, además de perjudicar a los pasajeros que dependen del transporte público para llegar a sus destinos", señaló Ceballos.
Llamado a la concientización
Desde la UTA insisten en que la solución no pasa solo por aumentar la presencia policial, sino también por trabajar en la concientización de la población. "Es un problema social. Los padres deben educar a sus hijos y la comunidad debe estar atenta. Si alguien ve a un grupo de jóvenes reunidos en actitud sospechosa, debería avisar a la policía para prevenir estos incidentes", comentó el gremialista.
Además, destacó que el esfuerzo debe ser conjunto entre la sociedad, las autoridades y los propios trabajadores del transporte: "En el pasado logramos reducir este problema con un trabajo coordinado, pero sabemos que no hay soluciones mágicas. Esto requiere un compromiso a largo plazo".
La necesidad de soluciones concretas
El resurgimiento de estos ataques pone de manifiesto la necesidad de medidas más efectivas para garantizar la seguridad en el transporte público. Desde la instalación de cámaras de seguridad en puntos críticos hasta la implementación de programas de prevención y concientización, las autoridades locales tienen el desafío de trabajar en soluciones que brinden tranquilidad a los trabajadores del sector y a los usuarios.
Mientras tanto, los trabajadores de UTA piden mayor compromiso por parte de todos los actores involucrados y esperan que estas agresiones no escalen a consecuencias más graves. "Es fundamental entender que estas acciones no solo dañan los colectivos, sino que también ponen en peligro vidas humanas", concluyó Ceballos.
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