Diez años del Ni Una Menos: en fotos, así fue la primera marcha en Neuquén
El 3 de junio de 2015, miles de personas salieron a las calles de la capital neuquina para exigir el fin de la violencia machista.
El 3 de junio de 2015 marcó un antes y un después en la historia del movimiento feminista en Argentina, y Neuquén no fue la excepción. Ese día, en sintonía con una convocatoria que se replicó en plazas de todo el país, miles de personas se concentraron frente al Monumento a San Martín, en el centro de la capital provincial, para exigir justicia por las víctimas de femicidios y un freno a la violencia machista. Fue la primera vez que la consigna Ni Una Menos tomó cuerpo en las calles de la ciudad, en una movilización que mezcló dolor, bronca y esperanza.
La marcha comenzó pasadas las 18, cuando una multitud integrada por mujeres, disidencias, familiares de víctimas, organizaciones sociales, sindicales y políticas, estudiantes y vecinas y vecinos autoconvocados empezó a caminar por Avenida Argentina. La columna se extendió por varias cuadras, en un recorrido que incluyó cantos, pancartas con nombres de víctimas de femicidios, intervenciones artísticas y lecturas de manifiestos. Las consignas fueron claras y contundentes: “Vivas nos queremos”, “El Estado es responsable” y “Justicia por todas”.
El contexto que dio origen a esta masiva expresión de hartazgo había sido el femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años asesinada por su novio en Rufino, Santa Fe. El crimen conmocionó al país entero y despertó una reacción social inédita. En Neuquén, el clima también era de profunda indignación: en los meses previos se habían conocido casos de femicidios y desapariciones de mujeres que pusieron en evidencia la desprotección estructural a la que estaban expuestas.
La organización de la marcha en la capital neuquina fue impulsada por colectivos feministas locales, como La Revuelta Colectiva Feminista, la agrupación Mumalá y otras organizaciones de mujeres. También se sumaron familiares de víctimas, cuyos nombres resonaron con fuerza en los carteles y en los gritos de justicia.
La jornada fue profundamente emotiva. Algunas manifestantes llevaron siluetas pintadas con nombres y edades de mujeres asesinadas; otras, fotografías y velas. Hubo lecturas de poesías, performance de teatro callejero y hasta un pañuelazo simbólico
Esa primera marcha fue el inicio de un ciclo de movilizaciones que se repitió todos los años desde entonces, y que consolidó a Neuquén como uno de los focos activos del feminismo patagónico. Con el paso del tiempo, la convocatoria se amplió, sumando nuevas demandas vinculadas a las disidencias sexuales, la legalización del aborto —conquistada en 2020— y la denuncia de las violencias institucionales.
Hoy, a diez años de aquella histórica jornada, quienes participaron recuerdan con emoción el momento en que por primera vez muchas mujeres se sintieron acompañadas, escuchadas y parte de una marea que no dejó de crecer. Aquel 3 de junio de 2015, en Neuquén y en todo el país, el grito fue uno solo: Ni una menos.
Mirá cómo se vivió ese día en Neuquén
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