El Huevo Acuña y el gran salto a la elite del fútbol

Hace tres años, Marcos “El Huevo” Acuña firmaba su pase para jugar en el Sevilla de España y se convertía en el primer jugador neuquino en integrar las filas de un equipo de las grandes ligas del fútbol del mundo.

“Aquel pequeño que se inició en la canchita de la vuelta de su casa, en Zapala, donde se pasaba todo el día y no se la podían sacar, sigue cumpliendo sueños grandes en el fútbol”, rezaba la crónica de LMNeuquén al dar a conocer la noticia.

Marcos Javier Acuña, el que deslumbró a todos en la primera de Don Bosco siendo un adolescente, el que fue campeón con el famoso Racing, el primer neuquino en llegar a la selección mayor, daba otro salto gigante en su carrera.

Pasaba de un campeonato de segunda línea como el portugués a la Liga de las Estrellas Española. La misma en la que jugaba Messi, Benzema y compañía.

Como se venía manejando, el último ganador de la Liga de Europa, confirmó la adquisición del zurdo volante que venía de jugar tres años en Sporting de Portugal.

El 14 de septiembre de 2020, el Huevo firmó un contrato por cuatro temporadas con Sevilla y según la prensa española el traspaso se concretó en una suma cercana a los diez millones de euros.

Marcos Acuña en el Sevilla.jpg

El crack neuquino, de entonces 28 años, llegó dos días antes a Sevilla. Después de pasar la revisión médica y firmar el contrato, el futbolista viajó a la concentración que el equipo dirigido por Julen Lopetegui estaba realizando en Algorfa, un municipio de la comunidad valenciana.

Acuña, ex Ferro y Racing Club, dejó Portugal luego de tres años y la misma cantidad de títulos: dos Copa de Liga y una Copa de Portugal.

“Venir a Sevilla es impresionante, es un cambio muy grande y quiero hacerlo lo mejor posible para conseguir cosas importantes. Es un gran salto en mi carrera. Estoy preparado, vine para jugar y para poder ganarme un lugar. Me han hablado muy bien de acá y ojalá lograr cosas importantes”, dijo el Huevo en sus primeras declaraciones a la prensa.

Pasaron nada más que tres años. Y claro que lograría cosas importantes. Mucho más importantes de lo que él se imaginaba.