Muchísima gente se traslada hasta el corazón de Vaca Muerta. La ruta no acompaña, tampoco el ingreso a Añelo; y se arman dos tapones interminables de vehículos en el cruce de la Ruta 7 y 8 y antes de llegar al pueblo.
Si algo pone a prueba la paciencia como nada es la ruta que va a Añelo, por donde transitan miles de autos, camionetas, traffics y camiones con carga. Durante la mañana, los trabajadores tienen que atravesar dos interminables tapones de vehículos para llegar a destino.
El primero se produce en el cruce de las rutas 7 y 8, en la bajada del dique compensador, donde la fila de vehículos se extiende a lo largo de cuatro kilómetros.
"Personal policial guía el tránsito que viene del Chañar o del dique Planicie Banderita. Pero los días que no está se arma un caos, y son diez minutos de demora para doblar hacia la Ruta 7", comentó Mariano González, un chofer que trabaja con diagrama de 14X7, con 14 años de traslado de pasajeros.
Más tarde se encuentran el segundo tapón, antes de llegar al pueblo. La cola de vehículos llega hasta la batería 3 y puede superarla. Es un punto de referencia que marca la distancia que hay hasta la entrada de Añelo: 4 kilómetros. "Es impresionante, mucha gente sube a trabajar", indicó el trabajador.
En la desesperación, varios conductores se tiran a pasar por la vía contraria para adelantar posiciones y cuando un vehículo de frente se les aproxima bajan a la banquina o se acomodan de prepo entre otros autos estacionados en la cola sin fin que se arma alrededor de las 8 de la mañana. Otros directamente se tiran a la banquina de tierra y aceleran hasta encontrar un hueco. "Con todo el peligro que ocasionan. Pasan a altas velocidades y saltan las piedras, provocando la rotura de vidrios como ya nos ha pasado", contó González.
No obstante, la mayoría espera pacientemente alcanzar el semáforo, el único que hay al ingreso de la localidad de Añelo.
"Entre las 7.14 hasta las 8.15, esa hora es la más crítica", evaluó el chofer consultado.
También sucede que en el recorrido se encuentran con muchos camiones transitando a una velocidad no superior a los 80 kilómetros por hora, con cargas pesadas que generan embotellamiento. "Por ahí son 50 kilómetros que no podés pasar", señaló Denis Gallegos, otro chofer que traslada pasajeros desde hace 15 años.
Comentaron a LMN que muchas veces sacan de servicio el semáforo y ponen un policía para descomprimir el tránsito. De esta manera, le dan prioridad a la cola infernal de vehículos que espera sobre la ruta.
Es que en ese punto también confluye el paso de los vecinos que llevan a sus hijos a una escuela muy próxima al ingreso, lo que complica un poco más el escenario.
"Con el policía mismo se arma la cola, y si no está, es peor. Se siguen juntando autos y camiones", comentó Denis. Esa es la postal de la masa de trabajadores que se moviliza a Añelo, sobre todos los días de semana. El sábado capaz que afloja un poco y el domingo es el día ideal.
"Cada vez más gente sube a trabajar, hay mucho movimiento en Añelo; y el tránsito viene pesadísimo. El problema es que no hay otra ruta, y mis compañeros sufren el mismo caos, la misma secuencia, todos los días. Cuesta un montón llegar", expresó Gallegos.
Demoras
El chofer arranca su jornada alrededor de las 4.30 de la madrugada. Pasa a levantar a los 19 pasajeros que traslada a diario y está llegando al punto de mayor conflicto a las 8. Ahí se encuentra con el tapón de vehículos y espera no menos de media hora hasta que pasa Añelo y llega a las oficinas de YPF que están a unos ocho kilómetros más. "Tenés una demora de media hora a 40 minutos", estimó el hombre.
Mariano comienza su recorrido a las 5.30. Hay combis que salen de Senillosa y Plottier, otras que parten de Neuquén y pasan por Centenario y dos que vienen de Allen y Cipolletti, pero levantan pasajeros en otras localidades. Se sale a esa hora para llegar en teoría a las 8. Y con la ruta tan cargada, es una misión imposible. "Llevamos gente a tres sectores: Belardi, Tubulares -donde están los materiales para la industria, ubicado a unos 15 kilómetros por Ruta 7- y después tenemos dos o tres personas que acercamos hasta Planta de Arena. Estamos llegando 8.40, unos 40 minutos de demora", contó.
En el mejor de los casos, un trabajador que va a Añelo y no tiene que llevar a nadie tarda entre dos horas y media y tres. "Por eso siempre la demora, nunca llegamos a las 8 al punto de llegada, es todo un lío. Y ya venís mentalizado porque es todos los días lo mismo, la misma secuencia", apuntó el chofer Denis.
Advirtieron que tas la pandemia de Covid-19 el trabajo en Añelo creció exponencialmente y la infraestructura no acompañó ese crecimiento. "Es una ruta común que hace rato tendría que ser de cuatro manos para que esto se libere. Lo mismo la entrada a Añelo: un solo acceso, un solo semáforo. Y no te queda otra", indicó.
Mariano acotó que "apenas entrás, a 300 metros hay una escuela. Entonces la Policía va parando a los autos para que cruce el peatón, lo que genera aún más embotellamiento".
La vuelta... ¿es igual?
Según Denis, volviendo a Neuquén sea arma la misma cola. Sin embargo, esta situación depende mucho de la hora de regreso. "A las 18 es el horario pico de la gente que regresa al Valle, si salís antes o después no es tanto el problema. Nosotros salimos 19.45 desde Tubulares", precisó Mariano.
La esperanza que señalaron algunos sería la ruta nueva que va a servir de bypass con la 7 para que los camiones y otros transportes de carga pesada no se metan a Añelo.
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