LMN en tu barrio: historias del San Lorenzo, uno de los más antiguos del oeste de Neuquén
¿Por qué el barrio se llama San Lorenzo? ¿Cuáles son los lugares más lindos para visitar? Un ida y vuelta con los vecinos que lo habitan.
El barrio San Lorenzo es uno de los más antiguos del oeste de la ciudad de Neuquén. Chicos y grandes disfrutan de los espacios que se crearon en los últimos años, como el Salón de Actividades Físicas y el Parque Oeste.
LMN en tu barrio estuvo de visita por San Lorenzo y charló con diferentes vecinos, quienes recordaron aquellos años donde las calles eran de barro y la laguna era aún más grande. También compartieron el gusto de poder hacer caminatas y ejercicio en los diferentes sectores.
Según cuentan los vecinos, el nombre de este barrio se determinó en un partido de fútbol. Todo pasó hace 60 años, cuando los primeros pobladores formaron dos equipos y se jugaron todo en la cancha. El partido fue Boca contra San Lorenzo, y a las claras los ganadores fueron los segundos.
Desde entonces el barrio no paró de crecer y fue 38 años después que se dividieron en San Lorenzo Sur y San Lorenzo Norte, delimitados por la calle República de Italia.
Gabriela Rubilar, presidente de la Comisión Vecinal de San Lorenzo Norte, fue la encargada de abrir las puertas del salón, ubicado en Las Gaviotas al 1060. Durante todos los días de la semana ese lugar se llena de vecinos, quienes van a tomar los distintos cursos que se ofrecen. Taekwondo, boxeo, peluquería, pestañas, zumba, aerobics, folcklore. También tienen un comedor y un merendero para los que más necesitan.
Rubilar hace un año que está al frente de esta comisión, pero vive en San Lorenzo desde que nació. Lo conoce de punta a punta. Aún recuerda que de niña se ponía bolsas en los pies porque todo era barro.
"San Lorenzo es uno de los barrios más grandes de Neuquén y es un barrio hermoso para poder venir a compartir en familia. Yo siempre pongo en alto mi barrio", contó la vecinalista, quien es vecina hace 36 años.
La Laguna de San Lorenzo es, para esta vecina, un lugar al que llevaría a cualquier persona que conozca el barrio por primera vez. Ese humedal urbano es un lugar de descanso de muchas aves, como los cisnes de cuello negro, gallaretas, tordos y pollas de agua.
"Mi barrio es un barrio muy lindo, un barrio joven, lleno de adolescencia, de niños, con gente trabajadora y a mí lo que más me gusta es la laguna, que a nosotros nos representa. No cualquiera tiene una laguna", manifestó orgullosa y agregó que también la obra del Parque Oeste quedó muy linda y es visitada habitualmente por muchas familias.
La presidenta de la comisión vecinal contó que trabajan diariamente en solicitar a la Municipalidad bacheos y reductores de velocidad y agradeció la obra en curso del entubamiento del canal. "Trabajamos mucho para tener una comisión vecinal activa y estamos siempre para recibir las inquietudes de los vecinos", aseguró.
Anécdotas en el barrio San Lorenzo
José Reynaldo llegó a San Lorenzo desde Córdoba hace 31 años. Recordó que en aquella época el barrio era "más movido" y aseguró que en la actualidad reina la "tranquilidad". "Está muy tranquilo, demasiado tranquilo si lo comparamos con lo que era hace 30 años", aseguró.
"Avanzó mucho el barrio, antes plazas prácticamente no había o estaban todas destruidas y poco a poco fueron asfaltando y creando lugares para esparcimiento. Se puso lindo. El Parque del Oeste es el lugar que yo mostraría a alguien que no conoce, hay para hacer asado, para andar en bici, para caminar", destacó orgulloso el vecino.
Como anécdota, el vecino recordó que en los primeros años era cosa de todos los días que algún vehículo se empantanara con el barro y que siempre él u otra mano amiga ayudaban a empujar para que siguieran viaje.
Norma se instaló en San Lorenzo hace 38 años. Llegó desde Mendoza junto a su marido y hoy atiende una tienda de telas frente al Parque Oeste. Por su comercio pasan muchos vecinos en búsqueda de conseguir alguna tela para convertirla en una pollera, mantel o remera.
Y también desde ahí ella tiene la vista para observar a muchos visitantes del parque, quienes llegan con sus familias para disfrutar especialmente de las tardes. "Nos faltan más árboles y plantas", reclamó.
Mónica se instaló en San Lorenzo hace cinco años. Si bien había conocido al barrio hace muchos años atrás y sabía que "era bravo", hoy aseguró que está tranquilo. "Por lo menos donde estamos viviendo, que es sobre Doctor Ramón, es muy tranquilo", insistió.
"El parque se puede disfrutar, hay muchos niños, muchas familias", destacó la vecina, quien caminaba junto a un familiar.
Edith llegó al barrio San Lorenzo en 1987 cuando todo era descampado, y reinaba la arena y la arcilla. Los niños se inventaban sus juegos, ya que no había nada de eso para distraerse. Casas hechas de cartón, bolsas de plásticos que se convertían en botas para caminar sobre el barro y también mucha escondida y mancha.
Hoy, ya jubilada y con sus hijos grandes, disfruta de poder salir al parque a caminar y está siempre predispuesta a ayudar a cualquier nuevo vecino que llegue al barrio San Lorenzo con ganas de hacer crecer a su familia.
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