El mayor socio del bloque regional comenzó a aplicar una fuerte devaluación, para compensar la baja de tasas de interés de Estados Unidos, tras conocerse el triunfo de Donald Trump.
Ya ocurrió en la década del 90 cuando la Argentina se había abrazado al dólar para contener la inflación. El plan de Convertibilidad tenía como punto débil la posibilidad de que los socios comerciales del Mercosur devalúen, más precisamente, Brasil. Lo que se conoció como efecto Caipirinha en 1999, que desencadenó una crisis terminal para el modelo del dólar atrasado.
La devaluación del real de ese año complicó la exportaciones y facilitó las importaciones, en el marco de un modelo que necesitaba tener abierto el crédito para compensar las pérdida de dólares por la cuenta corriente. Ahora Brasil vuelve a ponerse delante de las intenciones del gobierno de Javier Milei, quien pretende frenar la inflación atrasando el tipo de cambio.
Según señala Portfolio Personal Inversiones (PPI) “la fuerte depreciación del real de los últimos dos días (serían tres días con la suba adicional de hoy a 6,1 reales por dólar) le agrega presión al sector externo argentino”.
“Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, al representar el 30% del intercambio comercial de manufacturas, tal como lo plasma el Banco Central en las ponderaciones del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM)”, advierte PI.
La sociedad de bolsa señala que “la suba del tipo de cambio en Brasil de los últimos dos días se tradujo en una baja del tipo de cambio real bilateral de 2,84% a los mínimos desde diciembre 2015 y esto, a su vez, provocó una baja del ITCRM de -0,67%”.
Vale la aclaración: El Tipo de Cambio Real no es el precio del dólar, sino un índice que se elabora a partir del precio de los bienes que cambia la Argentina con los principales 12 socios comerciales. Cuando el índice está en 100 quiere decir que el tipo de cambio está en equilibrio. Si está por debajo de 100 quiere decir que está atrasado y por lo tanto las exportaciones se vuelven caras para quienes les vendemos.
El TCR Bilateral se mide contra un país. El TCR varía en función de los precios internacionales y del valor del dólar de un país. Es por ello que cuando se “atrasa” el dólar el país se encarece.
“Todo esto más que compensó la mejora del tipo de cambio real bilateral con la Eurozona (20,4% de ponderación en ITCRM, el segundo socio comercial) de 0,66% en los últimos dos días a partir de la nominación de Scott Bessent como secretario del Tesoro de la Administración Trump”, explica PPI.
El informe añade que “la apreciación del peso podría agravar nuestro déficit de cuenta corriente, al abaratarse relativamente los bienes transables y servicios del país vecino en relación con los propios”.
“Un mayor déficit de cuenta corriente incrementa el superávit de cuenta financiera requerido dado el esquema cambiario planteado por el gobierno. Todavía es temprano para dar sentencias sobre el impacto de estos movimientos sobre el sector externo, pero sí debe ser un elemento relevante para ir monitoreando a la hora de pensar en la sostenibilidad del esquema cambiario”, advierte PPI.
En otras palabras, el reporte dice que si al final de la cuenta de la Argentina se van más dólares de lo que genera el comercio exterior, se requiere de un mayor ingreso de dólares financieros, lo que se traduce en mayor deuda en moneda dura.
¿Argentina fuera del Mercosur?
No es de extrañar las recientes declaraciones del presidente Javier Milei en las que plantea que la Argentina se retiraría del Mercosur para poder negociar acuerdos de libre comercio con otros países. Los productos argentinos solo ingresan con arancel cero en Uruguay, Paraguay y Brasil. En otros mercados no cuenta con ventajas, o tienen algunos acuerdos parciales firmados por Mercosur, como puede ser el caso de México o la India.
No obstante, hay que tener en cuenta que de cada 10 dólares de exportaciones industriales (alimentos procesados, gases industriales, y algunos insumos) 3 se generan en el mercado del país vecino, algo que no es sencillo de reemplazar si se decidiera salir del bloque regional de un día para otro.
La salida del bloque sería un golpe mortal para las pymes locales. Por lo que sí sería conveniente para Argentina y Uruguay y Paraguay, revisar el acuerdo.
Los acuerdos de integración tienen en general un primer nivel que puede ser un acuerdo de comercio limitado a ciertos tipos de producto; en una etapa superior ,una zona de libre comercio; en un escalón superior, una unión aduanera, y en una etapa superior, la generación de autoridades supranacionales y una moneda común. La Unión Aduanera, es el caso del Mercosur, y la fase de autoridades supranacionales es la Unión Europea.
Probablemente, a Argentina, Uruguay y Paraguay les convenga volver a una situación de "zona de libre comercio" para mantener abierto el mercado brasileño, pero a su vez, les daría flexibilidad para hacer acuerdos con otros países. Tal vez esto esté en la cabeza del gobierno de Javier Milei
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